Su análisis de la coyuntura llega a la conclusión de que es necesario una Liga fuerte para que salgan más jugadores al exterior. Asegura que la selección es la única vitrina para los futbolistas bolivianos.
— ¿Qué piensa usted de la vuelta de jugadores al país?
— Por una parte es positivo por dos razones. Así los controlamos bien de cerca y, lo más importante, es que tienen la posibilidad de tener actividad, de jugar. Desde la parte no tan positiva, es que a todos nos gusta tener jugadores en Ligas importantes y competitivas.
— ¿Considera el regreso de Ronald Raldes como la más resonante?
— Eso suena más periodístico. Creo que lo importante es que su último año fue con muchos problemas económicos y de estructura en su club, y ahora está en un equipo como Oriente que tiene muchas expectativas. Siempre manifestó el deseo de querer retirarse en Bolivia y en Oriente. Creo también que hubo regresos importantes como los de Gualberto Mojica, Alejandro Chumacero y el de Juan Eduardo Fierro, quien en su día hicieron una pequeña aventura y no cuajó, y ahora trata de recuperarse en Sport Boys. El mismo Diego Suárez puede ayudar en Blooming
— Sin partidos de selección a la vista, ¿pueden ser útiles?
— La selección siempre existe, una selección debe seguir trabajando siempre, no solo durante la Copa América o las eliminatorias. Es un equipo representativo de un país, que siempre se debe preparar para competir.
— ¿Es difícil para un futbolista boliviano abrirse espacio en un club del exterior?
— Siempre hay un paralelismo, cuanto más jugadores hay en el exterior y en equipos importantes es cuando la selección tiene mejores actuaciones, y parece que hay mucha gente que no quiere entender.
— ¿Por qué cree que para Bolivia es difícil exportar?
— Por ejemplo, uno va a Argentina y los canales de televisión pasan fútbol de todo lado, y poco o nada se ve de fútbol boliviano. Ese es un problema serio. Siempre pregunto si el mejor escaparate es la selección o la Liga.
— La selección…
— Parece que eso no lo entiende mucha gente.
— ¿Por eso reclama actividad para el plantel?
— Es el equipo de todos. Siempre que hubo apoyo incondicional a la Verde, los jugadores tuvieron un escaparate mayor. En el proceso, hasta 1997, la selección era una vitrina y hay que volver a eso. Le tengo mucho respeto a Bolívar; pero creo que Romel Quiñónez y Jaime Arrascaita tuvieron más vitrina con la selección en los partidos que jugaron por eliminatorias.
— ¿Qué piensa de la vigencia de Marcelo Martins en Brasil?
— Está muy ilusionado con su vuelta a Cruzeiro. Espero que lo del año pasado no se repita. En Gremio no cuajó, en Flamengo lo costó, y ahora tiene un nuevo desafío.
— ¿Ve al fútbol brasileño como el más complicado para un futbolista extranjero?
— Allí hay muchos y muy buenos jugadores. Alejandro Chumacero fue figura en The Strongest, un hombre importante en la selección, y no pudo jugar en Segunda División de Brasil. Martins, en cambio, tuvo mejores campañas en equipos punteros y hay que apreciar eso.
— ¿Qué opina de los otros destinos elegidos en los que prima más el factor económico que el deportivo?
— Depende, por ejemplo, del fútbol español me preguntan por muchos sudamericanos, pero muy poco por futbolistas bolivianos. Cuando una Liga es más competitiva, es mejor para un futbolista. A veces uno se pregunta qué es mejor, ¿un buen entrenamiento aunque un jugador sea suplente en la alta competencia o ser titular en una Liga de menor ritmo?
— ¿La Liga tendrá que ser más fuerte?
— Todo el fútbol debe hacer un esfuerzo para ser más competitivo y para eso hace falta mejor inversión para el desarrollo de equipos en categorías inferiores como lo hizo en su momento Hugo Chávez con Venezuela.
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