El operativo para trasladar la Copa del Mundo es un secreto bien guardado. Mientras no está en exposición, todos quienes están en su entorno dicen no saber en dónde está.Una docena de “hombres de negro” se encarga de montar todo el sistema operativo de seguridad. Si ellos aparecen, es que la Copa anda bastante cerca.
El domingo por la noche, tras ser expuesta en Paraguay, la joya “durmió” en una suite del hotel de la Conmebol, en Asunción. Mientras “descansaba”, cuatro guardias civiles estaban apostados en la puerta, cuidando que nadie se acercara al lugar. El acceso, además, estaba prohibido.
Al comenzar la jornada, antes de ser puesta en una urna, la gente de la FIFA primero se percató, con detalle, de que fuera un lugar seguro. Alrededor del sitio montó un operativo con grandes cortinas oscuras para evitar que se viera cómo era colocada. Una vez quitadas éstas, el trofeo ya estaba.
El lunes pasó lo mismo en el Palacio de Gobierno, cuando el presidente Evo Morales tuvo el privilegio de tocarlo y alzarlo. Eso sí, pudo verse cómo un funcionario de la FIFA, con los guantes puestos, entraba al “cuarto oscuro” para hacer el trabajo.
Después, el trofeo siempre desaparece. No se sabe quién, ni cómo, ni cuándo lo transporta. Incluso hay señuelos que distraen la atención, pues mientras ellos van por un lado, el que en realidad lo carga va por otro.
¿Hizo migración al llegar a Bolivia desde Paraguay? Ningún funcionario encargado del operativo para recibir a la comitiva a su arribo al país supo decir si hubo revisión al detalle de los equipajes de los visitantes y si en alguno de ellos estaba el trofeo. Después de su actividad del lunes, “durmió” en un hotel y ayer temprano fue llevado al Colegio Militar del Ejército, donde tampoco se conoció detalles de cómo fue trasladado. Ya estaba allí.
Hubo gente que vendió los pases
Negocio
Antes del mediodía se podía conseguir tickets de ingreso al acto hasta en 40 bolivianos, y por Bs 20 o 30 más, se podía acceder a una ubicación adelante en la fila. Hubo gente que pagó para no esperar.
Mascotas
Cerca de la avenida de acceso al escenario había gente disfrazada de Fuleco, la mascota oficial del Mundial Brasil 2014. Los fotógrafos hicieron un buen negocio tomando y vendiendo fotografías a los asistentes. También fue buena la venta de camisetas, comida, sombrillas, viseras y bebidas para mitigar el calor.
Camino corto
Hubo gente que prefirió pasar de largo por la sala de juegos y por el museo del fútbol y se fue directamente a la fila de ingreso al lugar donde estaba el trofeo. Muchos se quedaron varios segundos mirándola antes de posar para la fotografía.
Réplicas
No faltó la venta de copias de la Copa del Mundo y para darle toque paceño, los balones de la parte alta del trofeo tenían los colores de Bolívar y el Tigre.
La gente se fue feliz con su foto
‘Es algo nunca visto antes’: Silvia Terrazas, comunicadora social
“Me invade un sentimiento de felicidad porque es algo nunca visto antes en el país. Valió la pena estar un poco más de dos horas haciendo fila para llevarme este recuerdo”.
‘No puedo explicar lo que sentí’: Franco, estudiante universitario
“Vine temprano y al mediodía pude salir con mi foto. No puedo explicar lo que sentí al momento de estar al lado de un trofeo que no sé si volverá pronto a visitar Bolivia”.
‘Una experiencia increíble’: Gerardo Valencia, estudiante de colegio
“No sé cómo les voy a explicar a mis padres y a mis amigos que estuve cerca de la Copa, que la pude ver y que tengo una foto. Fue una experiencia increíble”.
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