En la historia del fútbol boliviano, The Strongest es el club con más símbolos, al menos tres al margen de la vicuña. La chayñita es un pequeño pajarillo de color amarillo y negro; también está el cóndor, otro animal de la región altiplánica; y con el que más se identifica es con el tigre, tanto por los colores de su pelaje como con la fiereza natural, por eso se dice que The Strongest tiene garra.
Según Iván Aguilar, historiador stronguista y dirigente del club en varias gestiones, cada uno de estos animales es un símbolo del club, respetado y querido por la afición que se identifica con el club.
Contó que la chayñita fue adoptada como mascota por sus colores similares a los de la camiseta del club; además, durante mucho tiempo formaba parte de las reuniones de directorio en los primeros años de la entidad. “Se trata de un animal diminuto”, dijo.
Aguilar detalló que a las pocas semanas de haberse fundado el club, en 1908, uno de los miembros de la primera directiva mostró al resto una camiseta que había llegado desde Europa con los colores verde petróleo y amarillo, que sugirió adoptarlos para el club; sin embargo, alguien propuso que el verde fuera sustituido por el negro: “¡¡¡Como la Chayñita!!!” gritó otro de los stronguistas, y ahí comenzó la historia. Posteriormente, desde los años 40 se adoptaron como símbolos de manera paralela al cóndor y la vicuña, especificó Aguilar.
El ave es símbolo atigrado y fue parte del escudo oficial del club en las camisetas de épocas pasadas, en las que se bordaba la figura del imponente ave. A ello se sumó el surgimiento de la canción ‘Condorcito, quisiera ser’, con el que los stronguistas de antes alentaban.
Aguilar sostuvo que “la vicuña entró en escena como la ‘princesa’ de los Andes’, cuando en cada aniversario o partido importante acompañaba al plantel hasta la cancha, precisamente como un animal que identifica a la zona y el buen augurio”. Y añadió que no faltó el stronguista que decía a los jugadores que copien su velocidad y zigzageo, tal como el animal se mueve en el altiplano.
Con relación al tigre, cuando se celebraba el 33 aniversario del club, en 1941, “el señor Max de la Vega, quien además fue presidente de la AFLP, visitó el club y en un efusivo discurso mencionó: ‘Ustedes (los stronguistas) me recuerdan al tigre feroz, porque cuando el resultado es adverso a sus colores, luchan como un tigre herido para recuperar el laurel. Este club me recuerda a ese animal feroz que ha hecho de su piel, de la penumbra y los rayos del sol, el emblema del gualdinegro’”.
Los aficionados atigrados comenzaron a identificarse con el tigre. “Hoy en día, la hinchada corea ‘Tigre, Tigre’ y eso le da coraje a todo el equipo”, según Aguilar.
En el mundo hay algunos ejemplos
Durante el duelo entre Crystal Palace y Cardiff por la Copa Inglesa, el local presentó en sociedad a su nueva mascota, Kayla, el águila que fue liberada y voló por sobre las inmediaciones de Sethurst Park, previo al partido. La tradición que adoptó el equipo de la segunda división inglesa no es nueva, pues varios clubes alrededor del mundo poseen la característica de contar con una criatura viva como símbolo.
El caso más famoso es el de Benfica. Las Águilas de Lisboa han convertido en su sello el acto de lanzar al vuelo al ave antes de cada partido en el estadio Da Luz. Algo similar ocurre en la Bundesliga con el Colonia. El equipo ostenta un chivo en su escudo y también en la cancha.
Otro ejemplo de estas prácticas puede verse en Flamengo. Los fanáticos del equipo carioca comenzaron a identificarse con el buitre o urubú. En 1969, durante un partido entre el rubronegro y Botafogo, a quien el Fla no vencía hace dos años, la "torcida" local soltó uno de estos pájaros con una bandera atada a sus patas para que volara por el Maracaná. Ese mismo día, Flamengo ganó.
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