La Prensa The Strongest derrotó a Blooming (1-0), conservó su arco invicto por quinto partido consecutivo, y con los tres puntos sumados se ubicó como líder solitario del grupo A del torneo Clausura de la Liga, pero anoche se fue de Miraflores silbado por su propio público, señal de que futbolísticamente no gustó ni convenció.
La peor imagen que dejó el “Tigre” sobre el terreno de juego, y lo pintó de cuerpo entero, fue terminar el partido lanzando la pelota a cualquier lado, presionado por un Blooming que jugó los últimos minutos con sólo nueve hombres y, a pesar de ello, se dio modos para poner en riesgo la endeble diferencia en el score que favorecía al nervioso cuadro local.
A The Strongest se le hizo demasiado difícil no sólo controlar el balón, sino, y sobre todo, llegar con peligro al arco contrario. En la primera mitad casi no inquietó a Arias, salvo en un par de situaciones, y en la segunda otra vez Blooming se encargó de alejar el riesgo de su área con una muy buena disposición defensiva, aunque para ello renunció al ataque, a no ser por algún tímido contragolpe que no pasó de eso.
El partido, en gran medida luchado, dio un giro inesperado cuando a los 10 minutos del segundo tiempo The Strongest convirtió el que a la postre fue el gol que le dio la victoria. Un centro de Cardozo —cobrando una falta que no existió—- fue empalmado de cabeza por Salinas, venciendo a Arias. Todo Blooming reclamó una supuesta posición adelantada. La jugada, en la que más de un jugador stronguista pareció adelantado, dejó muchas dudas.
Los “celestes” no se quedaron conformes con la decisión del árbitro, aunque todavía mantuvieron cierta serenidad y predisposición al juego, que es lo que no debieron perder en ningún momento, porque por esa vía incluso estuvieron cerca del empate, sobre todo a los 17 minutos, cuando Dimas da Silva eludió al arquero y antes de quedarse sin ángulo definió bien; sin embargo, la pelota que iba con rumbo al pórtico stronguista fue interceptada por Galindo.
Blooming empezó a perder la cabeza cuando Alexandre se fue expulsado a los 19 minutos y sobre todo después de que a los 21’ el árbitro cobrara penal por una infracción contra Escobar que los “celestes” protestaron con vehemencia.
Peor lío armaron los visitantes por la decisión del referí de hacer repetir la ejecución del tiro, luego de que su asistente le señalara que Arias se había adelantado sacando ventaja para contener el disparo de Escobar.
Después de ocho minutos de interrupción, Arias volvió a adelantarse, Escobar falló de nuevo, pero el referí y compañía ya no dijeron nada y el partido continuó sin que The Strongest pudiera tenerlo por completo dominado; por el contrario, fue Blooming el que estuvo cerca del empate.
El conjunto cruceño perdió también a Algarañaz, el hombre más rudo de la cancha, por entrar por atrás contra Cardozo. Aun con nueve se dio modos para hacer pasar más de un susto a los “atigrados” en los últimos minutos del partido, y es que en realidad fue el “Tigre”, jugando mal, sin poder resolver los problemas que le planteó el rival, el que eligió el camino del sufrimiento, que terminó cuando el árbitro pitó por última vez en la noche.
EL LADO FEO DE BLOOMING
Mientras se ocupó de jugar, Blooming lo hizo bien. Cuando algunos de sus jugadores perdieron la cabeza, el equipo “celeste” mostró una bochornosa actitud que no se justifica ni en el caso de que sus reclamos tuvieran razón de ser. Lo lamentable de todo es que esa pobre imagen partió de su propio cuerpo técnico, del que se contagió casi todo el equipo. Anoche su director técnico Gustavo Quinteros fue expulsado por enésima vez en el año.
SE LA BUSCARON
A los seis minutos del primer tiempo, José Luis Algarañaz aplicó un golpe artero contra Hoyos, que el árbitro dejó pasar. Después, el referí no le perdonó, primero lo amonestó y, cerca del final, lo expulsó.
Con el brasileño Alexandre ocurrió lo mismo. Sus patadas terminaron por mandarlo a las duchas antes de tiempo. Y ojo que cuando Rodríguez le mostró la roja, el jugador lo agredió de hecho con un empujón.
UN INMADURO ARIAS
La imagen que dejó Carlos Arias fue de un chiquillo y no de un profesional maduro. Hasta quiso salirse de la cancha cuando el árbitro ordenó que se repitiera el penal que finalmente tapó. Tuvieron que ser algunos de sus compañeros quienes le convencieron de que siguiera en el partido.
Eso sí, el golero tuvo que soportar los insultos de la gente que no le perdonó que en el cotejo del otro día, en Santa Cruz, dijera “colla de m...”, según él a un policía, lo que fue tomado como un insulto para toda una región.
UN “ROBO”
El árbitro dio apenas cinco minutos de adición en el segundo tiempo, cuando sólo en los reclamos, entre un penal y la repetición de éste transcurrieron ocho. Escobar disparó a los 23’ y, cuando se reanudó el cotejo, volvió a hacerlo a los 31’. Con tanto lío, ni el referí ni sus asistentes controlaron todo el tiempo perdido en las reclamaciones.
