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lunes, 12 de mayo de 2014

La recta final del Clausura



Dos o tres jornadas atrás el torneo le sonreía de oreja a oreja a San José, no solo por ser éste un cómodo líder del Clausura de la Liga sino porque el calendario en apariencia le era favorable en las últimas fechas por la cantidad de partidos en casa y una sola salida.

No es que el conjunto de Oruro haya perdido sus opciones, sigue dependiendo de sí mismo, pero a falta de tres jornadas para el final la torta se ha dado la vuelta y el que era el tercer aspirante al título, el vigente campeón The Strongest, ahora está en la cima, seguido por el equipo santo y por Universitario de Sucre.

Más allá de que seguramente serán tres apasionantes fechas, con choques en la próxima entre la “U” y San José en Sucre, y en la penúltima entre San José y The Strongest en Oruro, más lo que le espera al Tigre jugando todo como visitante, no deja de llamar la atención los “sube y baja” que los equipos experimentan en su rendimiento, y esa falta de regularidad provoca desiguales campañas, porque unas veces juegan a gran nivel, pero otras rayando demasiado bajo.

Sacando a Bolívar y The Strongest por su participación aparte en la Copa Libertadores, que los ha mostrado por lo menos un peldaño más arriba del resto, en la Liga boliviana campea este desequilibrio que por ejemplo ha ocasionado que clubes como Oriente y Blooming hayan perdido con mucha anticipación la posibilidad de pelear por el cetro, lo mismo que Wilstermann.

Estos bajones constantes de rendimiento —vaya uno a saber qué los ocasiona— provocan campañas como la de San José que ha perdido sus dos últimos partidos en casa, lo que le puede costar realmente caro. De paso no debe haber muchos lugares en el mundo del fútbol donde los “coleros” —llámese Nacional o Blooming— les arruinen la vida a los primeros candidatos al título como les ha sucedido recién a San José y Universitario, sin dejar de lado que también The Strongest sufrió algo de eso al no poder ganar en Potosí a Nacional ni en La Paz a la “U”.

Como están las cosas, es imposible siquiera arriesgarse a un pronóstico sobre quién será el próximo campeón, porque como se ve los méritos pasan a segundo plano y ganan relevancia los equipos que se equivocan menos. A este paso el próximo ganador será uno de ellos.

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