La Prensa
La Academia puede dar por hecho desde ahora su pase al hexagonal final, tras ganar el clásico número 170 en la historia de la Liga. El gol del triunfo fue obra del zaguero Ronald Rivero. A The Strongest, los tres puntos perdidos pueden pesarle.
La Academia puede dar por hecho desde ahora su pase al hexagonal final, tras ganar el clásico número 170 en la historia de la Liga. El gol del triunfo fue obra del zaguero Ronald Rivero. A The Strongest, los tres puntos perdidos pueden pesarle sobremanera.
Bolívar se dio el gusto, ganó el clásico 170 en la historia de la Liga y los tres puntos que lo clasifican al hexagonal final, aunque quedan todavía tres fechas por jugar de la primera fase del torneo Apertura. El gol convertido por Ronald Rivero a los 31 minutos del segundo periodo fue el premio destinado al equipo que mejor jugó, sin ser un dechado de virtudes, y que no cesó en la búsqueda del arco contrario.
Ello no quiere decir que la Academia hubiera sido el cuadro que más opciones tuvo, porque si uno se pone a analizar lo que ocurrió en los 90 minutos se encuentra con que The Strongest dispuso de muchas, algunas muy claras, y por eso la derrota probablemente sea un castigo muy duro para los atigrados. Sin embargo, así es el fútbol.
El clásico dejó un panorama preocupante para el Tigre. Su clasificación está en veremos y va a depender de lo que haga en los tres partidos que restan.
Bolívar fue en la primera etapa dominador, el equipo que agarró la pelota más tiempo, el que la llevaba de un lado para otro y el que mostraba mayor vocación ofensiva; pero fue el Tigre el que estuvo más cerca del gol, porque cada vez que dispuso de ocasiones sus ataques fueron más punzantes.
A la Academia no le bastó la intención, evidentemente lucía como más ordenada tácticamente, sin embargo fueron pocas y no tan claras las veces que se internó en el área atigrada y logró inquietar al golero Gustavo Fernández.
Bolívar tuvo una virtud, la de ganar la batalla del medio sector, pero de ahí para adelante le fue complicado penetrar la línea defensiva que le propuso The Strongest, de manera que la mayoría de sus intentos quedaron sólo en eso.
El Tigre tuvo menos el esférico, pero hizo más daño; rapidez en la salida, dos o tres pases, le sirvieron para poner en apuros a la zaga celeste.
A los dos minutos el Bomba casi sorprende con un remate que salvó Arias. El mismo Gutiérrez, un rato después, le puso un lindo pase a Di Cosmo, pero el argentino se apresuró en definir y tiró muy alto cuando salía el guardameta.
El dominio de Bolívar originó, por ejemplo, una buena llegada de Cardozo, que se topó con la oportuna pierna de Amador y lo que pareció un penal, cuando a los 18’ Palacios bajó a Ferreira; el árbitro estaba muy cerca y no cobró nada.
Hasta cerca de la media hora fue un monólogo, Bolívar tenía las acciones controladas, pero de manera poco productiva. De tanto en tanto ponía el balón en el área de Fernández, pero sin mayor peligro.
En la recta final pudo llegar el gol de la apertura, y fue el Tigre el propiciador de las acciones más claras. A los 29’, una escapada por la izquierda de Chumacero y su centro fue definido por Gutiérrez, pero estuvo atento Arias.
Luego Di Cosmo no pudo llegar a un centro de Chumacero, con la defensa de Bolívar vaciada; y la más clara fue un tiro libre del Bomba, se tuvo confianza y desde unos 35 metros disparó bajo, el balón pegó en el palo derecho y el alma le volvió al cuerpo a Arias (45’).
El arranque del segundo tiempo fue aburrido, dio la impresión de que los dos equipos o estaban conformes con el empate o jugaban temerosos, evitando cometer errores en vez de arriesgar.
Las ocasiones de gol volvieron a ser escasas, cobraron vigencia los tiros con pelota parada y en ese acápite fue un sufrimiento para el golero atigrado cada vez que había un disparo. Al menos un par de veces Fernández dio rebote y fue cuando más cerca Bolívar estuvo de anotar, Ferreira culminó ambas tirando alto.
The Strongest, aunque fueron menos opciones, volvió a tener las más claras de ese lapso del partido. Vázquez tuvo el gol en sus pies luego de un estupendo pase largo de Rivero, pero se topó con Arias, el arquero se la jugó y evitó la caída de su arco.
El mismo Arias, rato después, salvó ante Vázquez, luego de un centro de Gutiérrez que optó por eso en vez de definir él. Finalmente la porfía ofensiva de Bolívar dio resultado en un tiro de esquina lanzado por Alex, Anderson alcanzó a cabecear y desubicó a toda la defensa, el balón fue a dar a la cabeza de Rivero, quien de ángulo difícil embocó. El 1-0 llegó a los 31 minutos y fue el que definió el partido.
El Tigre no se dio por vencido y se la jugó el todo por el todo. Como se abrió atrás pudo recibir algún gol más; sin embargo, generó al menos un par de ocasiones, una que terminó con el balón en la red, pero la terna cobró posición adelantada de García, y la otra —que fue la última— la tuvo Vázquez, porfió en ser él quien definiera ante dos compañeros que esperaban su pase, y su tiro se fue cruzado con Arias ya vencido.
El segundo clásico paceño de la Liga no tuvo un claro dominador, Bolívar lo ganó por algunos factores futbolísticos —su dominio territorial y la porfía para ir al frente— que lo hicieron ligeramente superior, eso lo llevó a embocar una única vez y a marcar la escasa pero valiosa diferencia.
