Cuando Argentina la estaba pasando mal, Lionel Messi bajó de las nubes y clavó un golazo que se tradujo el domingo en el triunfo 2-1 sobre Bosnia-Herzegovina que marcó el debut de ambos equipos en el Grupo F del Mundial 2014.
El cielo del Maracaná se iluminó a los 65 minutos cuando Messi pasó entre un bosque de piernas y lanzó un disparo que se fue a la red con una dosis de suspenso, ya que pegó en un palo y entró, para estirar la diferencia que los argentinos habían sacado con un madrugador gol en contra de Sead Kolasinac a los tres.
Vedad Ibisevic descontó a los 84, al hallar espacios detrás de los defensores y resolver con un tiro cruzado, que pasó entre las piernas de Sergio Romero.
Hasta el momento de su gol, el del Barcelona cumplía con una actuación para el olvido, fiel reflejo de lo mal que jugó Argentina ante una Bosnia que llevó peligro por arriba y por abajo y que erigió al arquero Sergio Romero en figura de su equipo, al tapar al menos tres claras pelotas que apuntaban a la red en este duelo por el Grupo F.
En lo que fue el gol más rápido de este Mundial, apenas a los dos minutos, Messi cobró un tiro libre por izquierda que Marcos Rojo peinó desviado, pero la pelota rebotó en Kolasinac y se tradujo en el primero de Argentina, ante un estadio Maracaná repleto con unas 75.000 personas, la mayoría con los colores albicelestes del equipo sudamericano.
Parecía que a Bosnia le esperaba una goleada, pero eso nunca estuvo ni cerca de suceder. Argentina se hundió en la intrascendencia, perdió el mediocampo donde Javier Mascherano la veía pasar, la defensa sufría con cada pelota terrestre o aérea y Messi y su compinche Sergio Agüero casi no la tocaron.
Romero salvó el empate al jugarse la vida con el cuerpo tras un remate de Izet Hajrovic y después el lateral Rojo fue amonestado por falta contra Kolasinac en dos muestras claras de la desorientación de los argentinos, lejos de lucirse en el juego colectivo y menos en el individual.
Messi se atrevió a una incursión ofensiva que no pasó a mayores y al promediar la etapa buena parte del público pudo haberse enterado que el arquero bosnio se llama Asmir Bewgovic. Fue cuando conjuró un disparo de Mascherano, con Messi, Agüero y compañía sin despertarse de la siesta.
Bosnia volvió a mitigar el fervor de los argentinos que coparon el Maracaná cuando Romero atajó un cabezazo de Senad Lulic en los últimos instantes del primer tiempo, en una floja presentación albiceleste.
Pero el técnico Alejandro Sabella realizó dos cambios vitales -Gonzalo Higuaín entró por Maxi Rodríguez y Fernando Gago por Hugo Campagnaro- y Argentina emparejó las acciones.
Messi no estuvo tan solo, recibió de Higuaín y tras entrar a pura velocidad y gambeta le dio la tranquilidad a su equipo a los 65 minutos.
Fue el segundo gol de Messi en un Mundial, tras anotar el 16 de junio de 2006 en la goleada 6-0 sobre Serbia en Alemania. Leo no marcó hace cuatro años en Sudáfrica, cuando el equipo dirigido por Diego Maradona fue eliminado por Alemania en cuartos de final.
Así, Argentina, cabeza de serie del Grupo F, aun sin rendir en un gran nivel, sorteó el primer escollo en la Copa del Mundo, a la espera de enfrentar el sábado próximo a Irán.
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