La Razon
Juan Américo Díaz fue un memorable del fútbol boliviano. Era conocido como el Tanque. Un notable delantero, grande y fuerte, respetado y a la vez admirado. Querido por muchísima gente. Y aunque nació en Argentina, fue un boliviano de verdad, y no solamente por su naturalización.
Díaz falleció el miércoles por la noche en La Paz, a la edad de 68 años. Su corazón dijo basta y un infarto terminó con el recordado jugador que lució varias camisetas del fútbol boliviano y también la de la selección nacional.
Inolvidable por su potencia y por sus goles, hizo una dupla estupenda por ejemplo con Juan Gitano Farías. Tuvo el gusto de jugar en la anterior época del fútbol profesional boliviano —hasta 1976— y también en la actual, cuando fue creada la Liga.
“Hablar de Díaz era hablar de gol. Fue un delantero letal, de gran eficacia”, lo recordó el periodista Tito de la Viña.
Nació en la provincia argentina de Santiago del Estero el 12 de noviembre de 1944, llegó a Bolivia y jugó entre 1967 y 1985, según los datos del periodista Lorenzo Carri —desparecido hace poco—. Arribó a nuestro país, adoptó posteriormente la nacionalidad boliviana, creó una familia, y no se marchó nunca más.
Debutó en el fútbol boliviano el 9 de abril de 1967 luciendo la camiseta de Mariscal Santa Cruz y ese día presentó sus credenciales con dos goles ante Universitario.
El director de la cadena Pratel, el periodista Juan Carlos Costas Salmón, recuerda que “desde que llegó de la Argentina a Mariscal Santa Cruz, era un futbolista disciplinado, era un excelente ejemplo de jugador de fútbol”.
Fue integrante de The Strongest, desde aquel “The Strongest Símbolo” que se formó tras la tragedia de Viloco —donde falleció todo el primer plantel atigrado—, y siguió en el elenco de Achumani hasta 1974.
Entre 1974 y 1976 formó parte del plantel de Bolívar; entró en la Liga con los colores de Always Ready —su querido club de la banda roja— y posteriormente siguió jugando y haciendo goles en Independiente Unificada y Chaco Petrolero, para volver una y otra vez a su Always hasta el día de su retiro como futbolista.
Según el libro del desaparecido Jorge Hochmann, actuó en 19 clásicos paceños, 14 de ellos con la camiseta gualdinegra, y con ambos equipos populares de La Paz jugó la Copa Libertadores de América (diez partidos, y un gol) en 1971 y 1976.
El entrenador Freddy Valda lo convocó al seleccionado Verde en 1969, y debutó precisamente ante Argentina, la selección de su país natal, el 27 de julio, cuando el elenco nacional ganó 3-1 y Juan Américo hizo el primero de esos tantos.
Según los datos del historiador Carlos Mesa, disputó diez cotejos y anotó tres goles en la selección, a la que volvió en 1975 —nuevamente llamado por Valda— para disputar su último encuentro ante Chile, el 13 de agosto de ese año.
“Se va el Tanque y con él un poco de la historia del fútbol boliviano, porque para mí Juan Américo Díaz fue uno de los jugadores más extraordinarios de nuestro balompié”, opinó Gróver Echavarría, de RadioDeporte.
Díaz llegó al país sin hacer mucho ruido hace 46 años y entró, con su gran clase y con sus goles, en la lista de los futbolistas inolvidables, lo que queda imborrable a pesar de su partida.
Querido dentro y fuera de la cancha
Opinan:
Tito de la Viña (periodista): ‘Tremendamente disciplinado’
“Fue una de las figuras más emblemáticas del fútbol boliviano. Era un muchacho tremendamente disciplinado, una persona correcta dentro y fuera del campo de juego”.
Juan Carlos Costas, periodista: ‘Conformaron un lindo equipo’“Hizo sus primeras armas en Mariscal Santa Cruz. Con Remberto González, Juan Farías, Víctor Barrientos y Víctor Montoya conformaron un lindo equipo. Lo mismo en The Strongest”.
Alfonso Arévalo, periodista: ‘Su aporte ha sido extraordinario’
“Juan Américo Díaz ha sido uno de los argentinos más bolivianos que llegaron, su aporte a nuestro balompié fue extraordinario y se convirtió en un referente de nuestro fútbol”.
Gróver Echavarría, periodista: ‘Rompía las defensas’
“Fue uno de los jugadores más extraordinarios, aquél que tenía la capacidad de romper defensas, era una gran definidor. Levantaba a todo un equipo en los momentos difíciles”.
Guido Loayza, presidente de Bolívar: ‘Marcó una gran época’
“Marcó una gran época en nuestro fútbol. Lo vamos a recordar como un gran jugador y una excelente persona. Los que lo conocimos sentimos mucho su partida”.
Ramiro Blacut, exfutbolista: ‘Determinante en sus equipos’.
