La Prensa
Gladiador era quien batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos de la antigua Roma. Fueron gladiadores los bolivianos que anoche se midieron con las estrellas brasileñas y consiguieron un empate histórico en las eliminatorias, además el primer punto fuera de casa en el camino rumbo a Sudáfrica 2010.
Bolivia al fin demostró que es capaz de sostener un libreto táctico sin salirse ni un milímetro de él y lo hizo ante el todopoderoso Brasil, que anoche más bien fue un pálido Brasil, lo que no le quita ni una pisca de mérito —una conjunción de esfuerzo y sacrificio— a lo que hizo el conjunto nacional en Río de Janeiro.
La Selección Boliviana fue a Brasil con un objetivo claramente marcado, que era el de lograr el empate, siguió la planificación al pie de la letra y obtuvo de esos resultados que muy de vez en cuando se dan —el último fue hace 23 años— y de paso le amargó la vida al conjunto brasileño que no fue ni la sombra del que sólo días antes se había paseado en Santiago con goleada y todo sobre Chile (0-3).
Si Dunga y sus pupilos no supieron resolver los problemas que les planteó Bolivia es cosa de ellos. Lo que cabe resaltar es el dispositivo nacional, que si bien fue una apuesta al empate, no fue ultradefensivo, el equipo no fue a colgarse del travesaño como suele decirse, sino más bien actuó muy disciplinado, con gran entrega, y con ciertos aires que, por ejemplo, hicieron que fuera en el primer periodo el que más peligro —tibio pero peligro al fin— llevó al arco contrario.
Eso que en el fútbol se denomina táctica no se rompió ni cuando el árbitro ecuatoriano Intriago expulsó, en una exagerada determinación, a Ignacio García. Sólo habían transcurrido 8 minutos del segundo periodo, pero esa mano que le dio el referí a Brasil, éste no la supo aprovechar, entre otras cosas porque Platiní y compañía movieron rápido las fichas y refrendaron
—incluso con uno menos, lo que no se notó— el sistema que hasta entonces estaba dando tan buen resultado y que a la larga otorgó un punto que es de oro, por más que a Bolivia no le saque del último lugar de la tabla.
Para ir por partes. En el primer periodo, dos factores influyeron para que el marcador no se hubiera abierto: la atención defensiva que puso Bolivia y los pobrísimos recursos ofensivos de los que dispuso la Selección Brasileña, con Ronaldinho y Robinho opacados por Flores y Robles, que anduvieron sobre ellos.
Entre el mérito boliviano, con un trabajo incesante, no descuidando nada, y la inoperancia brasileña, contribuyeron a que esa primera parte casi no tuviera jugadas de riesgo, salvo las generadas por el conjunto “verde”.
Sólo una vez Arias y la defensa sufrieron un susto (17 minutos) en la primera y única opción generada por el local, a raíz de una escapada por la derecha de Maicon cuyo centro lo cabeceó alto Luis Fabiano.
Las otras tres ocasiones fueron generadas por Bolivia, especialmente una, a los 20 minutos, cuando un disparo de Ronald García obligó al golero Julio César a un rechazo corto que le quedó a Hoyos, y éste sobre la marcha definió casi sin ángulo, tirando la pelota a un costado del arco.
Esa jugada fue la más clara de todas, y quiere decir que fue Bolivia la selección que en esa mitad de partido estuvo más cerca del gol que Brasil.
Si los brasileños tomaron con humor el cero a cero del primer periodo, en el segundo sus caras se fueron alargando cada vez más. Jugar con uno más —tras la expulsión de Ignacio García— les hizo tener pleno control del partido y del balón, pero eso es un decir, porque no supieron qué hacer con éste; en cambio, en la medida que fueron pasando los minutos, la confianza boliviana creció y lo más notable de todo es que cada uno de los jugadores nacionales se identificó plenamente con la gran posibilidad de lavarse la cara de todo lo que había ocurrido hasta ahora en las eliminatorias, y la lucha fue hasta el final por no perder.
Pelota que llegaba al área era rechazada como sea, era lo mejor para no correr riesgos innecesarios, y si bien Brasil dispuso de al menos un par de opciones claras —muy pocas para ser Brasil— en la definición sus jugadores estuvieron con el pie cambiado, y acaso en la última ocasión, Arias estuvo magistral poniendo la mano para evitar que la pelota ingresara a su arco.
