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lunes, 2 de diciembre de 2013
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Para un futbolista que se acostumbró a ser titular, mimado por la hinchada y querido por su club, no es fácil pasar hoy en día en el banco de suplentes o a veces ni siquiera eso.
A pesar del brusco cambio, Alejandro Chumacero dice que no se da por vencido y que seguirá luchando, ahora más que nunca, ya que su equipo acaba de ascender a la Primera División del fútbol brasileño.
Ídolo en The Strongest hasta hace unos meses, con el que fue tricampeón nacional, hoy Chumita —como sus hoy excompañeros lo siguen llamando— trata de asimilar una vida diferente en el país del fútbol, Brasil.
“Estoy aprendiendo a ser suplente, a valorar las cosas desde otra perspectiva. Ahora me toca estar en este otro lado del fútbol. No todo es como uno piensa, sino que la vida da giros. De jugar 90 minutos por partido casi siempre, ahora sólo hacerlo cinco es un cambio muy radical”, admite este joven futbolista boliviano, que junto con su familia vive en la caliente ciudad de Recife.
Ya son varios meses desde que se marchó de Bolivia, pero es poco lo que ha jugado con el “León” —así le llaman al Sport—. De hecho, no fue titular en ningún encuentro del torneo brasileño y sólo actuó cinco veces saltando desde el banco.
De acuerdo con la página web Late!.com, Chumacero lleva disputados 104 minutos, además estuvo 18 veces en el banco.
“Estamos ahí, vamos a pelear. Me gustaría seguir jugando aquí, porque ahora es Primera División (el Sport Recife acaba de ascender). Sería muy lindo, pero vamos a ver qué ocurre. No siempre en uno está la decisión. Yo quiero seguir y cumplir mi contrato”.
A diario se entrena “con todo”, es “lo más profesional que uno puede ser” y lucha “por tener más oportunidades”.
“Sería lindo que pudiera tener mayor continuidad. Voy a pelear por eso. Trato de hacer siempre lo correcto. Me entreno con todo, me cuido, me alimento y descanso y doy todo en la cancha. En algún momento espero convencer al técnico”.
No se le pasa por la cabeza renunciar, volver sin triunfar.
“Estoy decidido a pelear hasta donde se me permita. Uno piensa a veces de todo, pero sé lo que firmé, sé en qué medio estoy y cuánto es la exigencia”.
El fútbol —según Chumacero— “es una parte de la vida y en lo personal veo muchos retos que sé que los alcanzaré porque aún estoy joven”.
Con Sport en Primera espera alcanzar la continuidad
El sábado 23 de noviembre, el Sport Recife ganó el retorno a Primera División del fútbol brasileño tras vencer como visitante al Boa Esporte 2-3 y, de esa manera, asegurar el ascenso. Alejandro Chumacero estuvo ese día en el banco de suplentes y, en medio de su situación, esa victoria fue un aliciente para seguir luchando.
“Quienes integramos el equipo vivimos una gran alegría. Se hizo un buen trabajo, sufrimos también porque había tres equipos bien parejos intentando subir, pero el esfuerzo de mis compañeros tuvo su mérito”.
También ascendieron Palmeiras y Chapecoense, pero en Recife fue un Carnaval adelantado. “Fue algo que no había visto antes. Mucha gente, la prensa aquí dijo que desde el aeropuerto hasta el estadio hubo unas 40.000 personas. Lleno, lleno. Fuimos en un bus turístico. Fue un festejo a lo europeo y todos estuvimos muy felices”.
La conquista es un premio “sobre todo al esfuerzo de mis compañeros, yo sólo aporté como suplente durante el trabajo de la semana. Ellos me dijeron que si bien no jugué, al igual que otros, pero que el triunfo era de todos. Y personalmente pienso que fue un premio”.
Según Chumacero, que nunca antes pasó por esta situación, “conseguir el ascenso es como ganar un título”.
Sólo jugó un partido de Copa
Copero
El volante fue titular en la Copa Sudamericana ante el paraguayo Libertad.
Derrotado
“Fue el único que jugué y para colmo perdimos y quedamos eliminados”.
Lo que más extraña es al Tigre
Evoca con nostalgia a los jugadores que fueron sus compañeros en The Strongest, con ellos obtuvo varios éxitos, entre ellos el tricampeonato nacional. No duda en manifestar que si tendría que volver al fútbol boliviano, lo primero que se le pasaría por la cabeza es el Tigre.
“Lo que más extraño es volver a jugar con el Tigre. Estar en el (estadio) Hernando Siles y recibir el afecto de las personas, defender esos colores (amarillo y negro). Uno se puede adaptar a otro clima, a la alimentación, al idioma, pero no puede olvidar a quienes fueron sus compañeros, con ellos me entrené y jugué durante mucho tiempo. Además, siempre he trabajado y he jugado con amor y cariño hacia la camiseta, retribuyendo lo que la gente stronguista me daba”.
Asimismo extraña la vida que hacía en La Paz, entre otras cosas entregarse a su fe cristiana, lo que hasta ahora no ha tenido la oportunidad de encontrar en Brasil, donde “la mayoría de los jugadores son evangélicos”; sin embargo, alguna vez lo invitan y él asiste a las charlas.
“Una hora antes del partido hacemos cita para orar y todos estamos con Dios, como si estuviéramos en casa”
Desde que llegó a vivir a Recife, asegura que sólo conoce el barrio en donde reside. “En el sector de la playa hay centros comerciales cercanos, pero no fui hasta el centro, para nada”.
No deja pasar las noticias que llegan desde Bolivia, además que está bien enterado por el contacto con sus excompañeros. “Espero que mi Tigre salga campeón, lo deseo por todos. Mientras tanto, yo aquí no bajaré los brazos, Seguiré en la lucha”.
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