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viernes, 17 de agosto de 2007

Clausura 2007 3ra. F.: Destroyers 1 - Aurora 2



Era el partido que no debía perder y lo hizo. Destroyers, jugando mal, con una deficiencia total de juego en conjunto y prácticamente sin argumentos para hacer daño al rival, acabó perdiendo frente a Aurora (2-1) su directo rival en la lucha por no descender, y complicó aún más su chance de mantenerse en la Liga. Para colmo de males, la relación de la dirigencia con el técnico David Avilés se resquebrajó aún más lo que pone en riesgo la continuidad del DT.
Lo de ayer fue de verdad patético para el local, no sólo porque jugó mal, sino también porque se dio el lujo de fallar un penal en la primera parte, dándole un golpe más al ánimo caído del plantel. Aurora, bien parado atrás, con Zenteno y Viviani como pilares, intentaba mantener el balón lo más lejos posible del arco, y lo logró. Y la labor de Ibáñez y Richard Rojas fue también clave en ello. En el canario no había un conductor. Uriona y Cazagrande (lentos y subidos de peso) deambularon y Chávez acabó sumergido entre los zagueros rivales.
A los 11’, Nery Fernández estuvo a tiro de convertir cuando la pelota le cayó en su pies, pero Juan Pablo Fernández, totalmente desesperado, llegó a tiempo y rechazó. Eso sí, cuatro minutos más tarde, el delantero de Aurora no perdonó luego de un tiro de esquina levantado por Silva que el meta Jordán regaló, y Fernández no hizo más que poner la cabeza para mandar al fondo el balón. Destroyers era un manojo de nervios, y pese a ello casi iguala a través de Cazagrande (17’), tras remate al palo. Pero se venía una bronca todavía mayor.
Tras una espectacular escapada por derecha de Viruez, Viviani lo derribó en el área y el juez cobró penal. De inmediato el capitán Espínola y el atacante Gil Bala se pelearon la pelota. El paraguayo cedió, aunque después se arrepintió cuando Gil Bala remató mal y la pelota fue atajada por Galarza. En el banco, Avilés se agarraba la cabeza, pero no había vuelta. Para suerte del local a los 45’, Viruez, de nuevo en una gran corrida, marcó el empate tras dejar en el camino a varios zagueros, incluido al arquero.
En el complemento y empujado por Espínola, el canario intentó apretar; Cazagrande levantó, pero arriba no había peso porque Gil Bala parecía pintado. El público pidió su cambio y Anderson ingresó.
Pero eso no bastó y aunque Argüello y Magallanes estuvieron a tiro de convertir, el gol de la desigualdad no llegó. Es más, fue Aurora el que golpeó y en el momento justo, porque cuando el partido moría (84’), Gómez aprovechó una desinteligencia entre el arquero y Magallanes para poner el 2-1 definitivo. La silbatina no se hizo esperar y tampoco el pedido de renuncia de Avilés. El canario vuela bajo, pero aún no está perdido, ya que debe ganar lo que se le viene. Real Mamoré es su próximo desafío.

El Deber

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