Era el minuto 37 del segundo tiempo en el partido Bolivia- Chile y el destino de la Verde estaba sellado con dos tantos en contra. Nada cambiaría en el campo de juego a esas alturas en que los chilenos habían ganado, además, la batalla en las tribunas, pues su hinchada hacía retumbar su escandalosa algarabía frente a los tímidos intentos de pequeños y aislados grupos de hinchas bolivianos.
¿Qué pasa con el apoyo que debe surgir de la espontaneidad a la hora de apoyar a la Selección boliviana de fútbol con una barra organizada? ¿Dónde se fue la pasión? ¿Estará esperando el hincha mejores resultados en el campo de juego? ¿Dónde quedó el “¡Bo-bo-bo, li-li-li, via-via-via! ¡Viva Bolivia, toda la vida!”, que coreaban, emocionados, miles de bolivianos en las eliminatorias al Mundial 1994?
Decir que el hincha boliviano no sufre por su Selección durante los 90 minutos de cada partido y que no hay grupos que apoyan al equipo, no sería justo. Pero, ¿por qué el público no se organiza como lo hace para apoyar a los equipos locales?
En busca de respuestas, Página Siete habló con periodistas, jefes de barras de equipos locales y autoridades del fútbol. El comunicador y columnista Ilya Fortún, opina que el caso de los hinchas de Bolívar y The Strongest es diferente “porque tienen ritmos distintos de acción y generan un mayor sentido de compromiso, más cercano y continuo”; mientras que el fervor que se da por la Selección, aunque sea más profundo y patriótico, es esporádico y menos pasional.
“En todo caso, creo que el pálido apoyo de la hinchada a la Selección tiene que ver con una acumulación de malos resultados durante mucho tiempo. Eso no es gratis, tiene su costo y uno de ellos es la generación de cierta apatía en la gente”, comenta.
Xavier Iturralde, jefe de “Aguante Celeste”, una de las barras de Bolívar, coincide con Fortún en que la Selección no juega con la frecuencia que debería, pero además señala que el tema de los asientos numerados y la venta previa limita la organización de una hinchada que esté agrupada en un solo sector.
Otro factor es el económico. “El costo de las entradas es más elevado en estos partidos y es más complicado organizar algo para la Selección, porque las barras no están conformadas por personas que tengan un gran poder adquisitivo”, manifiesta.
Y también está el aspecto cultural. El público en general es demasiado pasivo y limita la participación de las barras en los partidos locales. Se queja del ruido, no quiere que los hinchas estén parados todo el tiempo, o abarquen más de un sector, lo que genera muchas veces altercados con la Policía.
Barras “espontáneas”
La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) también tiene su posición. Su gerente, Alberto Lozada, manifestó muy escuetamente que “ninguna Selección del mundo tiene una barra o hinchada definida”, porque ésta se conforma por el mismo público de forma espontánea, y, según él, “el problema es más de motivación de las personas que de confianza en el equipo”.
Por su parte, el jefe de la barra “Ultrasur” del club The Strongest, Reynaldo Calatayud, sostiene que el tema es simple: no puede haber barra si no hay resultados y, lamentablemente, la imagen actual de la Selección no apasiona.
“Éstos son partidos que no deberíamos perder, que deberíamos tenerlos ganados y los resultados negativos hacen que haya mermado el apoyo de la gente”, señala.
Las soluciones
Los entrevistados coinciden en que el apoyo a la Selección debería surgir espontáneamente. Por ello, convocar a ciertos grupos como premilitares o colegiales para que lleven la batuta de una hinchada no es una alternativa idónea.
Según Fortún, más allá de preocuparse por hacer barra al equipo boliviano, es necesario que la gente impulse cambios en la estructura de la FBF y en la dirigencia de los clubes.
“Ahí es donde está el problema. Nuestro fútbol está enfermo de temas muy graves y estructurales porque los resultados son desastrosos. Cualquier tipo de energía que se invierta tiene que estar destinada a cambiar esto, antes que a generar a la fuerza una barra”, afirma.
Iturralde y Calatayud coinciden en que sería vital el apoyo económico de la empresa privada para facilitar una mayor y mejor participación de la hinchada de la Selección.
Para Iturralde, por ejemplo, no deberían regalarse entradas, porque el entorno futbolístico se convierte en un centro de corrupción.
Otro de los aspectos primordiales, en su criterio, es crear una personería jurídica para la barra que represente a la Verde, para que así se delimiten sus facultades y alcances.
Según Calatayud, la FBF debería apelar a las barras de los equipos como The Strongest o Bolívar para que apoyen a la Selección a través de un acuerdo mutuo. “Sólo es cuestión de llamar y consultar; lo haríamos encantados, creo que muchos miembros de las barras se sumarían”, finaliza.
Puntos de vista
Carlos Enrique Rivera Red Deportiva“El público de nuestra Selección es un público de concierto porque la FBF privilegia la venta de los abonos (...). Eso limita la adquisición de entradas sueltas y los precios de las localidades son prohibitivos para muchos. Por otro lado, pese a que la Selección esté muy mal en las Eliminatorias, el aficionado siempre apoya, pero es un público muy pasivo y el equipo no emociona”.
Toto ArÉvalo Deporte Total “Tenemos un público que va a tomar examen y no tanto a apoyar al e quipo. Deberíamos organizarnos para crear un apoyo, eso es lo que falta. Tienen que haber unos tres jefes de barra, como sucedía antes. Yo creo que falta ordenar y organizar, son necesarios los jefes para medir las emociones en la cancha y marcar presencia”.
Gonzalo Cobo Futbolmanía“Hay necesidad de una barra que sea bautizada y que inclusive se sepa que va a estar apostada en un sector específico del estadio, pero que esté identificada con la Verde. La propia FBF y los jugadores necesitan del apoyo de una hinchada (...). Tal vez se debería arrancar con una iniciativa para que luego la Federación apoye”.
“El fútbol en Bolivia está en terapia intensiva. Ya deben dormir con Sábana Santa el entrenador y los jugadores, porque se están muriendo”.
Lisandro “Chicho” Navarro. Legendario hincha del club Bolívar y de la Selección boliviana.
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