The Strongest obtuvo anoche, en Asunción, un empate con sabor a triunfo ante Nacional (0-0), en el debut de ambos en la Copa Sudamericana. Si bien el resultado mantiene la chance intacta de ambos para seguir en carrera, el Tigre lleva las de ganar, a sabiendas de que definirá la llave en su casa del Hernando Siles, ante su gente, y frente a un rival que le teme a la altura.
Nacional no sólo quería ganar este primer encuentro, sino hacerlo con una buena diferencia de goles; sin embargo se topó con un rival bien parado, que para defender el cero lo alejó de su área con mucho esfuerzo de parte de todos los jugadores, algo muy meritorio que hizo The Strongest para cumplir una parte de su plan.
Si bien el trabajo defensivo del conjunto gualdinegro comenzó con nervios, fue creciendo de mitad de cancha para atrás hasta hacerse sólido, impidiéndole cada vez más la creación de espacios a su oponente, que —a diferencia de lo que se presumía— no tuvo tantas ocasiones de gol.
Dos veces estuvo cerca de anotar el conjunto paraguayo antes del primer cuarto de hora, eso fue porque a The Strongest le costó pararse bien de comienzo, pero luego los atigrados se afirmaron y también empezaron a generar situaciones claras.
Melgar, Mealla y Escobar tuvieron en sus pies buenas incursiones gualdinegras, incluso más adelante hubo una de Cristaldo; por tanto, la primera parte dejó la sensación de que, aunque el dominio era de Nacional, las opciones más claras eran del Tigre.
En la segunda parte, por más que intentó Nacional, no pudo hallar claridad y pasaron muchos minutos sin que Vaca, el guardameta de The Strongest, tuviera algún sofocón. El conjunto boliviano volvió a acercarse al gol sin conseguirlo.
Con el reloj girando en contra, Nacional empezó a apretar con muy pocas ideas, tirando pelotazos y buscando el error del adversario. En una de ésas, Ríos pifió un rechazo y la pelota le pegó en la mano dentro del área, acción que el árbitro —apoyado en su asistente— interpretó como penal.
El fuerte disparo de Riveros (78’) hizo que la pelota pegara en el travesaño y en la línea de sentencia, sin entrar. Hubiera sido injusto que, manteniendo a raya a su rival, The Strongest se fuera derrotado. Eso sí, también estuvo de su parte la buena fortuna en los instantes finales, en los que al menos hubo dos jugadas del conjunto paraguayo con claras ocasiones, que terminaron fuera para la alegría stronguista.
El árbitro - Regular
Bascuñán cobró como penal una mano casual, haciendo oídos sordos a la norma. Dejó pasar varias faltas contra jugadores atigrados.
La figura - Ernesto Cristaldo
Dentro de la entrega general que hubo en The Strongest destacó la fuerza, solidez y claridad que combinó el futbolista paraguayo.
Los datos
La más clara
En el primer tiempo hubo pocas, pero la situación más clara fue para The Strongest: primero tocaron Torrico y Cristaldo, y después el disparo de Escobar se fue cerca de un palo.
Del local
A partir del penal, el partido, que The Strongest había logrado equilibrar, se inclinó a favor de Nacional. Y fue como si el balón no quisiera entrar: aparte del fuerte disparo al travesaño de Riveros, hubo al menos dos acciones más que pasaron cerca.
El penal fue ‘justicia divina’
Gabriel Ríos tuvo la mala fortuna, a los 76 minutos, de pifiar un rechazo y que la pelota —tras botar en el piso— le pegara en el brazo izquierdo, lo que el árbitro interpretó como penal. Los atigrados se le fueron encima a la autoridad para reclamarle, porque consideraban que no se estaba apegando al reglamento, que dice que para que haya pena máxima tiene que haber intención, y Ríos no la tuvo.
“Entonces, cuando el jugador paraguayo disparó y la pelota pegó en el travesaño, fue justicia divina, porque de ninguna manera merecíamos irnos derrotados después del buen partido que hicimos”, declaró Nelvin Soliz, que estaba cerca de la jugada.
Acto seguido el árbitro también se equivocó, porque después del rebote en uno de los parantes, Soliz fue a desequilibrar a un futbolista de Nacional que entraba para intentar cabecear. El referí cobró al revés y sancionó una supuesta infracción en contra del guardameta Vaca. Al final, The Strongest también tuvo suerte en dos acciones ofensivas que le hicieron sufrir.
El atigrado se sintió respaldado
Poca gente
El partido no generó gran expectativa, ni siquiera porque el equipo local era el vigente campeón paraguayo. Nacional se sintió abandonado por su afición, pues apenas hubo unas 1.500 personas en el Defensores del Chaco.
