Carlos Borja había cumplido 18 años un par de meses antes (en diciembre). El 18 de febrero de 1979, en el entonces estadio Willy Bendeck, de Santa Cruz, Bolívar —con él en sus filas— se consagraba campeón de la Liga y lograba el primero de sus 18 títulos en esta era. Desde entonces, con relación a los demás clubes, de lejos es el más exitoso y el más ganador.
Algunos de sus principales protagonistas no sólo destacan las coronas obtenidas, también recuerdan que el equipo era una verdadera Academia de figuras, que marcó una línea de juego vistoso y atildado, una cátedra del buen fútbol.
“Entre los titulares era el más joven y, como es lógico, tenía muchos nervios. Bolívar tenía un gran equipo: Pablo Baldivieso, Ricardo Troncone, Luis Gregorio Gallo, Carlos Aragonés, Jesús Reynaldo, Tamayá y muchos otros. Duro y difícil de superar”, asegura Borja.
Ese domingo, los académicos vencieron a Wilster por 1-0 y comenzó una época gloriosa. Lo mejor vino después: Bolívar empezó a marcar clara diferencia en los años 80, en los que obtuvo cinco coronas: 1982, 1983, 1985, 1987 y 1988. En los 90 no se quedó atrás, porque “agarró” otras cinco: 1991, 1992, 1994, 1996 y 1997.
Y cuando llegó la década del 2000 siguió con esa tradición, ganando cinco más: 2002, 2004, 2005, 2006 y 2009. El más ganador de los clubes del país sigue su marcha ascendente y ahora totaliza 18 cetros contando los que vinieron después: 2011 y 2013
“Sin duda que en las etapas de los 80 y 90 Bolívar ganó casi el 70% de los títulos y lo otro lo dejó para el resto. Todo eso mostró la calidad de equipos que tuvo, los jugadores con jerarquía, el buen trabajo realizado, la actitud, además de factores que no sólo nos hicieron ganar en Bolivia, sino afuera, donde estuvimos cerca de llegar a una final de Copa Libertadores”, recuerda Borja.
Destaca que la Academia tuvo equipos que marcaron historia, con jugadores fieles al estilo del fútbol de Bolívar: Carlos Aragonés, Erwin Romero, Carlos Ángel López, Erwin Sánchez, Marco Etcheverry, Julio Baldivieso, Ramiro Castillo, Mauricio Ramos, Luis Cristaldo, Leonel Libermann, Pedro Guiberguis y algunos otros.
Otro histórico y gran protagonista de la mayoría de esos títulos fue Vladimir Soria —asistente técnico del actual equipo—, quien ganó nueve de esas conquistas como futbolista y tres como director técnico, según él mismo.
“Todos los títulos fueron especiales, en cada uno de ellos todos pusieron lo suyo. Cada título fue especial y tuvo su característica de complejidad. Bolívar siempre marcó diferencia por su planificación, inversión y por los jugadores que tenía”.
Nunca se cansó de festejar
Época dorada
En tres décadas obtuvo 15 coronas, sólo contando los llamados títulos nacionales, pues aparte ganó torneos completos que antes no se contabilizaban como tales.
Decayó
Fue el segundo campeón liguero, con la corona obtenida en 1978. El primero fue su tradicional rival, The Strongest (1977).
Mercado fue el visionario de la etapa exitosa
Los exjugadores consideran que la etapa dirigencial de Mario Mercado fue vital para la Academia, porque bajo su mando se planificaron y conquistaron una gran cantidad de títulos. El zaguero Marco Sandy destaca que si Bolívar le debe a alguien su pasado es a Mercado, un hombre arriesgado y a la vez positivo.
“Yo creo que si Bolívar es un ganador en la etapa liguera, es porque contó con un dirigente de primera. Don Mario fue el artífice para que Bolívar armara los mejores equipos en la Liga, tuviera a los jugadores más talentosos y así con planteles poderosos ganó tantos, pero tantos títulos a nivel nacional”. También destaca la política que había, de apoyar a los planteles y, por ende, a los jugadores, sin tantos cambios.
Según Carlos Borja, Mario Mercado Vaca Guzmán tenía proyección y ambición, por eso trajo jugadores y entrenadores de jerarquía y de selección. El excapitán de todos los tiempos recuerda que Mercado trajo a los peruanos Jorge Hirano, Jorge Olaechea y Eusebio Acasuzo, al arquero uruguayo Javier Zeoli, al argentino Carlos Ángel López, al delantero paraguayo Javier Sanabria, entre otros.
En aquellos tiempos exitosos, la Academia no sólo contaba con los mejores directores técnicos del país, sino de afuera como el chileno Andrés Prieto, los argentinos Omar Pastoriza y Gustavo Merlo o el ruso Vitaly Shevchenko.
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