LA RAZONDesde su sistema defensivo y actitud poco convincente, el equipo de San José mostró sus propias dudas para lograr el triunfo y con ello postergó su opción de obtener el título.
Anoche, en el estadio Félix Capriles, ante cerca de 30 mil espectadores, la gran mayoría hinchas orureños, el santo igualó con Wilstermann 0-0 y no pudo dar la vuelta olímpica.
El plantel de Marcos Ferrufino jugó como local y contó con el constante apoyo de su afición, que al final se quedó con las ganas de celebrar la conquista.
Los de la V azulada sumaron 18 puntos, igual que La Paz FC tras su triunfo sobre Blooming, situación que obliga a una definición de dos a tres partidos.
San José no mostró su ambición de triunfo, dio la impresión de apostar al empate y esperar un resultado similar en La Paz, para que le permita dar la vuelta olímpica en el valle.
Posiblemente por la tensión y presión de definir la corona, los jugadores santos se mostraron nerviosos y poco precisos.
Al frente tuvieron a un plantel que dio una lección de pundonor y de fair play, que estuvo cerca de lograr el triunfo y le faltó mayor fortuna.
La primera parte fue la más equilibrada porque ambos planteles llegaron a los arcos rivales con cierta cautela, pero con la prioridad de no descuidar su arco ante la ofensiva del adversario.
Sin embargo, los dirigidos por Vladimir Soria tuvieron al menos tres oportunidades claras de gol mediante un cabezazo de Augusto Carioca (23'), Nelson Sossa (31') y (41'), en esta última acción el arquero Daniel Vaca se lució con una gran atajada.
El santo intentó dominar el balón, pero sin mucha acción ofensiva. La opción más clara fue el cabezazo del zaguero central Luis Palacios (20').
En el complemento, las acciones se hicieron mucho más desordenadas porque los santos se volvieron mucho más cautos y no arriesgaron. En el medio, Sandro Coelho no fue el cerebro del juego, tampoco Álex da Rosa mostró su habilidad con el balón y con ello el desequilibrio.
Wilster no dejó de darle susto a los visitantes mediante un par de contragolpes que pudieron acabar en gol. Eugenio Aduviri, enviado a Cochabamba
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