Mercado dejó de existir el 21 de enero de 1995. Iba a Sucre, a una reunión de dirigentes para replantear el futuro del fútbol boliviano.
“Él daba todo para su club, sacrificaba los tiempos que pudo estar con su familia; también hubo sacrificio económico ya que tenía en el corazón al Bolívar”, contó Luis Mercado, hijo de Don Mario.
Los que lo conocieron dicen de él que fue un hombre multifacético. Además de dirigir sus empresas, el presidente perpetuo de la Academia no dudó en ingresar al mundo de la política, fue parlamentario y alcalde de la ciudad de La Paz.
En su gestión edil, Mercado colaboró en la construcción de los cuatro estadios más importantes de la ciudad. Se reconstruyó el Hernando Siles, acabó la construcción del Luis Lastra de propiedad municipal y se construyeron los estadios Rafael Mendoza de propiedad del club The Strongest y Libertador Simón Bolívar del club Bolívar.
El arte y la cultura también tuvieron en él a un gran mecenas. Apoyó al cine boliviano desde Proinca (1976-1980) y a otras expresiones a través de la Fundación Emusa. Pero, sin duda, su gran pasión fue el fútbol. Presidente de Bolívar, invirtió tiempo y dinero no cuantificados en hacer de su club el más popular de Bolivia hasta situarlo en los primeros niveles en el ámbito del continente. “Vivo el juego tan intensamente que quiero estar allí (en el campo de juego) junto a mis jugadores. Me quedo en el banco de suplentes hasta que me echan el árbitro y los jueces de línea”, le dijo Mario Mercado a la revista El Gráfico de Argentina. “Bolívar es una pasión, una ocasión inigualable de servir a mi país, un vehículo hermoso para conocer los sentimientos del pueblo boliviano”, agregó Don Mario.
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