Yacuiba. El presidente del club Petrolero, Federico Ibarra, declaró estar “amargado” por lo que le está sucediendo con los problemas que tiene con el club, sobre todo el cruce de palabras con el actual entrenador, Mario Rolando Ortega.
Esta situación le provocó sinsabores que tensan su relación personal con el director técnico del equipo, de quien reniega señalando que “está alentando una división al interior del equipo, porque son cuestionables sus decisiones al postergar a jugadores de buenas condiciones y dar preferencia a otros que responden a sus caprichos”.
El directivo admitió luego que se cometió un error al haber contratado sus servicios hasta junio del próximo año, más aún si se toma en consideración que el presupuesto que supone la planilla mensual está en el orden de los 40.000 dólares, monto que corre por su cuenta personal.
Las diferencias llegaron producto del pedido de los dirigentes de que se relegue a Marcel Ortega, el hijo del entrenador, algo que no le gustó a éste.
Ibarra dejó entrever que por ahora el estratega seguirá dirigiendo el equipo, aunque éste no es un caso cerrado, porque el club se está asesorando jurídicamente para que en el corto plazo se pueda optar por una decisión final, porque, según anotó, está visto que Ortega no quiere optar por la renuncia.
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