Un hombre de profunda fe que creyó en Eduardo Villegas y en un puñado de jugadores que no le defraudó.
Kurt Reintsch estuvo a punto de desmoronarse una vez que el árbitro Óscar Maldonado pitó el final del encuentro.
No vio el partido porque el nerviosismo le puede jugar una mala pasada. Por eso eligió escuchar en el hotel el desenlace del encuentro. Llegó al Víctor Agustín Ugarte minutos antes del pitazo final.
No pudo con la emoción, se paró en la pista atlética, y cuando los periodistas se le abalanzaron, prácticamente se quedó mudo por algunos segundos.
Luego, sí dio rienda suelta al festejo y los abrazos interminables en el campo de juego con los jugadores.
“Yo estaba preocupado de que no pase nada aquí. Gracias a Dios que no pasó nada, me da gusto la fuerza con la que The Strongest demostró esa garra que lo hace único. También tuvimos la suerte de que los otros resultados se dieran para festejar por anticipado”, expresó a los diferentes medios de comunicación, antes de fundirse en un efusivo abrazo con Eduardo Villegas.
Luego, se dirigió al grupo de jugadores, con los que también se estrechó en un fuerte abrazo. Posteriormente, cuando los futbolistas y el cuerpo técnico rezaron en el campo de juego, se arrodilló al lado de Jaime Jiménez, cerró los ojos y agradeció al Supremo por tanta alegría.
Kurt no se cansó de agradecer a sus futbolistas por haber logrado esta conquista. Y no podía ser de otra manera, se dirigió en andas junto con sus jugadores donde estaba el grueso de la hinchada atigrada, a la que promovió su presencia en el estadio
potosino.
“Ver tanta gente stronguista era algo que no se podía creer, pero hay que tomarlo con mucha humildad, hay que agradecer fundamentalmente a Dios, a la Virgen, y pensar que lo que se ha conseguido es para la institución, no para la dirigencia, y hay que hacer fuerza porque mañana esta institución, que es decana del fútbol nacional, tenga buenos dirigentes, hay que forjar una nueva camada dirigencial que no se aproveche de las fotos ni del club y que logre hacer lo que hacemos nosotros”, dijo enfervorizado.
No quiso olvidarse de la dirigencia que puso su sello en la entidad decana. “Un gran abrazo para algunos buenos dirigentes como Sergio Asbún que nos libró de los problemas económicos de la Alcaldía, a don Douglas Ascarrunz, al doctor Hinojosa, Flores Morelli. Hubo gente buena que nos dio su mano y de los otros también”, afirmó evidentemente satisfecho.
Finalmente, agregó que es el momento del festejo. “Ya no vamos a pensar en los huecos que nos dejaron, sino en que somos tricampeones del fútbol boliviano y lo que se ha logrado es mucho”.
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