Tal vez el punto ayude poco, Bolivia no va a dejar por ahora el último lugar de la tabla, pero ayuda mucho a creer en un concepto: si hay trabajo, si hay
ideas, y éstas se las lleva a la práctica, se pueden sacar resultados como el de anoche, sea ante Brasil o frente a cualquier otro.
Línea por línea
UN SEGURO ARIAS
Los peores momentos para el arquero aparecieron en el segundo tiempo, pero Carlos Arias estuvo sereno y respondió muy seguro en cada intervención. En el último ataque de Brasil puso la mano con una gran reacción y evitó el gol.
SOLVENTE ZAGA
Raldes, el capitán, y los demás componentes de la defensa jugaron el mejor partido defensivo de Bolivia en estas eliminatorias. Los dos Ronald —Rivero es el otro— estuvieron muy firmes y sólidos, lo mismo que Hoyos, por la derecha e Ignacio García —luego también Luis Gutiérrez— por la izquierda. No dejaron huecos para los brasileños.
SACRIFICADA MITAD
Wálter Flores y Juan Carlos Robles jugaron sin dar respiro en la mitad de la cancha, ellos dos borraron a los talentosos de Brasil. Con igual esfuerzo Ronald García hizo esa tarea de contención, pero a aquélla le añadió salida. A los tres se sumaron Vaca y Moreno, sobre todo Joselito, al que se lo vio marcar como nunca antes, siendo que esa no es su habitual función.
POCO ARRIBA
Entre Moreno, que fue un poco volante y muy poco atacante, y Marcelo Martins fue escaso lo que Bolivia hizo en materia ofensiva. Sin embargo, cada uno contribuyó no con ir al frente, sino con retroceder y no dejar solo al resto del equipo en tarea defensiva. Especialmente Martins le puso una gran entrega a ese trabajo.
LA FIGURA
RONALD GARCíA
Lo mojada que estaba la camiseta de Nacho era como un símbolo de su sacrificada labor. Como él fueron varios —casi todos— los jugadores nacionales que se dieron íntegros, pero especialmente a él se le notó más por hacer una doble función en la mitad de la cancha, contener y salir, incluso llegar al otro lado. Un remate suyo —de los varios que intentó— casi provoca un gol.
EL ÁRBITRO
MAL
El ecuatoriano Intriago tuvo bastante de localista. Cinco minutos y ya le sacó a Moreno la primera amarilla por casi nada. Por una acción que máximo era para amonestar expulsó a Ignacio García. En cambio se hizo de la vista gorda cuando entre Josué y algún otro brasileño, con una gran mala intención, cometieron peores faltas. Perjudicó claramente a Bolivia.
Mejor que hace 23 años
Bolivia sigue sin poder ganarle a Brasil en su cancha, pero ya son dos los empates que ha logrado en eliminatorias. Quizás el de anoche (0-0) tenga mayor mérito que aquél de hace 23 años (30 de junio de 1985), cuando igualaron a un tanto
—el gol boliviano lo hizo Juan Carlos Sánchez—, sólo que esa vez la selección brasileña ya estaba a esas alturas clasificada al Mundial de México.
Síntesis
BRASIL 0
Julio César
Maicon
Luisao
Lucio
Juan
Lucas
(16’ST Julio Baptista)
Josué
Diego
(30’ST Elano)
Robinho
Ronaldinho Gaúcho
(30’ST Nilmar)
Luis Fabiano
DT: Dunga
BOLIVIA 4
Carlos Arias
Miguel Hoyos
Ronald Raldes
Ronald Rivero
Ignacio García
Wálter Flores
Jaime Robles
Ronald García
Joselito Vaca
(44’ST Diego Cabrera)
Jaime Moreno
(12’ST Luis Gutiérrez)
Marcelo Martins
(33’ST Pablo Escobar)
DT: Erwin Sánchez
Estadio: Joao Havelange
Recaudación: No se dio a conocer
Público: Unas 15.000 personas
Árbitro: Alfredo Intriago (ECU)
Asistentes: Félix Badaraco y Juan Cedeño (ECU)
Expulsado: García, 9’ST (B)
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