El gol de xxxxxxx Bogliotti, a los 19’ del complemento, luego de un centro de Maximiliano Andrada, puso el frontal en área chica superando la floja salida del meta “azucarero” Pedro Galindo. Este acierto entró en la historia del equipo tarijeño, porque pese al empate, con acierto de Darwin Ríos (41’ ST) para Guabirá, estaba sellado el destino del cetro en litígio.
Hora de trascendencia. El fútbol es sinónimo de alegría, pasión y fiesta, y el mérito de la albiceleste radica en el hecho de devolverle a ese girón patrio esa imagen de gloria auténtica, al consumarse su ascenso al fútbol profesional. Para consolidar esta historia pura, Ciclón en el hexagonal final, de 30 puntos posibles capitalizó 21, dos más que el segundo Atlético Bermejo que jugará el ascenso indirecto con el penúltimo de la Liga. Siendo el candidato Sport Boys de Warnes.
La programación en el estadio Gilberto Parada, una vez escuchado el pitazo final del árbitro, se desbordó la euforia y se agigantó la figura de los gestores de esta conquista que le permite entrar –por segunda vez a la albiceleste- a la órbita liguera. Esta fiesta futbolera. Limpia. Civilizada, por supuesto que fue la noticia más importante de la jornada sabatina.
A pesar del calor que se hacía sofocante, los dos equipos se diern egnerosos a una contienda de mucha exigencia, y en ese vaivén de ida y vuelta, las defensas se prodigaron para contener los embates. La primera mitad terminó sin goles. Aunque es menester señalar que la visita desperdició un penal con su ejecutor Bogliotti, tapó el meta Ruth. En el segundo tiempo, no varió el trámite, y de yapa, más allá de los goles, se registró otro penal, y esta vez desperdició Andrada, o por mejor decir le tapó Ruth (25’ ST)
Genaro Orellana
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