Son vilipendiados en el campo de juego y fuera de él, antes, durante y después de cada partido.
Insultados hasta el hartazgo por los hinchas desde las tribunas.
A causa de su actividad, en boca de los fanáticos, sus madres, especialmente, cambian de nombre una y otra vez con adjetivos calificativos denigrantes y ofensivos.
Pero la agresión en su contra no es sólo verbal, es física, cercana, intimidante, con evidente riesgo de su salud y de su vida.
PROFESIÓN INGRATA
Son los árbitros. Pocos profesionales en el mundo padecen tanto para ejercer su trabajo cotidiano.
Pero aún con casi todo en contra, con la espada de Damocles pendiendo sobre sus cabezas, no abandonan.
Y en cada jornada, en cada convocatoria entran firmes a la cancha, decididos a hacer cumplir las reglas del juego, porque el fútbol, que de eso se trata, es un juego, pero no cualquiera, es el más popular de los deportes, aquel que desata pasiones y emociones, buenas y malas, en casi todos los rincones del mundo.
VOCACIÓN
“El trabajo que hacemos es vocacional, esa es la explicación, no hay otra”, afirma el orureño Gery Vargas, uno de los más reconocidos árbitros bolivianos, aspirantes a juez FIFA.
La aseveración de Vargas ¿sorprende?, puede que no. Aunque sí. Porque resulta que el colegiado es ingeniero civil, una profesión distintiva y muy calificada en el mercado laboral boliviano, con la que se puede asentar una buena base económica personal y familiar.
Un profesional ingeniero se desenvuelve en proyectos de obras civiles públicas y privadas y desarrollo inmobiliario, con la expectativa de buenos ingresos económicos en el corto, mediano y largo plazo.
Pero Vargas, como otros, decenas, cientos en el país y miles el mundo, ha optado por ejercer (también) el arbitraje.
“Es una actividad apasionante que la desarrollamos con cariño, lo único que pretendemos en el campo de juego es hacer cumplir las reglas del fútbol de la mejor manera”, sostiene el juez, de dilatada experiencia en el balompié nacional.
AGRESIÓN
El domingo 31 de agosto, Vargas y sus jueces de línea, también de Oruro, Marco Palma y Bruno Martínez, que tuvieron a su cargo el partido Universitario-Bolívar, en el estadio Patria, de Sucre, fueron víctimas de violencia verbal y física, por supuestamente hinchas de Universitario, que perdió 2 a 1 ante Bolívar.
Los hechos se sucedieron en las inmediaciones del estadio capitalino y en su interior, Martínez resultó el más afectado con golpes de puño, patadas y una herida en la espalda causada por arma blanca.
El juez de línea se recupera de manera favorable en su ciudad natal.
Este suceso motivó la inmediata reacción de la Asociación Boliviana de Árbitros de Fútbol (ABAF) que resolvió un paro de actividades.
La extrema medida fue suspendida sólo después de que la Federación Boliviana de Fútbol y la Liga dieran garantías de seguridad a los jueces y comprometieran un incremento salarial del 40 por ciento.
El ejercicio del arbitraje en Bolivia por poco cuesta una vida humana, una circunstancia extrema inconcebible.
OPINIÓNES
Óscar Maldonado. Árbitro FIFA
“Garantías para nuestro trabajo”
“Tenemos la predisposición y la mejor voluntad para realizar nuestro trabajo en el campo de juego. Lo único que pedimos son garantías de seguridad para nosotros antes, durante y después de los partidos oficiales. No pueden repetirse hechos de violencia como los ocurridos en Sucre, nada justifica las agresiones en nuestro contra”.
José Jordán. Árbitro FIFA
“Nuestra tarea es difícil”
”Nuestra tarea es difícil, debemos tomar una decisión sobre una jugada en una fracción de segundo, pero la gente no comprende eso y por eso vienen luego los reclamos fuera del lugar. Sin embargo, todos los actores del fútbol deben comprender que lo único que hacemos es aplicar las reglas, pero nunca obramos de mala fe o con la intención de perjudicar a alguien”
¿ABANDONAR?, PENSAMIENTO DE SÓLO MINUTOS
Vargas y Martínez reafirman su convicción
”Es verdad que cuando ocurren cosas así, uno las analiza y por un momento pasa por la cabeza la idea de abandonar, pero después siempre gana la vocación, el cariño que uno le tiene al arbitraje, así que vamos a seguir”, asevera Gery Vargas, a dos semanas de los violentos sucesos ocurridos en el Patria.
De la misma opinión es el juez de línea Bruno Martínez, cuya familia quedó muy afectada por lo sucedido y vivió horas de dramatismo e incertidumbre. Pasado el shock y una vez que se recupere al 100 por ciento de los golpes recibidos y sobre todo de la herida con arma blanca en la espalda, el árbitro orureño volverá a las canchas para dirigir partidos de la Liga y de su asociación.
Vargas cuenta que entre la noche del 31 de agosto y el lunes 1 de septiembre, recibió varios llamados telefónicos de la familia de Martínez desde Oruro y como aún no había un informe médico, no podía darle una explicación concreta.
El árbitro orureño agrega que esta es la situación más difícil que le tocó vivir en su carrera de árbitro, pero no lo desalienta para continuar dirigiendo en un campo de juego. Porque hay algo de lo que está seguro el espigado juez: “ Esto es vocacional”.
ÁRBITROS CON OTRAS PROFESIONES
Maldonado: odontólogo; Orosco: abogado
El de Gery Vargas no es un caso único ni aislado. Quien no lo sabe, posiblemente no se imagine al árbitro FIFA cochabambino Óscar Maldonado enfundado en una bata y con una mascarilla realizando curaciones dentales, ejerciendo su profesión de odontólogo.
Y para otros que sí lo conocen, no les será extraño encontrar al también cochabambino FIFA Raúl Orosco en su bufete o en algún juzgado trabajando como abogado que es.
Marcelo Ortubé, presidente del Comité de Árbitros de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), que asistió al Mundial de Corea-Japón en 2002, es auditor financiero y ahora (también) viceministro de Deportes.
Alejandro Mansilla, juez cochabambino, radicado en Trinidad, Beni, economista, es docente de la Universidad José Ballivián, de Beni, tiene otras actividades más.
La gran mayoría de los jueces del fútbol profesional boliviano, o todos, cuentan con una profesión académica o una actividad económica distinta o complementaria, que bien podría convertirse en principal, si es que finalmente deciden dejar el arbitraje. Pero con todos los insultos y riesgos, optan por continuar dirigiendo.
El árbitro chuquisaqueño José Jordán pasó un trance amargo en el estadio Gran Mamoré, de Trinidad, cuando el equipo local Real Mamoré empató un compromiso liguero, los hinchas pasaron de la agresión verbal a lanzar objetos contundentes al trío designado y el cuarto juez. Jordán resultó con una clavícula fracturada producto de golpes recibidos de los fanáticos que ingresaron al campo de juego.
El cochabambino Orosco y los líneas designados para un compromiso liguero en Santa Cruz de la Sierra fueron perseguidos por hinchas a bordo de un motorizado, que finalmente no los alcanzaron, porque los colegiados encontraron un puesto policial y recibieron protección.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario