La Razon
Aquella pasión que nació como una afición y entretenimiento de adolescente se convirtió en parte esencial en la vida profesional de Grover Echavarría, director de RadioDeporte, quien hoy cumple 72 años, y que ha marcado estilo y sello particulares con su relato, gritando miles y miles de goles.
Grover Echavarría Pozo, quien nació el 26 de diciembre de 1939, en Potosí, dedicó gran parte de su vida, casi medio siglo, al periodismo deportivo, en particular al relato. Lo escucharon quienes ahora son abuelos, los hijos de éstos y también sus nietos.
La voz sobria, elegante e inconfundible de Grover ya tiene su lugar en la historia del relato boliviano, por ello mismo comenzó a dejar la posta en su organización, que creó junto con su hermano Remberto, a la sangre joven, como su hijo Fernando, para que la dinastía de los Echavarría siga vigente en el éter.
“La pasión por el fútbol y el periodismo van intrínsecos en el periodista de deportes. Desde que uno lo practica en el colegio y hasta cuando es joven. Yo comencé relatando básquetbol en Potosí, luego en La Paz ya incursioné en el fútbol, que es el deporte rey que nos trasladó y colocó hasta donde hemos llegado actualmente”, destaca .
Los 72 años que hoy cumple, de ellos casi cinco décadas destinadas al periodismo, asegura que los disfrutó plenamente, ya sea en radio, televisión, prensa escrita y hasta el trabajo institucional que le tocó cumplir.
Recuerda que con el relato no hay fin de semana para la familia y que el periodista tiene que darse modos para atender y ver a la esposa e hijos. Estuvo en partidos de Liga, copas de clubes, eliminatorias, Mundiales, con un cariño especial al de Estados Unidos 1994, cuando fue a la cobertura de la selección boliviana.
“A mí nunca me cansó el deporte, menos el fútbol. Considero que para los relatores nuestra segunda casa son las cabinas de transmisión de los diversos estadios, donde pasamos los días de la semana cuando hay fútbol y los sábados y domingos. Había fechas complicadas cuando se presentaban muchas cosas y el esfuerzo era insuficiente”.
Vio jugar en la última parte de su carrera a Víctor Agustín Ugarte, el nacimiento futbolero de varias estrellas como Ovidio Messa, Carlos Aragonés, Erwin Romero, Erwin Sánchez, Joaquín Botero o Alejandro Chumacero. Y también vio el alejamiento del fútbol de algunas de esas estrellas, mientras él sigue en el relato.
Formación. Echavarría destaca que entonces la única manera de aprender y constituirse en un destacado comunicador era escuchando, practicando y corrigiendo. “La verdad que nuestra formación fue dedicarle mucho a la actividad deportiva y a la radial, es así como fuimos capacitándonos y mejorando”.Recordó que tenía extraordinarias colecciones de revistas deportivas internacionales como El Gráfico, Goles y Mundo Deportivo y que se suscribió a algunas publicaciones internacionales en las que uno no dejaba de sorber nuevos conocimientos.
Durante 10 años también cumplió la labor institucional como jefe de Relaciones Públicas del Ministerio de Asuntos Campesinos, luego ya se hizo cargo de toda la dirección de RadioDeporte, desde la producción hasta el manejo publicitario y las transmisiones como tal.
“Lo que pasa es que antes estuvimos alternando, pero cuando la envergadura del programa creció, pues ya nos obligó a dedicarle mucho más tiempo”.Echavarría, durante un año, trabajó en el periódico El Nacional. En esa oportunidad se hizo cargo de la página deportiva.
Luego, durante muchos años estuvo en TvDeporte, en el canal estatal, junto con su hermano Remberto, y luego en el canal 9, cuando era Paceña de Televisión, el primer canal privado del país.
“La locura del periodismo te quita tiempo y espacio, por eso mismo es que uno tiene que contar con el apoyo decidido de la familia para seguir”.
El ‘otro’ Grover, buen salsero y cantante de tango y samba
La sobriedad, seriedad y profesionalismo en el relato con el que se conoce a Grover Echavarría, tienen como lado paralelo a un hombre distinto, que sabe disfrutar la vida y los momentos especiales con la familia y los amigos, quienes destacan de él a un gran bailarín de salsa y cantante de tangos y sambas, como los argentinos.
Su fama de bailarín de salsa le significó elogios allá donde le tocó compartir algún momento de diversión, incluyendo a los propios amigos venezolanos, donde dicho ritmo se baila a gran nivel y uno para ser elogiado tiene que mostrar ese nivel.
“También me gusta cantar bastante, en especial los tangos. Tengo en casa el karaoke y muchas personas me preguntaron por qué no fui cantor con la voz que tengo, pero lo mío es el relato”, sostiene.
Consultado porque lo ven como a un hombre bastante serio, respondió que es serio en el trabajo, pero que en realidad es muy alegre, pues disfruta la vida en su plenitud.
“Internamente me gusta la vida, la disfruto toda, en el hogar, como papá, como abuelo, en el trabajo como director, como relator. A todo lo que hice siempre le metí pasión, cariño, dedicación”.
Entre sus gustos culinarios está el charquekán orureño y entre los de afuera está un bife argentino por la calidad de la carne, cuya comida le gusta acompañar con un buen vino. “Sin embargo, la mejor bebida para mí es el whisky, que la disfruto porque la siento. No me excedo. Además que un relator siempre tiene que cuidar la garganta para los partidos”.
Continúa en la práctica deportiva
Áquet y piscina
Considera que el hecho de practicar el ráquetbol y nadar en la piscina le ayudan bastante a mantener una gran vitalidad que se trasluce en el relato que mantiene con fuerza, agilidad y reacción inmediata para precisar lo que sucede en los partidos.
Centrodelantero
“En la cancha yo jugaba de centrodelantero, era goleador, ágil para saltar y cabecear. Lo evidente es que cuando trabajaba en el Ministerio de Asuntos Campesinos jugábamos bastante con los diversos colegas del periodismo”, recuerda.
Estudio y trabajo
Estudió 11 años en el colegio Franciscano y uno en el colegio Pichincha en Potosí; un par de años antes de terminar sus estudios, comenzó su labor radial en radio Potosí y en Liberación, luego se vino a La Paz.
Radiodeporte
En la sede de gobierno se unió con su hermano Remberto y juntos fundaron la organización radial RadioDeporte, un país en sintonía. Eso ocurrió el 5 de mayo de 1963. El programa fue sobre todo futbolero, pero hubo ocasiones que dedicó importantes espacios a otras disciplinas.
Un amigo
En la faceta de padre, sostiene que la mejor fórmula que le tocó aplicar para llevar una mejor relación con sus hijos Javier, Fernando y Mauricio fue la de ser un amigo, similar a la que desarrolla con sus siete nietos.