El Deber
Blooming tenía todo para ser campeón (hasta el empate le servía) y ayer, jugando en casa, aprovechó las ventajas que le dio la defensa de Wilstermann para derrotarlo por 5-3 y ganar, por segunda vez, la Copa AeroSur de Campeones, en una final con goles para todos los gustos y una colorida fiesta en el cierre, a la que se sumaron las 35.000 personas que asistieron al estadio Tahuichi.
Blooming golpeó primero y bien duro desde el inicio. En la primera llegada con peligro de gol, Boyero se anticipó a Amilcar Sánchez y logró desviar la pelota con la cabeza, tras un centro de Anderson, luego de una floja marcación de Llanos. Fue el 1-0 al minuto de juego.
Con el resultado a favor, con estadio lleno y con la gente que enloquecía en las tribunas, Blooming fue por más y rápidamente encontró el 2-0, en el minuto 16. Esta vez se invirtió la figura anterior: Boyero tiró el centro y el que metió la pierna fue el brasileño Anderson.
Wilstermann, golpeado anímicamente y sin reacción, poco o nada podía hacer; era superado ampliamente en todos los lados, pero aún así intentaba meterle presión a Blooming que era el favorito. Sin embargo, en una jugada sin aparente riesgo, Jáuregui le metió el brazo al ‘Pitufo’ Iván Zerda y el árbitro Ortubé, que estaba cerca de la jugada, cobró penal, y Daniel Juárez lo cambió por gol. Con el 2-1 ambos equipos se fueron al descanso, pese a que Blooming merecía ir ganando por más, porque fue el que propuso mejor fútbol y generó constante peligro.
Tras el descanso, nuevamente Boyero ‘madrugó’ a la visita con un remate cruzado tras pase de Mojica en el minuto 48. El partido se puso 3-1, con algunos altibajos del equipo celeste (que ayer volvió a jugar de naranja), sobre todo en la defensa. La dupla Boyero-Anderson se repartió los aplausos de la gente porque ambos se complementaron en el ataque y constantemente generaron peligro. El 4-1 llegó precisamente de la cabeza del delantero brasileño, tras un centro preciso de Mojica por la derecha.
Parecía que el triunfo estaba sellado, pero una mala salida del arquero Ruth (parecido al error suyo en Cochabamba) le permitió a Wilstermann achicar cifras (4-2) en el minuto 58. Cuando la hinchada local pedía más goles, llegó el tercer gol visitante, a través de Nelson Sossa, habilitado por Argüello. Con el 4-3 apretado y con Wilstermann buscando el milagro, Blooming reacomodó sus líneas (Joselito Vaca había ingresado en el segundo tiempo) y finalmente pudo liquidar el partido, gracias a Boyero que volvió a meter la cabeza para ponerle cifras definitivas a la final, a diez minutos del epílogo.
Ese gol terminó ahogando las pocas esperanzas que le quedaban a Wilstermann y lo que vino después del pitazo final fue para el delirio de la gente. Blooming terminó dando la vuelta olímpica y la gente desde las gradas, en medio de los juegos artificiales, no se cansaba de cantarle a su equipo campeón.
El ojo crítico
Caído del cielo
Anderson Gonzaga / Delantero
Hizo dos goles y asistió en otro
El delantero brasileño jugó su mejor partido desde que llegó a Blooming. Ayer convirtió dos goles (el segundo y el cuarto) y se la sirvió a Boyero para el primer tanto.
Premio limón
Iván Cerda / Delantero
Es un jugador individualista
Jugador hábil, rápido, pero juega solo, se olvida de que el fútbol se juega en equipo. El delantero argentino de Wilstermann se perdió en el ataque y fue reemplazado.
El duro
Sergio Jáuregui / Defensor
Pega duro y sin necesidad
El defensor de Blooming se pasa de revoluciones, y no sólo en los clásicos. Ayer casi le saca la pierna a Franco Dalmao. Lo dejó muy sentido, y sólo vio la amarilla (m.27).
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