Por los hechos acontecidos, la evidencia no es circunstancial, sino más bién sólida: Futbolistas Agremiados de Bolivia (Fabol) se constituye en el cuarto poder del fútbol boliviano, pero en la práctica, es el que asume las decisiones sobre el desarrollo normal del balompié profesional boliviano.
El primer poder formal del fútbol nacional es la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), el segundo, siempre tomando en cuenta su importancia, es la Liga del Fútbol Profesional Boliviano y el tercero, en ese orden, es la Asociación Nacional de Fútbol (ANF).
Fabol no es considerado un ente organizado y reconocido por el estatuto de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), pero aún con esta negación, representa a los verdaderos protagonistas del fútbol nacional: los jugadores. Haciendo un parangón, Fabol es lo que es para los trabajadores la Central Obrera Boliviana (COB), pero en los mejores tiempos del sindicalismo, allá en la década de 1980, cuando un paro o una huelga determinada por al organismo sindical, evidentemente detenía el normal desarrollo de las actividades en el territorio nacional. Fabol, el sindicato de los futbolistas bolivianos tiene el poder del que antes gozaba la COB : una decisión suya es suficiente para que el fútbol profesional se detenga.
PODER INMENSO
Por tercera temporada consecutiva, el fútbol profesional no se inició el 27 de julio, como estaba previsto, sino una semana después, el 3 de agosto, debido al mismo motivo, el de siempre, deudas de algunos clubes con sus jugadores, derivadas del anterior campeonato de la Liga.
Y es ahí justamente cuando Fabol asume su rol protagónico, de representar ante los clubes y la Liga los derechos laborales adquiridos de sus afiliados.
Los dirigentes de la entidad gremial de los futbolistas sostienen que no hacen nada más que plantar cara ante los empleadores para gestionar el pago de sueldos y primas de los trabajadores del fútbol, los jugadores. La COB en defensa de los obreros. La única diferencia sustancial es el tamaño de poder de la COB, ahora disminuido, frente a la gran convocatoria y poder de Fabol.
Se agrega, claro, que el fútbol es un fenómeno social de masas y de un efecto multiplicador económico de proporciones, porque mueve a una gran variedad de sectores y población.
Un partido de fútbol significa ingresos para flotas, aviones, choferes de taxis, trufis, micros, vivanderas, medios de comunicación, por citar sólo algunos ejemplos.El fútbol, escrito está, es un fenómeno mundial. Fabol, es parte importante de este fenómeno en Bolivia.
CRÍTICAS
Aunque el poder de Fabol sólo se lo percibe de manera ostensible a principios de cada temporada liguera, a más de un dirigente de club le parece demasiado, porque va directamente contra su planificación futbolística y económica.
Observan primero que Fabol no cuenta (no contaría) con Personería Jurídica, documento necesario para constituirse en una entidad legalmente establecida.Además, que sus dirigentes no tienen la legimitidad y representatividad que se atribuyen, por lo tanto, Fabol no es un interlocutor válido.
Otra, que Fabol sólo conflictúa, entorpece el torneo, pero no presenta proyectos ni plantea soluciones a los problemas del fútbol profesional boliviano.
Fabol se defiende y afirma que todo lo que hace y dice es legal, además de contar con el respaldo de sus decenas de afiliados. David Paniagua, asesor legal de Fabol, afirma que aquellos dirigentes de clubes que se estrellan contra la entidad gremial de los jugadores, son los que incumplen las normas y los contratos que firman con los jugadores de su plantilla, en una temporada oficial.
Dejando de lado la polémica, que está servida desde hace varios años, la pulseada la ganaron de manera reiterada los jugadores, Fabol rompió varios fixtures, y parece que no serán los últimos.
DAVID PANIAGUA :
”Si cumplirían, no sabrían que existimos”
“ Si los clubes cumplirían, si hubiesen honrado las deudas con sus jugadores, dando cumplimiento a lo que establece el contrato deportivo de trabajo que se sucribe al inicio de cada torneo, no hubiésemos tenido este problema”, afirmó David Paniagua, asesor general de Futbolistas Agremiados dee Bolivia (Fabol).
Agregó que como institución pasarían desapercibidos si los dirigentes de la FBF y la Liga “hicieran cumplir sus propias normas”.
Paniagua dijo que no compete a Fabol decir si tienen o no poder excesivo, “somos coherentes y firmes en nuestro accionar para defender nuestros derechos”.
