Desde Roly Paniagua hasta “el Diablo” Etcheverry lo utilizaron. Fue un calzado que se hizo popular en el país, porque era flexible y sobre todo estaba al alcance de los bolsillos.
Santa Cruz-El Deber.- Quien no usó Kichute no tuvo infancia. Una frase muy popular, aunque con un toque de exageración, que refleja un concepto real que tiene sus raíces en la década del 70. Este famoso calzado, de color negro y fabricación brasileña, generó un gran impacto en Brasil a partir de la consagración de la selección de fútbol de ese país en el Mundial de México 70, con Pelé a la cabeza, experimentando su pico más alto entre los años 1978 y 1985, fue cuando sus ventas superaron los nueve millones de pares por año, según datos proporcionados por la empresa Alpargatas, dueña de los derechos.
Este zapato deportivo y flexible, y sobre todo al alcance de todo bolsillo, con una capacidad de adaptación al sol, la lluvia o a cualquier tipo de terreno, llegó a Bolivia a través de una importante empresa anclada en Santa Cruz, desde donde se distribuía el producto dos veces al mes al resto del país. Importadora Katya adquirió la exclusividad de esta línea de calzado y en poco tiempo empezó a expandirse hacia todos los rincones de Bolivia.
Niños y jóvenes bolivianos en edad escolar, de los años 70 en adelante, entre ellos algunos futbolistas que después alcanzaron fama internacional, reconocen haber tenido, alguna vez, un par de Kichute en casa.
Marco Antonio Etcheverry guarda agradables recuerdos de estos zapatos, tipo chuteras con cachos de goma, que llegaron a Bolivia por última vez empezando la temporada 2003. “Me acuerdo que para farsear que tenía Kichute los llevaba colgados en mi hombro. Es que eran lo máximo, incluso íbamos al colegio con esos zapatos”, se confiesa el popular “Diablo”, con ese aire de humildad que le caracteriza, dándole un ligero vistazo a su pasado infantil.
Hecho de lona y suela de goma, negro desde su nacimiento (después aparecieron los de colores), el Kichute en Bolivia tuvo su auge entre los años 80 y 90, con un descenso progresivo y súbito en ventas desde el año 2000, debido principalmente al ingreso de un producto chino (llegó con la marca Kichut, sin la letra “e”) idéntico al brasileño original, pero de menor calidad y a bajo precio.
Fue el inicio del fin de Kichute en Bolivia. En la actualidad, ni siquiera en el país fabricante se comercializa este producto, porque también sufrió profundamente los efectos de la competencia china.
Algunos futbolistas bolivianos, que fueron parte de la primera camada de tahuichis, campeones sudamericanos juveniles en Argentina 1981, también usaron esta marca que se puso extremadamente de moda en su momento. “Eran cómodos y baratos, pero también eran hediondos”, recuerda en tono de broma Joaquín Ardaya, capitán de aquel equipo que en la final venció a Independiente de Avellaneda por 3-1. De esa misma camada también son Francisco Takeo, Berthy Vaca y Roly Paniagua, entre algunos de los jugadores que después triunfaron en diferentes equipos profesionales de la Liga y la Selección Nacional mayor.
Por su parte, el ex delantero cochabambino William Ramallo tampoco esconde su pasado juvenil y confiesa que se sentía feliz usando estos calzados, porque
—según dice— se adaptaban a cualquier cancha. “Eran unos zapatos todoterreno, aguantaban partidos en el sol y la lluvia y no fregaban”, agrega, sin caer en la exageración.
El máximo goleador de las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos 94 recuerda que, además, muchos de sus amigos de barrio y compañeros de equipo de esa época los usaban para asistir al colegio o participar en algunos acontecimientos extradeportivos, como los desfiles patrios o actos cívicos.
El impacto del Kichute en Bolivia fue tan grande que camiones de todas partes del país llegaban y se estacionaban en la vereda de Importadora Katya en busca de los famosos calzados, convertidos para los empresarios de ese entonces en la “gallinita” de los huevos de oro, según comenta Erwin Saldías, del departamento de ventas, ligado a la empresa importadora desde 1993.
“De los vagones que venían repletos, iban directamente a los camiones, ni siquiera nos dejaban guardar el material en nuestros depósitos. Era una locura”, sostiene el hombre de ventas.
Las campañas publicitarias en Brasil y en los países adonde llegaba Kichute (en una de ellas aparecía el famoso Arthur Antunes Coimbra, Zico) tuvieron su importancia y los resultados fueron altamente positivos en cuanto a la venta.
Sólo quedan mil pares, todos número 44, y cuestan Bs 20
Por increíble que parezca, ocho años después del último pedido que se hizo de Kichute, en marzo de 2003, en la Importadora Katya aún quedan en almacén alrededor de mil pares de estos zapatos deportivos. El par cuesta 20 bolivianos, pero sólo tienen el número 44. Una reliquia en extinción.