Stronguistas
En cambio, The Strongest estuvo respaldado y los futbolistas lo agradecieron al final. Algunas decenas de personas lucían la camiseta atigrada y no cesaban de alentar. Hubo gente que llegó desde Brasil, otro grupo lo hizo desde Argentina y el resto del puñado gualdinegro eran residentes bolivianos en Paraguay.
Presidentes
Entre los presentes estaban —en el palco oficial— varios presidentes de federaciones nacionales que acompañaron al titular de la FBF, Carlos Chávez, a ver la actuación del conjunto boliviano. Los dirigentes llegaron a Asunción para intervenir desde hoy en una reunión del Comité Ejecutivo de la Conmebol.
El primer paso está dado, pero falta
‘Destaco a los más jóvenes’: Eduardo Villegas, DT de The Strongest
“The Strongest hizo un buen partido. Destaco a todos los jugadores, sobre todo a los más jóvenes. Es un buen resultado, pero no todo está dicho, porque falta jugar en La Paz”.
‘No debemos cantar victoria’: Pablo Escobar, jugador de The Strongest
“Hemos logrado lo que queríamos, un buen resultado. Sin embargo no debemos cantar victoria. Se ha dado un paso importante para clasificarnos, pero falta dar el otro”.
‘Nos ayudaría en lo económico’: Kurt Reintsch, presidente atigrado
“Soy ambicioso y por ello no sólo pienso en el éxito deportivo, que es lo que prima. Una clasificación también nos ayudaría en lo económico. Hemos hecho mucho esfuerzo”.
Óscar Dorado Vega: Valioso y muy bien logrado
Permítanme comenzar anotando lo sucedido poco después de la media hora del complemento, cuando Nacional dispuso de un tiro penal mal sancionado, a juicio de este cronista, por el árbitro Julio Bascuñán (a quien indujo el asistente Juan Maturana). Que hubo una pifia enorme de José Gabriel Ríos, por supuesto, pero luego el circunstancial defensor tocó la pelota con la mano sin intención alguna, producto precisamente de su error técnico. La norma señala que debe existir voluntad de interponer la extremidad superior con el balón y la imagen televisiva mostró nítidamente que ello no tuvo lugar. La historia derivó en el fallido servicio de Marcos Riveros. Algunos suelen aludir en estos casos a la justicia divina... The Strongest —está claro— no hubiera merecido perder a raíz de esta circunstancia puntual.
El 0-0, en todo caso, reflejó la realidad de cuadros que no disimularon sus debilidades de contundencia. Más desde luego el local, al que el resultado puede costarle caro la semana venidera.
El elenco aurinegro hizo méritos para no volver con las manos vacías, como a la postre aconteció, sobre la base de algo que para Eduardo Villegas, en la previa, era esencial: el orden táctico. Y a partir de esa disciplina, de los relevos bien ejecutados y de la actitud de no resignar el contragolpe, salió bien parado del Defensores del Chaco.
El trámite en la parte inicial —a pesar de las oportunidades que tuvieron Melgarejo, Achucarro y Escobar— avanzó casi siempre lejos de las áreas. Prueba de ello es que apenas sí hubo un lanzamiento de esquina y ninguna posición adelantada.
Al margen, no es posible ignorar que el visitante empleó un dúo de zagueros centrales ( Jiménez-Cabrera) debutante en el terreno internacional. A pesar de ello, aprobó el reto. La lesión de Bejarano sumó otro contratiempo del que también se sobrepuso. Entre tanto, Mealla —estreno destacable— fue útil en eso de luchar en zona contraria, casi siempre solo, en procura de bloquear la salida paraguaya.
A través del complemento el adelantamiento de los albos abrió espacios para la réplica aurinegra. Pablo Daniel protagonizó otra ocasión muy clara y se puso de manifiesto que no siempre el que más dispone del esférico accede a mayor peligrosidad. Es verdad que en los minutos finales, con más denuedo que fútbol, dos cabezazos (de Prieto y Torales) salieron apenas desviados. Fue acaso el único pasaje en que el conjunto boliviano retrocedió demasiado, definitivamente empujado por un adversario afanado en llegar al gol de cualquier modo, más aún luego de marrar la pena máxima.
Sí, el Tigre cosechó sin que nadie le regale nada. Supo —a su manera, fiel a un estilo— contrarrestar a Nacional, equipo sin luces, atropellador, poco pensante. La presunción, sobre lo ayer observado, es que tiene la clasificación al alcance de la mano.
Óscar Dorado Vega es corresponsal en Bolivia de Fox Sports.
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