La PrensaLa transferencia más importante en la historia de un futbolista boliviano al exterior, por la millonaria cifra que rodeó la transacción, fue celosamente guardada durante varios años hasta que el actual directorio de Bolívar descubrió documentos que dan cuenta de que en 2001 el jugador Ronald García fue transferido a un club europeo por 3 millones de dólares, suma que nunca fue consignada en los balances de la entidad.
Lo que la dirigencia “académica” cree, desde que se interiorizó de los pormenores de la transferencia, con base en los documentos existentes, es que la mayor transacción hecha por el club derivó en un “desvío de dinero” por parte de los antiguos directivos.
Hace siete años, durante la primera semana de febrero, las noticias sobre la inminente transferencia de García al fútbol europeo empezaron a aparecer en los medios nacionales. Primero emergió el Benfica de Portugal como el mayor interesado en contratarlo; finalmente fue el Alverca, del mismo país, con el que “Nacho” firmó un contrato por cinco años y medio.
De acuerdo con las noticias de entonces, ninguna de las partes reveló el monto real de la operación. Los trascendidos apuntaban a 1.700.000 dólares, a tan sólo $us 1.000.000 y, finalmente, a $us 1.200.000; pero esas cifras no fueron confirmadas ni por dirigentes de Bolívar ni por los dueños del otro 50 por ciento del pase del jugador, la academia cruceña Tahuichi Aguilera —donde se formó el futbolista— y menos por el empresario que estuvo a cargo de la negociación.
La decisión de los actuales dirigentes de Bolívar, de sacar a luz detalles del traspaso, lleva el rótulo de denuncia contra el ex presidente Mauro Cuéllar Caballero, pues según el vicepresidente Jorge Iturralde, una cosa está clara: Bolívar envió una carta el 31 de enero de 2001 con la firma del entonces titular “celeste” en la que acepta el monto de $us 3.000.000 por la transferencia de García, ratificando por escrito un acuerdo de palabra por esa cifra.
“En el balance de 2001 y posteriores no figura ninguna transacción por ese monto. No sabemos dónde está esa plata. La denuncia concreta es que García fue transferido, Cuéllar cobró el dinero, pero no se sabe cómo lo manejó y qué hizo con él”.
Según el directivo, “ésta es otra muestra de la falta de transparencia” con la que actuaron, “desde el comienzo de su mandato, Cuéllar y sus colaboradores, que manejaron por su cuenta una transferencia de esta magnitud”.
La anormalidad también toca como responsables a los auditores externos y al departamento de contabilidad del club, que nunca informaron acerca de lo que estaba ocurriendo.
Iturralde hizo alusión a la misiva firmada por Mauro Cuéllar dirigida “A quien corresponda”, mediante la que, además, autoriza al club europeo que adquirió la ficha de García a pagar directamente al empresario portugués Acacio Casey Correia la suma de 900.000 dólares, como parte del pago de dicha transferencia.
Casey Correia fue quien lideró las negociaciones, y en el país era conocido por su permanente vinculación con los clubes, a los que proporcionaba el contacto con jugadores extranjeros. Dejó el país hace años.
El 31 de enero de 2001, fecha límite fijada por Bolívar al empresario Correia para confirmar la transacción, desde Lisboa fue éste quien primero dirigió una nota a Cuéllar, dándole instructivas para la elaboración de una misiva de aceptación y que ésta se la enviara por fax. A esas alturas, efectivamente los acuerdos de palabra ya habían sido establecidos con el club portugués.
En la carta, el empresario le decía al presidente de Bolívar qué era lo que debía escribir en el documento, que después salió desde el fax de Obrajes rumbo a Lisboa:
“Estimados señores, por la presente les informo de la aceptación de nuestro club a la transferencia de nuestro jugador Ronald García por el monto de $us 3.000.000.
Los últimos detalles de dicha transferencia serán arreglados luego de mi visita a su ciudad y de acuerdo con las negociaciones de nuestro representante en este tema, el Sr. Acacio Casey Correia.
Por lo mismo autorizo al club a pagar directamente al Sr. Acacio Casey Correia la suma de $us 900.000 como parte del pago de dicha transferencia, suma que servirá para pagar las comisiones apropiadas así como los gastos”.
Cuéllar firmó y mandó la nota ese último día de enero, según consta en la documentación original que está en poder del actual directorio de Bolívar. También envió otra carta dirigida a Correia: “Casey, es importante que el 20 por ciento de transferencia futura quede firme”.
Con esta última, el entonces titular “celeste” le recalcaba al empresario que debía asegurar la inclusión en el contrato de transferencia de una cláusula a través de la cual tanto Bolívar como la Academia Tahuichi recibirían el 20 por ciento, fruto de cualquier traspaso futuro del mismo jugador.
Iturralde dijo que ahora debe ser Cuéllar quien explique qué sucedió con esa transferencia. Recalcó que ésta no aparece registrada en el Balance General del Club del año 2001 ni posteriores.
En ese balance sólo figura un ítem por “transferencias de jugadores” por 580.000 bolivianos, que al cambio de entonces equivale a unos 90.000 dólares.
Acción intentó ayer reiteradas veces comunicarse con el ex presidente de Bolívar Mauro Cuéllar, para conocer su versión. Sin embargo, no pudo contactarlo, pues uno de sus teléfonos celulares estaba fuera de servicio, el otro apagado y en un tercero respondieron que no le conocían.
