Uruguay salió decidido a modificar la imagen y el juego que mostró hace una semana cuando empató en casa 1-1 frente a Venezuela, lo que significó una decepción para la plantilla y los aficionados.
Ya a los tres minutos Suárez, que con su movilidad fue una verdadera pesadilla para la defensa peruana toda la tarde, recogió un balón al borde del área y su remate fue salvado por Álvarez cuando llevaba destino de gol.
Respondió Perú y Fernández, pese a tener poco ángulo para el remate final, obligó a una arriesgada atajada de Muslera tras una excelente jugada colectiva.
Los Celestes se plantaron en el campo rival y comenzaron a llevar peligro casi de manera constante hacia la portería peruana.
Penny le ganó un mano a mano a Suárez y a los 13 minutos fue Cavani quien quedó de cara a la valla rival y elevó su remate.
El gol no podía demorar y llegó en la jugada siguiente, en la que el defensa debutante Sebastián Coates cabeceó tras un saque de esquina y su remate pasó la raya de gol, aunque el balón fue posteriormente restado por la defensa. La Conmebol le acredita este gol a Luis Suárez.
A pesar de estar en desventaja, la visita mantuvo su esquema de súper población en el centro del campo a la espera de algún contragolpe.
Uruguay mantuvo el ritmo en la búsqueda del segundo gol, que llegó a los 39 minutos por intermedio de Maximiliano Pereira, que recogió un rebote en la defensa rival tras remate de Suárez.
Con dos goles de ventaja y dominio del trámite los Celestes tenían todo para seguir de largo, pero "la máquina se paró".
Bajó la presión uruguaya, Perú comenzó a crecer, primero tímidamente pero luego adelantó sus líneas.
A cinco minutos para terminar la primera parte llegó el descuento peruano, cuando el defensa uruguayo Diego Godín, asediado por Fernández, venció de cabeza su propia meta.
Si el primer tiempo terminó con preocupación para los casi 60.000 uruguayos que colmaron el estadio, el inicio del segundo los sumergió en la angustia.
La estrella peruana Paolo Guerrero recibió un balón elevado, hubo un despiste en la defensa Celeste que le dejó acomodar y su remate fue gol y balde de agua helada para el local.
A partir de allí, el partido ganó en intensidad, emoción y pierna dura.
Alentado por su público, Uruguay fue a buscar el desnivel, pero Perú llevó peligro de contragolpe.
Cavani ensayó una de sus habituales cabalgatas por la derecha y fue derribado dentro del área, Diego Forlán, máximo goleador histórico de la Celeste remató potente pero el meta peruano adivinó y mandó el balón al saque de esquina.
Cuando los nervios empezaban a pesar en el Centenario y la gente se miraba sin entender lo que pasaba, Cristian Rodríguez, que ingresó al campo dos minutos antes y también con golpe de cabeza volvió a poner arriba a Uruguay.
El final fue a puro nervio y emoción y ambos estuvieron cerca de marcar en mas de una ocasión.
Las mas claras fueron un cabezazo de Ramírez que Muslera paró firme y para Uruguay un tiro cruzado de Suárez que el portero peruano sacó con el pie derecho.
Cuando se jugaba tiempo de reposición, con Perú volcado por el empate y ambos equipos extenuados, llegó el cuarto gol uruguayo tras un contragolpe y por parte de Eguren, que también ingresó poco antes.
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