Fue designado entrenador interino para dirigir el amistoso de Bolivia contra Venezuela del martes (20.00) en el estadio Hernando Siles. Asegura que está listo para enfrentar un desafío y que se juega el orgullo de dirigir a la Verde.
— ¿Qué equipo pretende mostrar el martes contra Venezuela?
— Los técnicos de selección tienen pocos días para trabajar, pero en el fútbol eso no es excusa. Yo creo que no hay que ser un equipo complicado en la cancha; en cuanto a la táctica, más que ser exigente con el jugador hay que ser claro, que juegue concentrado, con buen despliegue y juego colectivo.
— ¿Qué impresión tiene del rival de turno?
— Es muy buena selección. Si vamos años atrás, era un país que futbolísticamente estaba muy por debajo de Bolivia, hoy ha sido protagonista de una gran evolución, en silencio ha trabajado y en la última eliminatoria hizo un digno papel, estoy seguro de que siguen trabajando para mejorar. Nos vamos a encontrar con un equipo bien ordenado defensivamente, con buen trato de pelota y para jugar contra ellos hay que proponer un juego simple, a uno o dos toques, para romper esa presión.
— ¿Está Venezuela sobre Bolivia?
— Si vamos al anterior partido de Bolivia, podemos decir que la selección ha mejorado, creo que Mauricio (Soria) estaba encontrando el camino, lástima que le haya ocurrido ese problema y no pueda estar presente en este partido.
— ¿Cuán perjudicial es no contar con técnico oficial?
— Hay que tener en cuenta que la paciencia del aficionado se perdió, de repente el fútbol boliviano está atrasado, pero la paciencia para los técnicos es poca. Vengo a trabajar solo por este partido, después la dirigencia está en su derecho y libertad de buscar al entrenador principal y elegir a quien crea conveniente.
— ¿Qué juega Néstor Clausen en un partido con la selección?
— El orgullo de dirigir la selección, tuve el placer de estar en la selección de Argentina como jugador y salir campeón del mundo. Ahora aspirar a dirigir la selección es algo natural, no sé si es el momento, pero con el paso del tiempo y con el conocimiento que tengo del país algún día lograré ser el técnico oficial.
— ¿No le quita el sueño esa posibilidad?
— Sería mentiroso decir que no, uno aspira a lo máximo y eso es dirigir una selección, pero la respuesta la di, vengo solo por un partido.
— ¿Qué enseñanza puede dejar jugar un amistoso en La Paz?
— Estoy pensando en que el equipo sea prolijo en mi debut con la selección, no pienso a futuro, quiero ser lo más simple y práctico con los jugadores, darles confianza para hacer un buen partido y ganar. Ésta es una profesión con mucho compromiso y respeto y cada vez que la selección gana le das alegría a toda la gente.
— ¿Tiene un criterio respecto a Martin Smedberg-Dalence?
— Lo vi en el partido en Chile, no lo hizo mal con sus nuevos compañeros, veremos cómo responde aquí, sus movimientos y también saber qué piensa, si se siente bien. Pero están otros jugadores también y la propuesta el martes será de un toque, darle velocidad al juego con circulación de pelota antes que esfuerzo físico, así evitaremos que ellos se desplacen por la cancha como quieren. Hay que tratar de convencer al jugador; hablar es fácil, ojalá mi palabra convenza al jugador. Muchas veces arranca el partido y de repente dos o tres jugadas buenas hacen que el equipo se agrande y las cosas salen mejor. Pero también un pase malo provoca nerviosismo, ellos saben que deben aceptar convivir con el error para que no cause nerviosismo.
— ¿Habla de la altura?
— Ese tema no hablo porque es largo y de repente mal interpretado.
— ¿Piensa que el fútbol está improvisado?
— No quiero entrar en ese detalle, de repente hay improvisación general. En este momento pienso en ganar para irme contento a mi casa
— ¿El campeón de México 1986 le dice algo a sus dirigidos ahora?
— Eso del 86 es pasado, no vivo de eso, el fútbol es presente y futuro. Si hablo del 86 digo que ganamos 46.000 dólares, hoy si eres campeón ganas $us 46.000.000.
— ¿Encuentra diferencias entre Bolivia y Venezuela?
—He visto los dos partidos en los que Bolivia le ganó 1-7 y 7-0, eran tiempos en los que fue el más goleado. Ahora veo sus partidos y hay una gran diferencia, es fruto de un trabajo en silencio que provocó mejoras importantes. Ese es un camino a seguir, si ellos lo lograron por qué no hacer lo mismo y comenzar un proceso que puede darle de nuevo a Bolivia la alegría de regresar a una copa del mundo.
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