Rezar en el camarín, santiguarse al entrar a la cancha o señalar al cielo cuando marcan un gol. En los jugadores del fútbol boliviano la fe en Dios es fuerte. En algunos vestuarios de los equipos de la Liga, futbolistas le prenden velas a la Virgen en un rincón que ya se ha hecho una especie de santuario. Los futbolistas rezan mucho, valoran la oración y en algunos casos también la celebración eucarística. Por eso, esta Semana Santa es especial para ellos.
Uno de los jugadores con mayor apego a esta celebración es el goleador Carlos Saucedo, quien de niño junto con sus abuelos participaba en Semana Santa, y ahora lo hace con sus hijos. “De niño, con mis abuelos y padres iba al templo, a la procesión, traía palmas a la casa, no comíamos carne, ni siquiera pescado. Ahora, siempre que puedo sigo esas costumbres, aunque un poco menos porque los futbolistas no tenemos feriados”, cuenta el actual delantero de Oriente.
Detalla que, cuando está de vacación, al menos realiza una vez al año y a veces hasta más de una caminata desde Santa Cruz hasta Cotoca, para saludar a la Virgen, en un recorrido a pie de unos 25 kilómetros. “En los varios clubes en los que estuve tenía compañeros, los bolivianos sobre todo, que siguen con la tradición, aunque otros hacen otro tipo de actividad a su manera”.
El entrenador de San José, el argentino Néstor Clausen, sostiene que “como se cree que quienes estamos en el fútbol somos bichos raros, cada quien cumple la Semana Santa a su modo, aunque a veces no se puede hacer nada porque se está en plena competencia, como ahora. “Yo creo en Dios, soy católico, pero no hago nada especial. No soy un fanático y además desde que se escuchan cosas raras de algunos curas o pastores, mi creencia y mi fe es únicamente en Dios”.
El zaguero atigrado Abraham Cabrera cuenta que la fe en Dios hizo que su familia sea unida. Con los integrantes de ella, desde niño cumple la visita a los templos, no comen carne y oran bastante. “Si hay tiempo, iremos (por ayer) a las iglesias, pero lo más seguro es que no comeremos carne”.
“De niños y jóvenes sí seguíamos al pie de la letra, pero debo ser sincero que ahora ya no es con la misma intensidad, aunque nuestra fe en Dios sigue firme. En Semana Santa estamos en paz, como un regocijo espiritual para estar juntos. Ahora, seguro que estaré en todas las actividades, pero cuando dirijo, la verdad es que se hace difícil”, asegura Eduardo Villegas, el entrenador más campeón en el fútbol boliviano, aunque por ahora está sin equipo.
El mediocampista de Ciclón Maximiliano Andrada sostiene que quienes profesan la fe en su familia, en Semana Santa mantienen sus actividades laborales y religiosas normales. No siguen las tradiciones ni costumbres católicas, pero las respetan. “Oramos y hacemos un recogimiento espiritual, no más. Simplemente reconocemos que Jesucristo, hijo de Dios, murió. Oramos, compartimos empanadas y dialogamos lo cotidiano de la vida”, aseguró.
Lo importante —agrega— es que la fe en Dios ha crecido bastante dentro del fútbol, más allá de las varias fechas religiosas, y que los jugadores la expresan de diversas formas, desde el santiguarse, orar en el terreno, ponerse de rodillas, prender velas en los vestuarios y festejar apuntando al cielo y muchas otras formas.
“Al orar antes y después de cada partido nuestra principal petición es estar bien de salud, que no nos lesionemos, que las cosas vayan bien para nuestras familias y para nosotros, pero no pedimos ganar títulos o todos los partidos, porque hay cosas más importantes que eso”, afirma Delio Ojeda, el zaguero central de San José.
Son diversas las formas que los jugadores eligen para mostrar su fe. Desde hace tiempo se nota que la religión ingresó al fútbol con mucha fuerza. Pero no todos son católicos. De acuerdo con las consultas hechas por Señor Fútbol, en Bolivia hay jugadores y entrenadores que profesan distinta fe: católica, cristiana, evangélica y metodista, entre otras.