“Juan Américo ha sido extraordinario, un goleador de gran calidad, un hombre de gran poder ofensivo y de definición, además un gran cabeceador y determinante en sus equipos”.
El ‘Gitano’ pierde a su amigo de toda la vida
Jaime Ayllón/La Paz
Juan Farías no pudo contener las lágrimas por la partida de su amigo de toda la vida: “No lo puedo creer”, exclamó cuando ayer por la tarde llegó al velorio de Juan Américo Díaz.
Fueron inseparables desde que se conocieron en 1967, en filas de Mariscal Santa Cruz. El Tanque llegó al país en marzo de ese año y el Gitano, un mes después.
“Fue mi entrañable amigo. Vivimos juntos durante mucho tiempo en dependencias que nos dio el Ejército, así que no solamente compartimos esas grandes tardes de fútbol en un terreno de juego; los dos nos hicimos ciudadanos bolivianos, los dos fuimos a la selección, los dos formamos nuestras familias aquí y nos quedamos a vivir en el país”.
Según Farías, en el fútbol se tuvieron que separar “cuando él dejó Mariscal Santa Cruz para ir a The Strongest y cuando yo llegué al Tigre, él partió a Bolívar; pero siempre fuimos amigos dentro y fuera de las canchas”.
“Hace más de 40 años que cultivamos esta hermosa amistad, siempre nos veíamos, nos preocupábamos el uno del otro, mucho más en esta que yo le llamo ‘la recta final’. He quedado impactado con su partida”, agregó, sin poder decir nada más.
“El Tanque me decía: ‘Chango’, vos encárgate de atajar todo ahí (en el arco), que yo me encargaré de hacer los goles para ganar el partido’”. Así lo recordó ayer Luis Esteban Galarza, compañero de Juan Américo Díaz en las tardes de fútbol que compartieron en filas de The Strongest.
Así como Díaz era un notable en la delantera, Galarza lo era cuidando los tres palos, y en los años que estuvieron juntos crearon “una gran amistad”.
“Como compañero, el Tanque era una gran persona; como jugador, uno de los puntales de nuestro fútbol. Me da mucha pena su partida. Hablar de él me trae muchos recuerdos, fue uno de los grandes goleadores del fútbol boliviano y una excelente persona”, sostuvo ayer Galarza, quien vive en Santa Cruz.
Díaz y Ricardo Fontana también eran amigos. Sin embargo, a pesar de que los dos tuvieron como camiseta la de The Strongest, nunca pudieron jugar juntos.
“A pesar de no haber jugado a su lado, siempre lo voy a recordar como una gran persona, de excelente calidad humana, porque además siempre nos ayudábamos entre argentinos en Bolivia”, recordó el Tano.
Hizo dos goles de entrada
Buen debut
El 9 de abril de 1967, Díaz debutó en el fútbol boliviano, lo hizo en filas de Mariscal Santa Cruz. En ese mismo partido consiguió dos goles ante Universitario y puso su sello de entrada. Después se hizo reconocido en sus equipos y en la selección nacional.
Su trayectoria
Jugó en Mariscal Santa Cruz, The Strongest, Bolívar, Independiente Unificada, Always Ready y Chaco Petrolero. Y por supuesto, en la selección boliviana (1969 y 1975).
Goleador
El Tanque adoptó a Always Ready como su club más querido y cuando dejó la actividad, se marchó siendo el máximo goleador del equipo de la banda roja en la Liga, con 45 anotaciones.
En la verde
Debutó en la selección contra Argentina, a la que le hizo un gol. Y ese mismo año (1969) estuvo en un partido jamás olvidado, el que Bolivia le ganó a Perú 2-1. Los tantos nacionales fueron: un autogol de Chumpitaz y otro de Díaz.
El adiós
La misa de cuerpo presente será a las 14.30 (funeraria Renacer) y su entierro en el Cementerio Jardín (sector Sendero de Cristo).
Como técnico se dedicó a la formación
Juan Américo Díaz dejó de jugar, pero no se marchó del fútbol. Decidió emprender la carrera de director técnico y dirigió a varios equipos.
El exzaguero Óscar Sanz lo tuvo como compañero, primero y como DT, después. “Fue un extraordinario jugador, luego me dirigió en Always Ready y lo recuerdo mucho por su trabajo. Terminé siendo su asistente técnico”.
Sanz considera que Díaz como entrenador “se dedicó mucho a la formación”.
El exatigrado Uber Acosta fue su jugador también en Always: “Como técnico tenía una gran capacidad, pero más que técnico era un gran maestro, un consejero. A mí, por ejemplo, me enseñó a moverme dentro del área, a participar en el juego aéreo, me corrigió en el salto y me ubicó en el lugar preciso.
Además, tenía un gran don de persona”.
El presidente de 31 de Octubre, Raúl Colque, recordó que el Tanque dirigió a su equipo en la AFLP en 2005. “Era un hombre que tenía paciencia con los jóvenes, los orientaba, les enseñaba y sobre todo les prestaba atención”.