Fue la gran tarde de Carlos Saucedo. Lució por primera vez la camiseta de la selección boliviana e hizo tres goles. Un aporte más que valioso para la goleada sobre el equipo uruguayo, campeón de América 2011. El Caballo —así apodado en el fútbol— galopó como nunca, volvió locos a los zagueros charrúas, se esforzó para llegar a cada pelota y metió tres: el primero —determinante para abrir la cuenta y darle tranquilidad al equipo—, el tercero y el cuarto, asegurando —goleada incluida— un triunfo que le hacía falta a Bolivia.
Con él como abanderado, el equipo —sin presión de ningún tipo— se divirtió en la cancha. Xabier Azkargorta tenía sus reparos, no estaba seguro de poner la dupla Saucedo-Martins por las similares características de juego de ambos (hombre de área). Al final —tras el último entrenamiento del lunes— se decidió y le salió demasiado bien.
Fue, además, la compañía que necesitaba Martins, alguien que peleara cada pelota como lo hace él. Es decir, el jugador del Gremio ya no estuvo solo y entre los dos complicaron muchas veces a los zagueros uruguayos. Azkargorta trabajó con ambos desde el sábado, se animó y fue la mejor decisión tomada en el último tiempo.
El Caballo no defraudó y a los seis minutos estrenó su cuenca con la Verde. Cardozo sirvió un tiro de esquina, Raldes alcanzó a tocar de cabeza y la pelota cruzó todo lo ancho del arco, hasta donde estaba Saucedo, todo un ‘cazador’ que no perdonó de zurda.
Antes que el festín del artillero continuara, Gualberto Mojica anotó un golazo, de tiro libre. Su fuerte disparo consiguió superar al guardameta Muslera, a los 27’. La figura de la tarde dijo de nuevo presente a los 5’ de la segunda mitad, cuando desde atrás ingresó al área y alcanzó a tocar de derecha con la suficiente fuerza para desviar la pelota enviada por Mojica desde un tiro libre.
El cuarto llegó tras una buena jugada de conjunto. Martins dejó pasar una pelota para habilitar a Cardozo, quien levantó el centro al segundo palo, donde Saucedo ingresó solo y marcó de cabeza. Saucedo lloró de emoción dentro de la cancha, no era para menos. Y también bailó el Gangnam Style, que por su ritmo contagioso, pegadizo y una extraña coreografía (su autor se balancea, salta e imita el andar de caballos) el tema se está haciendo conocido como “el baile del caballo”.
Como Botero, Ramallo y Sánchez
Trigoleadores
Sólo tres jugadores anotaron tres goles para la selección en un solo partido antes de que ayer lo hiciera Saucedo: William Ramallo y Erwin Sánchez, en la goleada 7-1 a Venezuela en Puerto Ordaz, en 1993; y Joaquín Botero, en el triunfo 6-1 en 2009 sobre Argentina en La Paz.
Un ‘hat trick’ real
Se denomina así cuando un futbolista marca los tres tantos en un mismo encuentro, con las dos piernas y la cabeza: Saucedo hizo el primero de zurda, el segundo de derecha y el tercero con un frentazo.
’Saucedo, Saucedo...’
Después de que obtuviera su segunda anotación, la gente en las tribunas empezó a corear el apellido del delantero. Todo comenzó en la recta de general y rápidamente se fue extendiendo por todo el escenario.
Devoto
Como lo hace siempre que anota goles en partidos del torneo liguero, en dos de sus celebraciones el futbolista levantó la camiseta verde par mostrar la que tenía puesta debajo, con imagen estampada de la Virgen de Cotoca. El futbolista nunca olvida su gran devoción por la Patrona del oriente boliviano.
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