De un universo de 40.000 que fueron investigados, se detectó que el uno por ciento hizo rectificaciones en los nombres, lugares y fechas de nacimiento.
La Federación Boliviana de Fútbol ha detectado 400 registros de jugadores que han sido observados por las rectificaciones que se hicieron de nombres, edades, lugares y fechas de nacimiento. El resultado es la culminación de la primera parte del trabajo de revisión que encargó la entidad a una comisión de dirigentes presidida por Jorge Justiniano.
La adulteración de edades se constituye en un flagelo que afecta de manera evidente al fútbol boliviano desde finales de la década de los 70. En 1983 tuvo uno de sus puntos más críticos cuando Bolivia organizó el Juventud de América y más de 17 futbolistas de la Selección que nos representaron tenían sus documentos adulterados, situación que fue denunciada por el periódico Hoy Deportivo, que dirigía el periodista Miguel Velarde.
Otro escándalo de edades en el fútbol boliviano estalló el año pasado con las denuncias de que al menos cinco jugadores de la Selección Sub-15 que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur al parecer se rebajaron la edad para formar parte de ese equipo.
Las sospechas llegaron incluso hasta la organización. Hubo la posibilidad de que Bolivia pierda la presea dorada, pero al final no hubo más investigaciones porque la FBF se encargó de enviar al Comité Olímpico Boliviano toda la documentación que los jugadores habían dejado en la entidad en el momento de registrarse.
INVESTIGACIÓN. Este nuevo escándalo obligó a la dirigencia de la FBF a iniciar una indagación. De un universo de 40.000 futbolistas cuyos kárdex de los anteriores cinco años fueron revisados, se llegó al resultado de que 400 jugadores, el 1 por ciento, tiene su registro alterado. “Esa información ya fue comunicada al Comité Ejecutivo de la Federación”, sostuvo Justiniano.
MUCHO POR HACER. Sin embargo, el trabajo no está terminado, falta la segunda parte que es considerada la más minuciosa, pues se deben revisar uno por uno todos los documentos de los jugadores observados para establecer el momento y la manera que sus datos de inscripción fueron modificados.
La labor de la dirigencia, sin embargo, ha encontrado su principal traba en las resoluciones judiciales, un acto procesal por el que los futbolistas, en este caso, cambian sus fechas de nacimiento; pero además cambian una o varias letras de sus nombres y apellidos, o alteran el orden de éstos.
La Federación Boliviana de Fútbol se ha visto atada de pies y manos, no puede emitir ninguna sanción contra los futbolistas que tienen documentación fraguada porque la mayoría tiene el respaldo legal, a través de las famosas resoluciones judiciales, contra las que no se puede hacer nada.
“Contra eso no hay caso, no podemos anular nada. Hay el caso de un jugador, cuya identidad la guardamos en reserva, cuyo certificado de nacimiento está en observación porque fue rectificado, su caso está en asesoría legal de la Federación. El caso está estancado, pero nos amenazó con un amparo constitucional. La resolución judicial es de una autoridad competente y no se puede hacer nada”, comentó Justiniano.
Los únicos casos en que la FBF podría sancionar a los futbolistas que alteraron su nombre o edad son aquellos que no tienen respaldo legal, que nunca hicieron los trámites para el cambio, pero el dirigente considera que son muy pocos. “Si de aplicar sanciones se trata, hay que comenzar un proceso ordinario dentro de la entidad”.
Justiniano mencionó también que para que el padrón de jugadores de Bolivia quede totalmente limpio, se necesitará unos dos o tres meses más, pues la segunda etapa debe ser más precisa, que todos los datos cumplan con las normas.
Dirigencia analiza sanciones para los infractores
Las resoluciones judiciales a favor de los jugadores que han cambiado su edad o sus nombres se han convertido en el principal enemigo de la Federación Boliviana de Fútbol, que no puede sancionar a quienes tienen más de un registro.
La posibilidad de que jugadores observados no sean tomados en cuenta en selecciones menores es una de las que maneja la FBF para evitar que más atletas piensen en cambiar sus datos en documentos.
“Pensamos en restringir la participación de jugadores que tengan resolución judicial en selecciones menores. El objetivo es poner un freno a quienes piensan que por esa vía podrán acceder a mejores contratos con clubes del país o del exterior”, dijo Jorge Justiniano.
Contó que hizo las consultas a varias federaciones de la región y de otros continentes, cuyos dirigentes sugirieron esa medida que también fue aplicada en el exterior.
“Es una manera de control directa y acertada; nos comentaron que se hizo en varios países. Lo que estamos buscando es que esa costumbre sea erradicada y el fútbol quede limpio”.
La otra mirada
OBSERVADOS
En 2009, las denuncias contra jugadores de Bolívar que supuestamente habían falsificado su edad fue la detonante para que la FBF cree una comisión revisora de documentos. El afectado era Carlos Castro, quien no ha vuelto a jugar desde octubre de ese año.
RUMORES
El año pasado hubo sospechas de Romel Quiñones, actual arquero de Bolívar. Él mismo se encargó de desvirtuar las versiones diciendo que toda su documentación estaba en orden y que no tenía por qué preocuparse.
SANDY
En la conferencia de prensa que el miércoles ofreció Marco Sandy, ex técnico de la Selección Sub-20, dijo que por decisión consensuada con la dirigencia, decidió no incluir a jugadores observados en el torneo Sudamericano de la categoría que se realizó en Perú, para no tener sanciones internacionales.
ARTIMAÑAS
Dirigentes de las escuelas de fútbol de Santa Cruz, sin revelar sus nombres, han denunciado que en la Asociación de fútbol de su departamento son frecuentes los casos de adulteraciones, incluso citan los nombres de dos academias como las que más recurren a estas situaciones. En algún caso, a través de denuncias anónimas, se sabe que para hacer “creíble” la adulteración, los padres de familia de los involucrados o los propios involucrados deciden también bajarse de curso en el colegio.
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