También al presidente ejecutivo de la Academia Tahuichi, Rolando Aguilera Gasser. Su hermana Tania —a quien se le interiorizó del asunto— se comprometió a que éste devolvería la llamada en cuanto pudiera.
LOS HECHOS DE 2001
31 de enero: Bolívar dirige una carta “A quien corresponda”, firmada por Mauro Cuéllar, informando acerca de la aceptación del club por la transferencia de Ronald García por el monto de $us 3.000.000. En la misma, autoriza al comprador a pagar directamente al empresario Acacio Casey Correia la suma de $us 900.000 como parte del pago de dicha transferencia para cubrir comisiones y gastos.
1 de febrero: El prestigioso diario deportivo portugués A Bola publica una amplia cobertura informativa sobre el probable traspaso de “Nacho” al Benfica, uno de los clubes más importantes de ese país. Y confirma la presencia del futbolista y su empresario en Lisboa, procedentes de Inglaterra, donde se había frustrado el traspaso a un club inglés.
2 de febrero: Acción informa la inminente partida de García, y anuncia como probable monto de transferencia la suma de $us 1.700.000, que no fue confirmada por ninguna de las partes involucradas. En esa edición, el entonces presidente de Bolívar, Mauro Cuéllar, declaraba que estaba a la espera de un fax del club portugués que confirmara la operación.
3 de febrero: Cuéllar asegura haber tenido contacto directo con dirigentes del Benfica, y que la negociación estaba cerrada en un 90 por ciento, faltando sólo detalles administrativos.
8 de febrero: Bolívar revela que se está produciendo un acuerdo entre el Benfica y otro club portugués, el Alverca, para ceder a éste a “Nacho” García. Asimismo, asegura que la “Academia” cedió en sus pretensiones económicas para posibilitar que el futbolista juegue en Portugal.
16 de febrero: Ronald García regresa a Santa Cruz sin su empresario y declara lo siguiente: “Está todo listo. Ya firmé un contrato por varias temporadas con un equipo de Primera División del fútbol portugués, pero no puedo decir nada más porque se me ha solicitado que no hable al respecto hasta que no llegue Casey (Correia, el empresario), quien se encargará de dar todos los detalles”.
21 de febrero: Acción informa que la operación fue completamente cerrada con la presencia del vicepresidente de Bolívar Mario Aramayo Roa, en Lisboa, quien finiquitó el acuerdo y firmó el contrato conjuntamente el empresario Correia para que García juegue en el Alverca. Pocos días después el jugador viajó otra vez a Portugal y tras pasar la revisión médica se enroló a su nuevo club.
El dato
En la fecha exacta
Según el acuerdo entre el ex presidente de Bolívar Mauro Cuéllar Caballero y el empresario portugués Acacio Casey Correia, éste estaba autorizado por el club a negociar y definir la transferencia de Ronald García sólo hasta el 31 de enero de 2001. Justo en esa fecha límite, el entonces titular de la “Academia” dirigió a Lisboa la carta de aceptación por los términos acordados de palabra, por 3.000.000 de dólares, cifra que superó la de 2.250.000 dólares que había sido estipulada como mínima para el traspaso de “Nacho” al fútbol europeo.
Según las cartas, la base mínima era de $us 2.250.000
De acuerdo con la documentación que está en poder del actual directorio del club Bolívar, en octubre de 2000 ya se establecieron los acuerdos entre el entonces presidente de la “Academia”, Mauro Cuéllar, con el empresario portugués Casey Correia para transferir al futbolista Ronald García a un club europeo.
Por entonces, Correia radicaba en Santa Cruz, hacia donde Cuéllar dirigió varias cartas.
El 17 de octubre le mandó dos, haciéndole conocer diversos detalles:
En una, las mínimas condiciones para transferir a García al fútbol europeo, que consistían en: la transferencia definitiva del pase del jugador por un valor de 2.250.000 dólares, pagaderos en una sola cuota. La obligación del club europeo de pagar el porcentaje del 10 por ciento de la transacción al jugador. Que Bolívar y la Academia Tahuichi reciban el 20 por ciento, fruto de cualquier traspaso futuro del mismo futbolista. La autorización al empresario para negociar el traspaso al fútbol europeo hasta el 31 de enero de 2001, impostergablemente.
Bolívar asumía, por su parte, la obligación incondicional de aceptar la oferta de un club que iguale o supere esas condiciones, debiendo transferir el certificado internacional del jugador desde que se hiciera efectivo el pago total del club europeo, a menos que de común acuerdo escrito las partes hubieran decidido otra cosa.
En la otra carta, Cuéllar le hizo saber a Correia las condiciones por la transferencia de “Nacho” a un club portugués, ofreciéndole una comisión del 10 por ciento del valor del traspaso, otro 10 por ciento del 20 por ciento por una transferencia futura a otro club comprador y, finalmente, el pago a otro intermediario, de nombre Antonio José Francisco Jesús, de 250.000 dólares de comisión.
En diciembre —día 18— también del año 2000 había aparecido otra opción, la de un comprador inglés, por lo cual Cuéllar dirigió otras dos cartas a Correia, por una parte autorizándole a llevar adelante la negociación en los mismos términos y, por otra, a que otro intermediario, de nombre George Macari, pudiera cobrar una comisión de $us 250.000.