El presidente Evo Morales a tiempo de reconocer sus limitaciones políticas para intervenir como Estado en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), dijo que no descarta postularse a un cargo de dirigente deportivo de alguna asociación para aplicar “una profunda reforma”. Planteó la necesidad de un cambio en la actual dirigencia.
Luego de la derrota con Chile, Morales ofreció una conferencia de prensa en Palacio Quemado, donde dijo que el fútbol boliviano necesita una nueva estructura y una forma de consolidarla sería a través del trabajo conjunto del Gobierno con una “nueva dirigencia que quiera aportar”,
El mandatario admitió las limitaciones para una intervención estatal a la FBF, porque tiene su propia estructura y reglamentos internos y una eventual incursión ello provocaría sanciones de parte de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), por lo que cuestionó la labor de los actuales dirigentes del futbol quienes, según dijo, “viven del futbol”.
Morales se mostró convencido que la actual dirección necesita de un cambio e ir hacia un mando único, en lugar de varias cabezas, porque distintos direcciones hacen mal al futbol y mostró como una prueba la deuda tributaria que tiene la actual FBF por 16 millones de bolivianos
“Los futbolistas de hoy, de la Selección Boliviana, hacen mucho esfuerzo para representar, pero sin estructura y yo diría sin dirigencia. Yo aprendí en la vida, cuando uno es nombrado hay que enamorarse de nuestro trabajo, hay que pensar y pensar cómo podemos aportar. Ya nos conocemos con algunos dirigentes, están pensando en sus propios intereses”, dijo al respaldar las iniciativas de un cambio profundo del futbol.
Expresó su amplia disposición a que el Estado participe en las estructuras del fútbol y por eso confesó que después que deje de ser Presidente, verá cómo empezar a ser dirigente de alguna asociación de fútbol, de alguna liga, para ser dirigente nacional. “Yo estoy convencido si hay interés, Bolivia debe ser uno de los mejores y Bolivia puede estar exportando jugadores”.
La reacción del Jefe de Estado se produjo luego que un grupo de exfutbolistas y técnicos nacionales hicieron conocer a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley por el cual debería intervenir en la conducción de la Federación; algo que el mandatario descartó pero respaldó una renovación de los actuales dirigentes.
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