Creencias en la Virgen
Desde hace años, dirigentes, cuerpo técnico y jugadores de The Strongest hacen visitas religiosas a la Virgen de Copacabana, por lo general antes de comenzar a disputar un torneo. La iniciativa fue renovada por su anterior presidente, Kurt Reintsch. Con él, los atigrados comenzaron desde la temporada 2011 a demostrar su fe viajando a esa localidad y visitando a la Virgen, en una suerte de peregrinación anual, tradición que continúa con el actual titular, César Salinas.
Marcos Paz, uno de los referentes del plantel, destaca que lo bueno de este tipo de actividades es que fortalece la unidad del grupo.
“En el equipo hay compañeros con diferentes formas de creencia, desde los Atletas de Cristo, evangélicos, cristianos, católicos y no sé si algunos más. Lo bueno es que nuestra fe en Dios nos ha hecho más unidos, respetuosos de las formas religiosas. Si alguien no cree en la Virgen, igual va a Copacabana”.
Atletas de Cristo crece en el deporte
En el mundo, en el ámbito deportivo ha tomado bastante fuerza el movimiento internacional Atletas de Cristo: “Somos un movimiento de atletas de cualquier disciplina deportiva que cree y reconoce que Jesús es el Hijo de Dios y el único y suficiente salvador. Y en Dios como único y soberano creador de todas las cosas. Trabajamos en cooperación con las iglesias locales y otras organizaciones cristianas, promoviendo la integración”, dice la organización.
En Bolivia, desde hace por lo menos una década han cobrado fuerza los Atletas de Cristo entre los futbolistas y entrenadores. El argentino Fabio Giménez, ya retirado de la actividad deportiva, fue uno de los impulsores. Hoy, el antiguo mediocampista es predicador.
“Se charla de fútbol, de la palabra de Dios, de la Biblia, de la familia. Ya son muchos años que en diversos clubes nos reunimos no solo los atletas, sino todos los compañeros que tenemos fe en Dios”, explica el mediocampista de Ciclón de Tarija Maximiliano Andrada.
En La Paz se reúnen una vez a la semana, o cada dos, jugadores de The Strongest y Bolívar que profesan su fe y logran una misma comunión. Los paraguayos Ernesto Cristaldo y Nelson Cabrera están entre ellos.
El entrenador Félix Berdeja, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, argumenta que lo bueno es que el jugador actual no apela a la fe religiosa solo para un propósito u objetivo específico, sino que va más allá, lo ha asumido como una forma de vida.
Desde su punto de vista, el futbolista siempre estuvo con Dios, fuese de la religión que hubiera elegido, pero antes era más individual, cada quien llevaba velas, rosarios, imágenes bendecidas; en cambio, ahora se hizo más grupal y más sólido en todo sentido. Rezan el Padrenuestro juntos, también oran y comparten momentos con las costumbres de las diversas religiones. “Semana Santa recuerda la muerte de Jesucristo. Quienes son católicos visitan iglesias y alistan comida especial, pero nosotros en el evangelio no tenemos esa tradición, pero sí oramos porque todos somos hijos de Dios. Tenemos un recogimiento. En realidad para nosotros no existe ni el feriado”, asegura.
Los datos
Estilo de vida
Con la presencia de la religión en los jugadores, cambió bastante el estilo de vida de muchos de ellos. La fe les ha ayudado a superar las tentaciones que enfrentan tanto la fama como el poder económico que logran.
En aumento
Debido a que se trata de un recurso natural espiritual, la presencia de la fe religiosa en el fútbol ha ido en incremento de manera extraordinaria.
Un clásico
En Escocia se disputa un clásico con tono religioso entre el Celtic católico y el Rangers protestante. Situación que en ocasiones generó polémicas y escándalos.
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