El Deber
El fútbol es así. El desconsuelo beniano era evidente, había desazón, caras largas y mucha bronca. Lamentaban no haber ‘liquidado’ a Blooming en la primera mitad, pero acabaron reconociendo que los celestes de Gustavo Quinteros se llevaban un triunfo merecido, no porque hubieran sido superiores a Real Mamoré, sino porque en cancha contaron con jugadores como Arias, Schiapparelli, Dimas o Boyero, que marcan la diferencia.
El 1-0 en el Gran Mamoré de Trinidad le permite a la academia escoltar al líder San José y mantenerse como único invicto del hexagonal. Celebrar, como lo hicieron los celestes tras el final del partido, costó trabajo, no sólo porque hubo que lidiar contra un rival de ‘obreros’ que inquietó, sino porque también se jugó en una cancha llena de barro producto de una lluvia caída un par de horas antes. A ello se agrega el público hostil que, como era de esperarse, los rechifló casi siempre.
Mamoré tuvo la opción de ‘liquidar’ el pleito en la etapa inicial a través de Maraude, Cortez y Bazán, pero en el mano a mano tras metidas de ‘Felipao’, Arias ganó y ahogó el ansiado grito de gol de los hinchas benianos que esperaban en las abarrotadas tribunas.
El encuentro tuvo dos facetas. La primera con el local como un ‘turbión’, desempeñándose bien en el agua que detenía la pelota y aprovechando que Blooming apostaba a jugar en línea, quedando desguarnecidos con los balones al vacío porque el barro ayudaba deteniendo el esférico. A los 26’ Bazán remató cruzado y poco después (31’) Maraude se perdió solo ante Arias un gol cantado. Quinteros, como loco, salió del banco a reclamar a Blanco que ‘sobrara’ para no quedar en línea, pero el medio era del local, con Cortez y ‘Felipao’ como administradores del juego ofensivo.
El segundo aspecto para destacar, de esa etapa, fue el nerviosismo celeste porque, por derecha, Vaca y Boyero no lograban unificar criterio porque el balón se quedaba, era la zona por donde la visita podía hacer daño, pero el agua complicaba. Verduguez y Gutiérrez, por izquierda, no lograban superar a Adhemar Arias ni a Luis Reyes, que anticipaban. Con el cero en ambos lados, se fueron al descanso.
En el complemento se vivió otro panorama para la academia. Schiapparelli se afianzó atrás junto a Blanco y el chico Andia se ‘mató’ yendo y viniendo ante el cansancio de Alexandre. Era obvio que un empate perjudicaba y el primero en arriesgar fue Galarza, aunque introdujendo a Niño de Guzmán. ¿Y Blooming? Quinteros tenía bajo la manga sus cartas y optó por esperar. Un cabezazo de Boyero, que tapó Lanz, y otro remate de lejos de Gutiérrez avisaron, pero el gol no llegaba. A los 67’ ingresaron Dimas y Angulo, y Blooming ganó en velocidad, sobre todo con el brasileño que por derecha fue un puñal para Mamoré. A los 72’, Vaca escapó por izquierda (la zaga quedó estática) y levantó un centro que cabeceó Dimas y tapó Lanz, pero al rebote Boyero no perdonó y liquidó. Silencio total en el Gran Mamoré. El banquillo celeste ‘enloqueció’ y de ahí en más fue aguantar sobre todo los remates de pelota parada enviados por Cortez, que de todas formas contuvo Arias. Tras la expulsión de Andia (84’), Mamoré ‘revivió’ anímicamente, pero Blooming tenía controlado el juego.
A los 75' por poco Angulo remata al equipo beniano, pero la pelota se desvió. Al final el dueño de casa no pudo, y aunque el idilio parece estar más fuerte que nunca, hubo desazón en el hincha local. Blooming, en cambio, se mete de lleno en la pelea por el título y va a puro vértigo, como lo dijo el director técnico Quinteros.
Intento de agresión
Después del partido, los hinchas de Blooming que viajaron a Trinidad para alentar al equipo celeste tuvieron que esperar más de dos horas para salir del estadio, por temor a ser agredidos.
Después del gol anotado por el argentino Hernán Boyero, y tras el pitazo final, piedras y botellas comenzaron a ‘llover’ sobre el sector de general, donde se encontraba el grupo de seguidores celestes que festejaban el triunfo académico.
La Policía tuvo que intervenir para evitar que los fanáticos benianos, dolidos por la derrota de su equipo, agredieran a los cruceños. De las graderías, los cruceños fueron ingresado en la cancha del estadio Gran Mamoré, porque el peligro era latente.
A diferencia de los hinchas, el plantel académico no tuvo problemas para abandonar el estadio.
Según un informe de la Policía, había serias intenciones de agredir a la barra del equipo celeste y también de apedrear el bus que los transportaría de retorno a Santa Cruz.
El trabajo oportuno y eficiente de los efectivos policiales evitó que no pasara de simples amenazas.
Los académicos se quedaron en el estadio hasta pasadas las 20:30; el encuentro terminó cerca de las 18:00. Un bus tuvo que ir a buscar a los seguidores al Gran Mamoré y desde allí salió de la ciudad con el apoyo de la Policía.
Las frases
“No es una presión estar invicto; al contrario, me gusta porque nos motiva”
Gustavo Quinteros / Técnico de Blooming
“Debimos definir en el primer tiempo. Hay que mejorar muchas cosas”
Luis Galarza / Técnico de R. Mamoré
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