Siete clubes —la mitad más uno, de los 12 que tienen el rótulo de profesionales en el fútbol boliviano— ya han cambiado al director técnico de sus equipos luego de cumplidas 15 fechas del torneo Fundadores de la Liga, alguno de ellos, el trinitario Real Mamoré, lo ha hecho dos veces, y la tentación por hacer rodar cabezas buscando culpables de los magros desempeños en el certamen sigue siendo moneda corriente en el fútbol boliviano.
El último de la lista ha sido Luis Orozco, que puso su cargo a disposición de la directiva de Nacional Potosí luego de la derrota de su equipo el sábado en la Villa Imperial ante Aurora, y desde ayer dejó ese cargo, que rápidamente ha pasado a manos del argentino Julio Zamora.
Lo que sucede en la actual temporada no deja de ser llamativa, porque la falta de paciencia de los dirigentes es mayor a la que tenían el año pasado, y el siguiente dato así lo demuestra: El 2010, en todo el primer campeonato liguero sólamente hubo cambios en cinco equipos, aunque Real Mamoré y el montereño Guabirá relevaron dos veces a sus técnicos en ese lapso.
Mamoré ha vuelto a caer en lo mismo este año, luego de la salida primero de Domingo Sánchez y después de Sergio Óscar Luna. Los otros seis equipos que no pudieron con la falta de resultados fueron Universitario, Real Potosí, Blooming, La Paz Fútbol Club, Aurora y ahora Nacional Potosí.
En algún caso el cambio les ha venido bien, por lo menos eso está demostrando Real Potosí, que ha dado un giro y se ha convertido en el equipo con mayor puntuación desde que asumió como DT el orureño Marcos Rodolfo Ferrufino.
Pero hay otros que, como es el caso de La Paz FC, de nada le ha servido si ello tiene que ver estrictamente con los resultados obtenidos, pues el azulgrana está igual o más ‘colero’ que antes del cambio.
Los dos ‘grandes’ de La Paz, Bolívar y The Strongest, todavía no han ‘tocado’ a sus entrenadores; lo mismo ocurre con el orureño San José —más allá de la inconformidad de su afición— y pasa también con Oriente Petrolero y Guabirá, que están mostrando un buen ‘aguante’.
El dato
Siguen
Ángel Guillermo Hoyos (Bolívar), Néstor Craviotto (The Strongest), Claudio Marrupe (Guabirá), Ariel Cuffaro Russo (Oriente) y Víctor Hugo Andrada (San José) son los ‘intocables’.
Zamora estuvo sin ‘pega’ sólo dos fechas
El argentino Julio Zamora dejó de ser técnico de Aurora después de la fecha 13 del torneo, la 14 y la 15 estuvo sin trabajo, pero reaparecerá en el banquillo en la 16, ahora al frente de Nacional Potosí, en reemplazo de Luis Orozco, quien ayer rescindió contrato.
Zamora será el cuarto técnico de Nacional desde que este plantel ascendió a la Liga de la mano de Víctor Hugo Andrada; luego estuvo Vladimir Soria, eso fue en la temporada 2009.
Al volver a la Liga en este 2011, lo hizo al mando de Orozco, quien dirigió 15 cotejos (seis victorias, dos empates y siete caídas), hasta que la derrota ante Aurora, el último sábado, lo ‘bajó’ del cargo.
El directivo Jorge Decormis confirmó ayer el acuerdo con Julio Zamora, quien llegará hoy a la Villa Imperial acompañado por Gastón Taborga, su ayudante técnico en Aurora.
“Restan pocos detalles que los vamos a solucionar estando en Potosí”, sostuvo el DT. Zamora no quiso entrar en más detalles sobre el equipo que le toca dirigir ahora, que está ubicado en la octava posición de la tabla, con 20 unidades.
Lorenzo Carri
‘¿Sólo de tres?’
U n colega y amigo, que ha visto muchos centenares de partidos ligueros, me decía ayer con tono burlón: “¿Sigues creyendo que el título es cosa de tres? Mejor que no te empecines, porque como van las cosas, puede ser campeón cualquiera de los seis de arriba…”.
Confieso que creo más en el olfato de mi amigo que en mis cálculos tambaleantes, porque de haber tenido que apostar estoy seguro que en la última fecha no habría acertado más que un partido (Bolívar-San José), y eso porque me parece que el técnico bolivarista tiene una dosis mayor de fe que sus colegas…
(Veo que todos señalan a Cristian Vargas, el jugador “santo” que volvió a incurrir en la violencia ingenua, como el culpable del bajón de su equipo, pero eso, como aquello de que “10 contra 11 no se puede” es algo muy discutible).
El torneo se ha tornado apasionante, cuando faltan siete jornadas, porque creo que ha vuelto al sube y baja de algún año anterior. Y esa irregularidad —tan sorpresiva en Oriente Petrolero, por ejemplo— motivará que aguardemos cada fecha próxima intentando adivinar qué equipo dará la sorpresa positiva (como ha sucedido en las recientes jornadas con el Real Potosí de Marcos Ferrufino) y qué conjuntos caerán o perderán puntos de modo inesperado.
Dejo el tema ahí. No me arrepiento de lo que afirmé hace unas semanas, pero me asaltan las dudas.
Unas pocas líneas para referirme al bochorno del domingo en Miraflores, cuando el público debió esperar más de 20 minutos mientras Real Potosí arreglaba el asunto de su vestimenta. El club potosino no tiene excusas —las que esgrimieron sus delegados fueron insulsas— y sería bueno que la Liga se lo haga saber de modo severo. Claro está que algo o mucho de culpa tienen los jueces y el mismo veedor del cotejo, porque no es posible que los equipos salgan al terreno para comprender que hay un problema.
Aparentemente es otro “problemita sin importancia”, pero hay que acabar con los caprichos.
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