La temporada 2014-2015 es la cuarta en que la Liga deja de lado a los jugadores bolivianos jóvenes, que pasan desapercibidos por los entrenadores, pese a tener buenas condiciones técnicas y físicas.
Prima en los dirigentes de la Liga el criterio de que no se puede exigir a los clubes incluir en su alineación titular a ningún jugador, porque esa es una tarea exclusiva de los técnicos.
Los profesionales que se hacen cargo de los planteles ligueros conocen el estado de forma de sus dirigidos, por lo tanto determinan quienes pueden ingresar como titulares.
Entonces, la exigencia de la inclusión de un jugador juvenil va contra los planes del cuerpo técnico, pero esa no es toda la verdad.
OBLIGATORIO
Hasta la temporada 2009 era obligatorio que los 12 equipos afiliados a la Liga del Fútbol Profesional Boliviano (LFPB) incluyan en sus formaciones a un jugador menor de 20 años.
El propósito era claro y ponderable: incentivar a los jóvenes jugadores bolivianos con el roce del fútbol profesional.
La medida dio frutos, muchos de aquellos juveniles forman hoy parte de los equipos profesionales.
Pero no por buena, la determinación fue aceptada de buen agrado por todos los ligueros, el rechazo provino sobre todo de los directores técnicos.
Los profesionales del fútbol argumentaban que con la inclusión del juvenil Sub 20 se sentían condicionados a presentar un equipo diferente o a aplicar un determinado sistema para enfrentar a sus rivales.
Los técnicos esperaban con ansiedad la conclusión del primer tiempo para hacer sentar al juvenil y colocar en su lugar a un jugador experimentado que le rinda más y mejor.
ADULTERACIÓN DE EDADES
A fines de 2009 el club The Strongest, de La Paz hizo saltar las alarmas y desencadenó una serie de hechos que culminaron en la eliminación de la obligación que tenían los clubes para la inclusión de los juveniles.
El equipo “atigrado” perdió el clásico paceño ante Bolívar por 3 a 0 pero impugnó el compromiso, bajo el argumento de la adulteración de edades de dos jugadores bolivaristas.
Los “celestes” Carlos Castro y Rudy Cardozo estuvieron en el ojo de la tormenta entre noviembre y diciembre de 2009 porque The Strongest sostuvo que sobrepasaban los 20 años.
El caso de Castro fue el más representativo: contaba con dos certificados de nacimiento, en uno de ellos figuraba como menor de 20 años, en el otro superaba esa edad. “Para muestra basta un botón”, dice el refrán.
Los casos señalados sembraron dudas en los dirigentes, que decidieron eliminar a partir de 2010 la obligación de incluir un jugador Sub 20.
OPINIONES
William Ramallo. Director técnico
“Un laboratorio bien equipado”
“La Federación Boliviana de Fútbol o la Liga deberían implementar un laboratorio bien equipado con la última tecnología para determinar de manera fehaciente la edad de un jugador. Existe el examen de la muñeca que es muy confiable. Es importante que los jugadores juveniles jueguen en la Liga para que ganen minutos y experiencia en el campo de juego”.
Mario Rolando Ortega. Director técnico
“El juvenil no debe ser obligatorio”
“Por supuesto que los jugadores juveniles deben participar en los equipos profesionales, pero considero que no debe ser obligatorio incluir un juvenil en una alineación. Lo que hay que hacer es trabajar en las divisiones inferiores para que el jugador llegue bien formado a los 16 o 17 años, como pasa en Argentina y otros países del continente y el mundo”.
DATOS FIABLES
Mauricio Méndez Roca, en ese entonces presidente de la Liga del Fútbol Profesional fue uno de los firmes defensores de la inclusión de un futbolista Sub 20, aunque sea por 45 minutos, pero las denuncias por adulteración de edades acabaron minando el proyecto.
El Consejo Superior de la Liga decidió abolir en 2010 la obligación de incluir un jugador juvenil.
Méndez explicó en aquella oportunidad que el proyecto era bueno, pero se suprimía hasta mientras no se cuente con una base de datos fiable de los jugadores bolivianos, que certifique fuera de toda duda, la edad de los jugadores bolivianos, especialmente aquellos considerados juveniles.
A cuatro años de la determinación del Consejo Superior de la Liga, aparentemente no se implementó la base de datos fiable con las generales de los futbolistas juveniles.
Los futbolistas jóvenes son lunares en la liga
A diferencia de lo que ocurre en otras Ligas de Sudamérica, caso Argentina, Uruguay o Brasil, por ejemplo, donde la actuación de futbolistas jóvenes es la regla y no la excepción, en Bolivia los jugadores Sub 20 son lunares que resaltan por escasos, pero también por su calidad.
Los volantes ofensivos Pedro Azogue, de Oriente Petrolero y Jaime Arrascaita de Bolívar, son la evidencia de que la sangre joven no es sólo el futuro, sino también el presente del fútbol boliviano, ambos fueron convocados a la Selección Nacional absoluta en más de una oportunidad.
A estos se suman los cochabambinos, el lateral izquierdo Francisco Rodríguez de Bolívar o el delantero Stéfano Kukoc de Aurora.
También están el delantero cruceño Rodrigo Vargas Castillo, de Oriente Petrolero, el volante ofensivo paceño Raúl Castro, de The Strongest o su compañero de equipo el lateral izquierdo tarijeño Diego Wayar. Rolando Choque un volante ofensivo potosino que actúa en Nacional Potosí, podría cerrar la lista de los jugadores juveniles que actúan en la Liga boliviana.
Como se observa, los juveniles representan una minoría en el fútbol boliviano, tan venido a menos. Hace 20 años que Bolivia no clasifica a un Mundial de Fútbol y no parece que el de Rusia 2018 sea la oportunidad para hacerlo.
En los tiempos que corren, cuando el fútbol se convirtió en un negocio, en una auténtica máquina de hacer negocio, dirigentes y entrenadores apuestan sobre seguro, arman sus equipos sobre la base de jugadores experimentados y aunque el término pareciera contradictorio, no hay lugar para experimentos, es decir, para la inclusión de jugadores juveniles. Además del título liguero, la aspiración de los clubes bolivianos es clasificar a alguno de los dos torneos internacionales de Sudamérica: Copa Libertadores y/o Copa Sudamercana. La bonificación monetaria por jugar en estos campeonatos ayuda a equilibrar las finanzas institucionales.
“Los jugadores juveniles ganan partidos, los jugadores veteranos ganan campeonatos”, sostiene un dicho del fútbol, que se aplica al pie de la letra en el balompié boliviano.
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