Está decidido: a partir de las próximas eliminatorias mundialistas, la Selección boliviana jugará como local en la ciudad de Santa Cruz, de acuerdo con un compromiso asumido por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ante la FIFA, el que ha sido guardado como secreto de Estado.
El estadio Hernando Siles de La Paz, la sede histórica de los cotejos de Bolivia en la competición premundialista, albergará por última vez en 2009 los cuatro encuentros que le quedan por jugar en casa rumbo a Sudáfrica 2010.
En 2014, la Copa del Mundo se disputará en Brasil, y para esa cita el seleccionado nacional intentará su clasificación jugando en el estadio “Tahuichi”, tal como ocurrió para el Mundial de México 1986.
Fuentes que merecen fe revelaron ayer que el compromiso de llevar la sede a Santa Cruz fue asumido por la actual dirigencia de la FBF hace siete meses, cuando el 27 de mayo de este año el Comité Ejecutivo de la FIFA levantó “provisionalmente” el veto a la práctica del fútbol en sitios por encima de los 2.750 metros sobre el nivel del mar, habilitando a La Paz, aunque por última vez para las actuales eliminatorias.
La Comisión Médica de la FIFA mantiene su rechazo a la disputa de partidos internacionales en sitios de altura y en ese sentido se manifestó hace poco, aunque la dirigencia de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ha preferido no vertir ninguna opinión oficial al respecto.
Por su parte, el vicepresidente de la FIFA, el argentino Julio Humberto Grondona, acaba de recordar que Bolivia se comprometió a construir un estadio en algún sitio de La Paz que esté dentro de los márgenes permitidos, de lo contrario esta ciudad no podrá ser sede de ningún cotejo a partir de las próximas eliminatorias.
La dirigencia nacional ha rechazado este extremo, defendiendo la soberanía boliviana y su derecho de elegir dónde jugar.
Empero, de acuerdo con las mismas fuentes, ante la imposibilidad de construir un nuevo estadio, la FBF ya decidió llevar la sede a Santa Cruz de la Sierra, y no descarta alternarla con Cochabamba, ciudad cuya altitud no entra en el veto de la FIFA.
Los principales dirigentes de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) tenían ayer sus celulares apagados, por lo que fue imposible recoger una versión de ellos.
En Santa Cruz, Bolivia jugó sólo una edición premundialista, cuando se enfrentó con Brasil, selección que le ganó, y con Paraguay, con la que empató en la capital oriental. De esa manera fue fácilmente eliminada de su propósito de llegar a México 1986.
La FIFA, explicó la fuente, no está dispuesta a volver a autorizar los cotejos de eliminatorias en La Paz, a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Para evitar el veto y que éste se propague a otros certámenes internacionales, como la Copa América de selecciones o los torneos de clubes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), la dirigencia sudamericana le ha sugerido a la boliviana cambiar de sede premundialista y evitar mayores conflictos, sobre todo por la postura de Brasil, que no cesa contra la altura, y Bolivia ha aceptado.
Esta información —tomada de una ocurrente fuente— no tiene que ver con la realidad y se acomoda a este día especial. Claro que para gastar inocentadas se necesita que haya inocentes. ¿Usted es uno de ellos?
4 Partidos más jugará Bolivia como local en La Paz, correspondientes a las eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010, todos el próximo año: Argentina, Venezuela, Ecuador y Brasil serán sus rivales. Otros cuatro encuentros afrontará fuera de casa y de esa manera completará su actuación en la actual competición.
La FIFA levantó el veto a La Paz sólo de manera “provisional”
El 27 de mayo de este año, exactamente un año después de anunciado el veto, Bolivia consiguió que el Comité Ejecutivo de la FIFA levantara “provisionalmente” la restricción a la práctica del fútbol en sitios por encima de los 2.750 metros sobre el nivel del mar y La Paz quedó habilitada.
La FIFA aceptó, asimismo, dejar de lado todas las restricciones anteriores y que se efectúen estudios médicos y científicos confiables sobre la práctica del fútbol en condiciones extremas para tomar futuras determinaciones.
De momento, Bolivia puede jugar en La Paz y de hecho terminará la actual competición en esa sede.
El “calvario” comenzó con la decisión de la FIFA, en mayo del año pasado, de vetar la disputa de partidos internacionales por encima de los 2.500 metros de altitud. En diciembre, hace un año, el mismo Comité Ejecutivo, reunido en Tokio, emitió una nueva resolución: no permitir partidos de las competiciones de la FIFA a una altura superior a los 2.750 metros sin una aclimatación necesaria.
La inmediata defensa contra el veto, encabezada por Bolivia, ocasionó que la FIFA cambiara la forma pero no el fondo de su decisión. Para que las selecciones rivales de la boliviana pudieran jugar en La Paz exigía, según supuestos informes de su comisión médica, una aclimatación de no menos de dos semanas. Algo imposible de cumplir.
En enero, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) reunió de emergencia a todos sus miembros en Chile; éstos determinaron respaldar a Bolivia y ratificar a La Paz como sede de los juegos premundialistas. Además, el veto no “tocaba” las competiciones regionales, como las copas Libertadores y Sudamericana.
Brasil, el país del fútbol cuya selección y clubes fueron los principales impulsores del veto, fue el único de Sudamérica que no firmó el documento de respaldo a Bolivia.
A la FIFA le importó poco la decisión de la Conmebol y reafirmó la suya. En abril de este año envió una carta a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en la que le pide que designe otra sede para los partidos de la Selección como local. La respuesta fue firme: Bolivia jugará en La Paz. El balompié nacional incluso presentó una demanda ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para defender la práctica del fútbol en la altura.
Las intensas gestiones de la Federación Boliviana y de la Confederación Sudamericana finalmente rindieron sus frutos. En mayo, el día 27, el Comité Ejecutivo de la FIFA, reunido en Australia, decidió dar “un paso atrás para reabrir la discusión” sobre la práctica del fútbol en condiciones extremas.
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