“Al mes vendemos cuatro o cinco pares nada más, y generalmente se los llevan para realizar trabajos de campo o de barraca, debido a su alta durabilidad”, explica Erwin Saldías, jefe del departamento de ventas de esta importante empresa nacional, ubicada en la avenida Paraguá, a la altura del tercer anillo.
En la buena época, cuando se comercializaba Kichute a todas partes del país y en grandes cantidades, Santa Cruz se quedaba con un menor porcentaje, porque La Paz copaba casi la mitad de la mercadería que llegaba de Brasil. Aparte de las compras particulares en las tiendas y los mercados grandes, quienes buscaban permanentemente este calzado eran los dueños de clubes que tenían tres o más equipos en la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF). El padre Enrique Bujold, fundador del club San Martín, múltiple campeón infanto-juvenil en los años 70 y 80, compraba cientos de pares al año porque en esa época tenía jugadores en categorías sub-11, sub-13, sub-15, sub-17 y sub-19. La Academia Tahuichi, Universidad y otros clubes importantes de entonces hacían lo mismo. En ese tiempo, Kichute estaba de moda, además que era barato y su tiempo de vida era incalculable. Después aparecieron unas chuteras marca Febo, hechas de un cuero duro, pero los Kichute jamás perdieron vigencia.
“Quien diga que nunca usó Kichute tiene que estar mintiendo”, sostiene Eduardo Guilarte Montenegro, exentrenador de San Martín (zona Villa San Luis) y de selecciones juveniles cruceñas y nacionales, además que dirigió a varios equipos de la Liga, entre ellos a Destroyers, club al que está ligado en la actualidad.
LA OTRA MIRADA
UNA JOYA EN LA PAZ
Sólo La Paz consumía el 35 por ciento del cargamento que llegaba desde Brasil a la Importadora Katya. Un 60 por ciento se distribuía entre las ciudades de Cochabamba, Oruro y Potosí, mientras que sólo el 5 por ciento del pedido global se quedaba en Santa Cruz para abastecer los pedidos.
LA FÁBRICA SE CERRÓ
Debido a la competencia entablada por una fábrica china, que ofertaba unos zapatos parecidos de menor calidad y a bajo costo, en 2003 dejó de llegar Kichute a Bolivia y con el tiempo en Brasil cerraron la fábrica. Cuando apareció la marca Kichut (imitación china), las ventas en la Importadora Katya bajaron súbitamente en un 72 por ciento.
LA ESTRATEGIA
En un último intento por mantener el mercado, desde Brasil llegaban los zapatos con la marca Kichute a un costado, acompañada de una bandera brasileña que certificaba la autenticidad del producto. En la actualidad, la empresa Alpargatas sigue proveyendo artículos deportivos y para el campo, pero Kichute nunca más.
ExjugadorLas frases
“Eran unos zapatos tan finos que uno le podía dar día y noche hasta que se acababan. Lo bueno es que se utilizaban para jugar fútbol y fútbol de salón; se acomodaban a todo”.
Roly Paniagua
“En mis tiempos eran los zapatos que estaban de moda, y los que se podían comprar porque eran baratos. Lo bueno es que servían para la cancha y también para la calle”.
Juan Berthy Suárez / Exfutbolista
“Comencé a usarlos a los nueve años, después más seguido cuando llegué a la Tahuichi. Lo único malo es que cuando hacía calor quemaban los pies y tenían un olor inaguantable”.
Ronald García / Jugador de Bolívar
“Nosotros le llamábamos sacachispas. Eran cómodos y bien baratos, como para la gente humilde, pero cuando se calentaban, parecía que uno tenía dos estufas en los pies”.
Leonardo Fernández / Exarquero
“Con esos zapatos llegué de Riberalta a Universidad. Fueron parte de mi crecimiento como futbolista profesional, además que con ellos iba a pasar clases a la
universidad”.
Miguel Rimba / Viceministro de Deportes
“En los primeros años teníamos Kichute para ir a entrenar y era como el zapato oficial para los fines de semana. Eran tan hermosos que también servían para ir a clases, incluso en mi caso me gustaba farsear a mis compañeros porque realmente eran fabulosos en la época escolar, porque me las colgaba en los hombros, tengo lindos recuerdos de este zapato”.
Marco Etcheverry / Exjugador de la Selección
la frase que se decia en esos tiempos 87 mas o menos "Kichute cuesta menos, hiede mas"
ResponderBorraresta es la importadora KATHYA del señor carlos rodolfo kathya
ResponderBorrarCual es el segundo apellido del señor Ervin Saldias que tanto bien le hace al deporte. Nunca se ve ni su foto
ResponderBorrarTambién quisiera ver una foto del Sr Ervin Saldias S. Por favor. Yo uso kitchute
BorrarHola alguen tiene esas chutera kichute xfabor qisiera cimprarlas num 42
ResponderBorrarMe gustaría tener esos zapatos kichute para comprar 3 pares más :(:)
ResponderBorrarDonde será se banderan en Santa Cruz :l..
ResponderBorrar😔🤧😥 alguien sabe como puedo conseguir esos zapatos
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