El asesor legal rechazó la alegación de falta de legitimidad de los dirigentes de Fabol, que achacan algunos directivos de clubes.
“ Si algún club tiene dudas de nuestra existencia legal, debería acudir a las instancias correspondientes para impedir nuestro accionar, nos interesaría saber quién se atreve”, aseveró Paniagua.
Acotó que la legitimidad de la dirigencia de Fabol y el tiempo de período efectivo “es un tema que nos compete única y exlusivamente a los directivos de nuestro gremio y a nuestros afiliados, bueno sería que algunos dirigentes de clubes tuviesen la misma legalidad y legitimidad”.
DUDAN DE LEGALIDAD
”Habría que ver si Fabol cuenta con una personería juridica, porque sólo si es así, podríamos tener una relación institucional”, sostuvo Óscar Maldonado, fiscal general y expresidente de Aurora.
Para el directivo, también está en duda la legitimidad de los dirigentes de Fabol, porque se desconoce la forma en que se los elige y el período para el que fueron electos, además, de la manera en que se encaró el proceso democrático interno.
“Que nosotros sepamos Fabol tampoco aporta con ideas y proyectos para mejorar el fútbol boliviano, sólo interviene en los conflictos”, afirmó.
Walter Zuleta, dirigente de Bolívar, señaló que si bien Fabol tiene el derecho de existir y defender a sus afiliados, debe aglutinar sólo a jugadores.
Así se refirió a que Fabol represente también las deudas de algunos entrenadores, como son los casos de Erwin Sánchez y Néstor Clausen.
FABOL COBRA
Futbolistas Agremiados de Bolivia (Fabol) admite que cobra a sus afiliados por representarlos ante la Liga y los clubes, para gestionar el pago de sueldos adeudados o primas.
Con un lacónico “Si”, respondió David Paniagua, asesor legal de Fabol, a la consulta efectuada por este medio en torno a lo que se consideraban supuestos, es decir, el cobro de porcentajes o comisiones por lograr el pago de las deudas, tal como lo hace, por ejemplo, un abogado especializado en leyes laborales, a un cliente que requiere sus servicios profesionales.
Paniagua no mencionó cifras o la modalidad del cobro a sus afiliados, y se mostró contrario a que se fije un tope mínimo o máximo para los sueldos. “Los que determinan cuánto ganarán son los dirigentes y si inflacionan esta actividad, es por que actúan de manera irresponsable”, aseveró.
MÁS DE 300 AFILIADOS
Fabol tiene por afiliados a 300 jugadores de los 12 clubes afiliados a la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, pero además, a aquellos que participan en el torneo Nacional B, inclusive de las asociaciones departamentales.
“Nosotros representamos a todos los futbolistas profesionales del país y para ser considerados profesionales necesitan únicamente un contrato deportivo de trabajo”, explicó Paniagua.
Dijo que la situación social y económica de los futbolistas de hoy es comparativamente mejor a la de sus colegas de hace unos años, como él mismo en sus días de jugador activo; se avanzó, agregó, en la aprobación de la Ley del Deporte, gestionada por la dirigencia de Fabol.
Paniagua dijo que en más de una ocasión Fabol presentó proyectos de normas al Poder Ejecutivo y Legislativo, para mejorar el fútbol boliviano. Aclaró que no pretenden ser un estamento del fútbol profesional, pero sí tener una representación institucional, como ocurre en España o Portugal.
UNA HUELGA HISTÓRICA
En 1993, a la cabeza de Limberg Cabrera RIvero, Fabol emprendió una huelga histórica de siete meses. Hasta ahora, es la mayor medida de presión asumida por los jugadores, en protesta por las deudas de clubes. Si bien perjudicó a las entidades ligueras, el paro sirvió para la preparación de la Selección Nacional, que clasificó al Mundial de Estados Unidos 1994.
A 19 años de aquella determinación, los futbolistas bolivianos perdieron una conquista gestionada por Cabrera : su inclusión en la Ley General del Trabajo.
“En la actualidad, nuestra agremiación es miembro pleno de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales FIFPro, con sede en Ámsterdam - Holanda, única institución reconocida por la FIFA, como exclusiva representante de los futbolistas profesionales del mundo”, aseveró el asesor general de Fabol. Paniagua recordó que en su tiempo, “los jugadores no tenían médicos y los clubes terminaban con deudas que no las pagaban nunca y empezaban tranquilamente el nuevo torneo”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario