Jóvenes. Danny Bejarano, Jaime Arrascaita y Romel Quiñónez confirmaron que viven un momento especial

El viaje fue duro, pero ya al pisar suelo español, la sonrisa otra vez les volvió al rostro, sobre todo a tres jóvenes promesas que admiten que cumplirán uno de sus sueños. Danny Bejarano, Jaime Arrascaita y Romel Quiñónez no se cambian por nadie ya que mañana, en el Sánchez Pisjuán de Sevilla, serán rivales de la selección de España, que actualmente ostenta el título mundial.

De los tres, el único que ya conocía Europa es Bejarano, que antes de debutar oficialmente con Oriente Petrolero, hizo pruebas en Grecia. Arrascaita y Quiñónez van por primera vez. “Este partido para nosotros es un sueño hecho realidad, jamás nos imaginamos que íbamos a enfrentarnos a España”, dijo Danny mientras atendía a los hinchas que buscaban una foto con él.

Arrascaita es uno de los jugadores que conoce bien el técnico Xabier Azkargorta porque lo tiene a diario en Bolívar. No es seguro que arranque desde el inicio pero él está con muchas ganas de demostrar su talento. “Sé que es España y no tengo nada de miedo, si el profe me necesita, estoy preparado”, dijo el volante, que ya tiene un gol con la Verde en el empate a uno contra Ecuador en las pasadas eliminatorias.

Quiñónez y su gran prueba

Romel Quiñónez es seguro que cubrirá el arco boliviano. El meta, que recién recibió el Premio Mayor tras ser elegido el mejor futbolista de la pasada temporada, admitió siempre que su sueño es jugar en el fútbol español. Sabe que el reto es único y no lo piensa desaprovechar, sobre todo porque sabe que muchos ojos estarán viendo ese encuentro.

Él, además, se declaró admirador de las estrellas del Barcelona y a varios de ellos tendrá en frente, entre ellos a Andrés Iniesta, Gerard Piqué o Jordi Alba. “Es la primera vez que vengo a España y enfrentar a esa selección es algo increíble; hay que disfrutarlo”, dijo el meta de Bolívar.

Los tres son la savia nueva de esta selección. En España habrá muchos bolivianos que los apoyarán; ayer admitieron que se sintieron como en casa