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viernes, 21 de septiembre de 2007

Nuevo tablero | El Sedede y la empresa En Vivo reconocieron públicamente que no funciona como se esperaba

Los Tiempos

El tablero-pantalla electrónico nuevo, emplazado e inaugurado el pasado 13 de septiembre en un acto público que motivó un festival deportivo y fuera la antesala de la serenata a Cochabamba en el estadio Félix Capriles, "no funciona".

Al menos no como anunciaron públicamente antes de su implementación, autoridades deportivas y técnicos encargados del montaje que ayer tuvieron que reconocer del mismo modo, que existe un "serio problema".

La imagen del esperado artefacto, no fue como se la anunció; el sonido casi imperceptible, tampoco obedecía a la fidelidad anticipada, y finalmente, nunca se vio una sola letra en la pantalla que debería ofrecer permanentemente información sobre lo que ocurre en el campo de juego -cambios, resultados, amonestaciones y todo tipo de información útil para quien asiste al estadio, que es su principal función-, ya sea durante un partido de fútbol o cualquier otro espectáculo público.

Eso durante el estreno del costoso artefacto, lo cual llamó la atención del público. Pero si la primera jornada, que fue nocturna, no se vio mucho; durante la segunda presentación pública, que fue la tarde del domingo pasado cuando Aurora enfrentó a The Strongest, simplemente no se vio nada en aquel marco oscuro de 7 por 4 metros.

Gato por liebre

La empresa En Vivo, encargada de la compra, implementación y administración por los próximos cinco años reconoció públicamente ayer, en conferencia de prensa, que cometió un error. La compra no ofreció los resultados que se esperaban y recién después de su emplazamiento, se pudo percibir que la calidad de imagen estaba muy por debajo de lo que se les ofreció desde Estados Unidos.

La preocupación fue mayor, cuando se dieron cuenta de que para el funcionamiento correcto del tablero-pantalla tanto de día como por la noche, deben sumar una cantidad considerable de "equipo", si es que no, cambiarlo por completo en una operación que incrementará por lo menos en 70 mil dólares americanos la inversión inicial de 139 mil.

La empresa ahora asegura haber sido sorprendida en su buena fe y que repondrá el daño, a quien confió ciegamente en ellos -la Prefectura- y la población en general.

"Esperamos la llegada de expertos de Estados Unidos para que nos recomienden los pasos a seguir para tener el éxito que no tuvimos hasta hoy en las transmisiones de día", explicó Roberto Guzmán, representante de la empresa En Vivo, encargada del artefacto.

Guzmán justificó también, la falta de emisiones de prueba previas a la festiva inauguración. "Las obras civiles debieron concluir dos semanas antes de la presentación, pero terminaron solo dos días antes, y cuando quisimos probar sonido, había ya mucho movimiento en todo el estadio por el 14 de septiembre. Ello, nos impidió realizar las pruebas suficientes", justificó.

Los inversionistas pretenden recuperar el total de su inversión con los anuncios publicitarios que emitirán por medio de la pantalla durante todos los eventos públicos que tengan lugar en el estadio Capriles. Durante los cinco años esperan lograr un ingreso similar al de la inversión, además de un "plus" que según sus cálculos, llegaría a por lo menos un 20 por ciento del total.

Finalmente, el experto solicitó un plazo de 50 a 60 días para la "puesta a punto" de la "obra", cuyo valor en bolivianos subió de 1 millón, a millón y medio.

La Prefectura no puso un peso

El director del Servicio Departamental del Deporte (Sedede), Moisés Revollo, respaldó la labor y manifestó su confianza en el compromiso de la empresa responsable del tablero-pantalla, asegurando que se trata de un proyecto para beneficio del deporte y la comunidad local.

"Creemos en la buena fe de estas personas y solicito confianza y tolerancia hacia ellos. Es una inversión que se debe ponderar", señaló Revollo. Del mismo modo, reconoció que las autoridades departamentales ejercieron presión sobre los contratistas, "era urgente para nosotros que se cumplan los plazos establecidos, y se trabajó con mucho apuro, hasta presión nuestra", comentó.

Recordó que la Prefectura no hizo inversión alguna y que en cinco años será, por medio del Sedede, propietaria del artefacto. "Es un convenio de contraprestación de servicios; nosotros damos el espacio y ellos se encargan de toda la inversión; administran cinco años y pasamos a ser dueños del tablero", finalizó Revollo.

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