La peor imagen que dejó el “Tigre” sobre el terreno de juego, y lo pintó de cuerpo entero, fue terminar el partido lanzando la pelota a cualquier lado, presionado por un Blooming que jugó los últimos minutos con sólo nueve hombres y, a pesar de ello, se dio modos para poner en riesgo la endeble diferencia en el score que favorecía al nervioso cuadro local.
A The Strongest se le hizo demasiado difícil no sólo controlar el balón, sino, y sobre todo, llegar con peligro al arco contrario. En la primera mitad casi no inquietó a Arias, salvo en un par de situaciones, y en la segunda otra vez Blooming se encargó de alejar el riesgo de su área con una muy buena disposición defensiva, aunque para ello renunció al ataque, a no ser por algún tímido contragolpe que no pasó de eso.
El partido, en gran medida luchado, dio un giro inesperado cuando a los 10 minutos del segundo tiempo The Strongest convirtió el que a la postre fue el gol que le dio la victoria. Un centro de Cardozo —cobrando una falta que no existió—- fue empalmado de cabeza por Salinas, venciendo a Arias. Todo Blooming reclamó una supuesta posición adelantada. La jugada, en la que más de un jugador stronguista pareció adelantado, dejó muchas dudas.
Los “celestes” no se quedaron conformes con la decisión del árbitro, aunque todavía mantuvieron cierta serenidad y predisposición al juego, que es lo que no debieron perder en ningún momento, porque por esa vía incluso estuvieron cerca del empate, sobre todo a los 17 minutos, cuando Dimas da Silva eludió al arquero y antes de quedarse sin ángulo definió bien; sin embargo, la pelota que iba con rumbo al pórtico stronguista fue interceptada por Galindo.
Blooming empezó a perder la cabeza cuando Alexandre se fue expulsado a los 19 minutos y sobre todo después de que a los 21’ el árbitro cobrara penal por una infracción contra Escobar que los “celestes” protestaron con vehemencia.
Peor lío armaron los visitantes por la decisión del referí de hacer repetir la ejecución del tiro, luego de que su asistente le señalara que Arias se había adelantado sacando ventaja para contener el disparo de Escobar.
Después de ocho minutos de interrupción, Arias volvió a adelantarse, Escobar falló de nuevo, pero el referí y compañía ya no dijeron nada y el partido continuó sin que The Strongest pudiera tenerlo por completo dominado; por el contrario, fue Blooming el que estuvo cerca del empate.
El conjunto cruceño perdió también a Algarañaz, el hombre más rudo de la cancha, por entrar por atrás contra Cardozo. Aun con nueve se dio modos para hacer pasar más de un susto a los “atigrados” en los últimos minutos del partido, y es que en realidad fue el “Tigre”, jugando mal, sin poder resolver los problemas que le planteó el rival, el que eligió el camino del sufrimiento, que terminó cuando el árbitro pitó por última vez en la noche.
EL LADO FEO DE BLOOMING
Mientras se ocupó de jugar, Blooming lo hizo bien. Cuando algunos de sus jugadores perdieron la cabeza, el equipo “celeste” mostró una bochornosa actitud que no se justifica ni en el caso de que sus reclamos tuvieran razón de ser. Lo lamentable de todo es que esa pobre imagen partió de su propio cuerpo técnico, del que se contagió casi todo el equipo. Anoche su director técnico Gustavo Quinteros fue expulsado por enésima vez en el año.
SE LA BUSCARON
A los seis minutos del primer tiempo, José Luis Algarañaz aplicó un golpe artero contra Hoyos, que el árbitro dejó pasar. Después, el referí no le perdonó, primero lo amonestó y, cerca del final, lo expulsó.
Con el brasileño Alexandre ocurrió lo mismo. Sus patadas terminaron por mandarlo a las duchas antes de tiempo. Y ojo que cuando Rodríguez le mostró la roja, el jugador lo agredió de hecho con un empujón.
UN INMADURO ARIAS
La imagen que dejó Carlos Arias fue de un chiquillo y no de un profesional maduro. Hasta quiso salirse de la cancha cuando el árbitro ordenó que se repitiera el penal que finalmente tapó. Tuvieron que ser algunos de sus compañeros quienes le convencieron de que siguiera en el partido.
Eso sí, el golero tuvo que soportar los insultos de la gente que no le perdonó que en el cotejo del otro día, en Santa Cruz, dijera “colla de m...”, según él a un policía, lo que fue tomado como un insulto para toda una región.
UN “ROBO”
El árbitro dio apenas cinco minutos de adición en el segundo tiempo, cuando sólo en los reclamos, entre un penal y la repetición de éste transcurrieron ocho. Escobar disparó a los 23’ y, cuando se reanudó el cotejo, volvió a hacerlo a los 31’. Con tanto lío, ni el referí ni sus asistentes controlaron todo el tiempo perdido en las reclamaciones.
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