Los Tiempos
La alegría de los hinchas, jugadores y cuerpo técnico de Wilstermann por vencer el primer escollo para evitar el descenso se convirtió en un dolor de cabeza, ya que la policía que debió extremar esfuerzos para controlar a los fanáticos de Nacional Potosí que intentaban llegar hasta los jugadores “aviadores” con la intención de agredirlos.
Tras el pitazo final del partido, determinado por el árbitro Peter Guerrero, la hinchada de Wilstermann dio rienda suelta a su alegría con petardos y juegos artificiales, mientras los jugadores se abrazaban unos a otros para celebrar la victoria. La hinchada de Nacional Potosí ubicada en la curva sur, dirigió su furia en contra de los jugadores de Wilstermann y el juez del cotejo, los fanáticos trataron de ingresar al campo de juego, pero la policía impidió la acción que pudo traer consecuencias lamentables.
Más de mil hinchas del equipo local no se movían de la curva sur. Violentaron una pequeña puerta para el ingreso a la cancha, pero efectivos policiales que se encontraban en el lugar, impidieron que logren su cometido, en cambio, varios de ellos resultaron heridos producto de palazos y pedradas que recibieron.
La Policía tuvo que usar agentes químicos para dispersar a los iracundos hinchas, pero la violencia continuó por varios minutos.
Los hinchas de Wilstermann permanecían custodiados por un cerco policial en la curva norte, abandonaron el estadio cuando pasó el conflicto y el camino estaba despejado, una hora después del partido. Afuera del estadio, hubo enfrentamientos entre hinchas, muchos salieron heridos.
Poco después, los seguidores de Nacional Potosí se dirigieron a los buses que esperaban a los “aviadores” para retornar a Cochabamba. Rompieron ventanas e incluso golpearon a algunos choferes, nuevamente la Policía intervino con gases lacrimógenos para combatir la violencia, los potosinos amenazaban con dirigirse a la tranca para evitar la salida de los buses. Hasta pasada la media noche, fanáticos locales aún buscaban hinchas de Wilstermann para agredirlos.
Victoria
Sufrieron hasta el final
Tras el pitazo final del partido, determinado por el árbitro Peter Guerrero, la hinchada de Wilstermann dio rienda suelta a su alegría con petardos y juegos artificiales, mientras los jugadores se abrazaban unos a otros para celebrar la victoria. La hinchada de Nacional Potosí ubicada en la curva sur, dirigió su furia en contra de los jugadores de Wilstermann y el juez del cotejo, los fanáticos trataron de ingresar al campo de juego, pero la policía impidió la acción que pudo traer consecuencias lamentables.
Más de mil hinchas del equipo local no se movían de la curva sur. Violentaron una pequeña puerta para el ingreso a la cancha, pero efectivos policiales que se encontraban en el lugar, impidieron que logren su cometido, en cambio, varios de ellos resultaron heridos producto de palazos y pedradas que recibieron.
La Policía tuvo que usar agentes químicos para dispersar a los iracundos hinchas, pero la violencia continuó por varios minutos.
Los hinchas de Wilstermann permanecían custodiados por un cerco policial en la curva norte, abandonaron el estadio cuando pasó el conflicto y el camino estaba despejado, una hora después del partido. Afuera del estadio, hubo enfrentamientos entre hinchas, muchos salieron heridos.
Poco después, los seguidores de Nacional Potosí se dirigieron a los buses que esperaban a los “aviadores” para retornar a Cochabamba. Rompieron ventanas e incluso golpearon a algunos choferes, nuevamente la Policía intervino con gases lacrimógenos para combatir la violencia, los potosinos amenazaban con dirigirse a la tranca para evitar la salida de los buses. Hasta pasada la media noche, fanáticos locales aún buscaban hinchas de Wilstermann para agredirlos.
Victoria
Sufrieron hasta el final
Los casi tres mil hinchas que llegaron a Potosí para alentar a su equipo, sufrieron hasta el final del partido para celebrar la permanencia de Wilstermann en la Liga del Fútbol Profesional Boliviano.
Cuando Peter Guerrero sancionó el penal favorable a Wilstermann, el estadio que alentaba a Nacional Potosí enmudeció, y apenas se escucharon los silbidos de los hinchas de Nacional. La alegría de la barra “roja” fue inmensa cuando Hugo Suárez definió de manera espectacular la pena máxima.
Aunque no lograban igualarse a las bandas de diferentes colegios que tenía Nacional Potosí en la curva sur, la hinchada aviadora no se cambiaba por nadie y alentaba a su equipo; pero la alegría duró poco, porque un error garrafal de la defensa de Wilstermann, posibilitó que Cristian Reynaldo anotara el gol del empate a los 32 minutos del primer tiempo. El estadio estalló en euforia y petardos.
Los ánimos empezaron a caldearse en contra del árbitro, cuando a los 20 minutos, Guerrero no cobró un penal en contra de Wilstermann tras una mano de Olivares. “Vendido”, fue el grito unánime de la hinchada local.
Tras el empate, los wilstermannistas callaron, los potosinos empezaron a presionar, pero cuando llegó el gol de Pablo Salinas (41’PT) antes que finalizara el primer tiempo, nuevamente se llamaron al silencio.
Sólo se escuchaba a los “aviadores” alentar a su equipo y celebrar la victoria, en las otras tribunas, el leve murmullo de los grillos.
Aunque los jugadores de Nacional pusieron todo en la cancha para salvar el descenso, Wilstermann se metió en su cancha y no dejó espacios, pese a estar con un jugador menos. Cuando parecía que la suerte estaba echada, poco a poco la hinchada potosina empezó a abandonar el estadio e incluso las bandas de los colegios se fueron, dejando el espacio a los hinchas aviadores.
Al final del compromiso, hubo amagues de enfrentamiento entre algunos jugadores que pretendían agredir al técnico Eduardo Villegas, algunos periodistas tuvieron que intervenir para evitar mayores consecuencias.
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