La tarde de Rivero, no de Ferreira
No es la única vez que un zaguero define un partido. Le tocó ayer a Ronald Rivero en su primer clásico paceño oficial. El celeste, de ángulo difícil, cabeceó el esférico, que había sido pivoteado por Gonzaga tras el centro de Alex, y lo mandó a dormir al fondo del arco.
Se trata del primer gol de Rivero para Bolívar en el torneo Apertura. Lo festejó como si fuera el de un campeonato, quizás porque tenía una espinita clavada, la de haber fallado mucho en su tarea, la defensiva, durante la Copa Libertadores, actuación que en determinado momento lo puso en el ojo de la tormenta.
Mientras fue la tarde de Rivero, no pudo ser la de William Ferreira. El uruguayo, que había anotado en los tres clásicos anteriores —dos el año pasado y uno el anterior— se quedó sin festejar, incluso fue reemplazado.
Ferreira, todavía goleador del torneo Apertura con ocho anotaciones, hizo esos goles en seis partidos seguidos, entre la segunda y la séptima fechas. En la octava esa racha se rompió debido a que no fue tomado en cuenta para el partido en Trinidad ante Real Mamoré, y ayer en su reaparición, si bien tuvo dos opciones, desperdició ambas.
SIN FIGURA
Fue un clásico escaso de fútbol colectivo e individual. Apenas cabe mencionar algunos esfuerzos pasajeros. Por ejemplo Arias tuvo un par de tapadas que evitaron que Bolívar recibiera goles. Palacios jugó bien por el ala derecha del Tigre, por donde anuló todos los intentos celestes. Incluso terminó en un pie y aun así siguió poniendo la pierna.
EL ÁRBITRO
MAL
Raúl Orosco se comió dos penales en el primer tiempo, ambos debieron favorecer a Bolívar. El primero quizás no fue tan claro y podría admitir la duda, pero el segundo fue en sus narices, cuando García sujetó y jaló a Ferreira en el área. También pasó por alto los airados reclamos de Arias cuando el golero ya tenía amarilla, y debió mostrarle la roja. No fue un clásico caliente y por ese lado el referí la sacó barata.
LA OTRA MIRADA
PRIMER PENAL
Fue a los 18 minutos. Palacios cometió lo que a la distancia pareció una clara falta en contra de Ferreira. Lo bajó. Sin embargo, el árbitro Raúl Orosco dijo que no había pasado nada y dejó seguir. Ahí comenzaron los fallos del referí.
EL SEGUNDO
Corrían los 42’ también del primer tiempo. Era un tiro de esquina, García tomó a Ferreira de la camiseta y le jaló, de tal manera que no había dudas de que la falta existía. Cerquita, mirando lo que ocurría, estaba Orosco, y volvió a hacerse el de la vista gorda.
NI LA LENGUA
El referí también pasó por alto no una falta contra Chumacero, sino una agresión de parte de Ovando. El manotazo lo vio todo el estadio. El árbitro pareció entender que no era nada del otro mundo y ni siquiera mostró tarjeta de amonestación. Un Iván Gamoba habría sacado roja directa para el de Bolívar.
TAMBIÉN DA
Alejandro Chumacero es de los jugadores que reciben muchas faltas, su forma veloz y hábil de jugar lo exponen a ese tipo de situaciones. Pero el chico que acaba de cumplir 19 años no se queda atrás y también reparte leña. Eso sí, tiene una buena costumbre: va y ofrece su disculpa al contrario.
EL NÚMERO 55
Carlos Arias (foto) lució ayer un coqueto uniforme verde, que no se le conocía. Además, el número en la camiseta era el 55, no el 15 que había utilizado tantas otras veces. Según contó, fue un homenaje a su papá fallecido, pues representa el año de nacimiento de su progenitor (1955).
ROJA A REYES
Leonel Reyes (foto) vio la tarjeta roja después de algún tiempo sin ser expulsado. Ayer cometió dos faltas que el árbitro consideró que eran para amonestación.
A los 43’ lo expulsó.
Además, el referí amonestó a Ithurralde, Arias y Rivero, de Bolívar; a Colque, García, Angulo y Vázquez, de The Strongest.
SÍNTESIS
BOLÍVAR 1
Carlos Arias
Enrique Parada
Ignacio Ithurralde
Ronald Rivero
Abdón Reyes
Mario Ovando
Leonel Reyes
Rudy Cardozo
(40’ST Didí Torrico)
Charles Da Silva
(12’ST Alex Da Rosa)
Anderson Gonzaga
William Ferreira
(35’ST Gabriel Ríos)
DT: Santiago Escobar
THE STRONGEST 0
Gustavo Fernández
Luis Palacios
Santos Amador
Federico García
Percy Colque
(1’ST Rosauro Rivero)
Luis Ribeiro
(23’ST Thiago Leitao)
Carmelo Angulo
Alejandro Chumacero
Darwin Peña
Limberg Gutiérrez
Julián Di Cosmo
(10’ST Pablo Vázquez)
DT: Sandro Coelho
Gol Min. Autor
1-0 31"ST R. Rivero
Estadio: Hernando Siles
Recaudación: Bs 800.170.-
Público: 26.644 entradas vendidas
Árbitro: Raúl Orosco
Asistentes: Wilson Arellano y Juan Carlos Arroyo
Expulsado: Leonel Reyes (B), 43"ST
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