El Deber
No se puede creer lo que le sucedió a Guabirá ayer en Montero. Esta vez el hincha explotó y hasta fue ‘cruel’ pidiendo la salida de quien hasta hace poco fue uno de los referentes del equipo: José Martín Menacho. La derrota por 2-1 ante La Paz F.C. en la misma Caldera caló hondo, dolió más de lo debido, porque a la presión de estar entre los últimos y con el fantasma del descenso encima, se agregó el hecho de que la derrota se dio por la incapacidad azucarera. Aunque parezca mentira, fueron nueve las ‘in-me-jo-ra-bles’ situaciones de gol que Guabirá echó por la borda y que al final las lamentó.
El equipo de Lunari salió como una tromba, ganando la pelota en el medio y presionando en ofensiva a su rival. Murilo Cazagrande, que debutó con la camiseta roja, se convirtió en el hombre clave. Todas las pelotas pasaban por él y con esa zurda, en la que parece tener un guante, se daba el lujo de desarmar la zaga con sus precisos pases entre líneas. Pero en ofensiva Dimas y Menacho no andaban. En 14 minutos ambos desecharon las tres primeras claras ocasiones para el local. A los 3’ Machado le tapó un mano a mano al brasileño; a los 8’, Menacho encaró pero le dio mal la pelota a Murilo y, a los 14’, Dimas se frenó estando solo en ofensiva, pensando que estaba en fuera de juego.
Los primeros gritos de impotencia comenzaron a bajar y más aún cuando a los 15’, Regis de Souza ‘quebró’ a André Luis por derecha y le dejó servida la pelota a Vargas para que pusiera el 1-0. El golpe anímico fue duro, pero el local seguía siendo el dueño de las acciones. A los 23’ pudo igualar Dimas, pero de nuevo tapó el meta rival. Hasta ahí el público ya no daba y se paró de rabia cuando Menacho falló de forma increíble, a los 30’ y 41’, inmejorables opciones estando solo frente al arco. En la última se tapó la cabeza, pero para su suerte la pelota le volvió a caer 50 segundos después y ahí sí logró el 1-1 (42’). Se golpeó la cabeza en el piso de rabia, hizo gestos de bronca, pero no cambió el parecer de los aficionados.
En el complemento, Lunari incluyó a Zapata por Vaca que había estado bajo por izquierda, pero el lateral, tampoco fue la solución. En ese segundo tiempo, Guabirá se cayó, se cansó Justiniano y atrás se le acabaron los recursos a André. Los únicos que intentaban ir para el frente eran Roly Sejas y Cazagrande, mientras les dieron las piernas. Y como el local se cayó, La Paz F.C. asumió el rol. Las pelotas las dominó sin presión Diómedes Peña y, junto a Cortez, comenzó a buscar a De Souza y a Vargas. A los 59’, Apaza mandó a Fierro en vez de Carlos Vargas, en procura de liquidar.
Y acertó porque el ex Blooming le dio mayor empuje por las bandas. Lo único de Guabirá en el complemento fueron dos jugadas que Martín no conectó. La segunda tras gran centro de Sejas, cuyo cabezazo salió fuera. Sin brújula, porque además Murilo le había dejado su lugar a Agudelo, que por cierto jugó mal, vino el segundo de la visita. Centró Fierro a De Souza (81’) y el brasileño, solo, le cambió de palo a Lampe. No fue más, el público comenzó a irse porque además en cancha no había esperanzas de remontar. Guabirá volvió a caer, aunque esta vez fue más por incapacidad propia.
Las frases
“Nos faltó meterla. Fueron muchas las ocasiones que desperdiciamos”
Ricardo Lunari / Dt de Guabirá
“Montero es una cancha difícil y por ello la victoria vale mucho”
Sergio Apaza / DT de La Paz F.C.
La figura
Regis de Souza
El brasileño fue simple: las veces que la pelota le llegó a sus pies, encaró a los zagueros centrales y, al menor espacio, buscó el arco contrario. Dio el pase para el 1-0 y marcó de cabeza el segundo. Pudo haber aumentado sobre el final, pero su remate pegó en el palo, estando Lampe vencido. Regis ratificó que está en un gran nivel, porque además continúa como goleador del campeonato al sumar su sexta unidad. En Guabirá, el que sobresalió de lejos fue Cazagrande, que le armó jugadas clave pero no supieron definir en ofensiva.
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