La forma de trabajar de Mauricio Soria es diferente a la de otros entrenadores que pasaron por la selección nacional. Ya lo demostró desde que fue nominado titular, con el contacto que tuvo con sus colegas de clubes y jugadores recorriendo gran parte del país. Al margen, es de los que le gusta estar en todo para que ningún detalle se le escape.
Una de las cosas llamativas —que ya sucedió en Santa Cruz y ahora se repite en Mendoza— es que el técnico llega al lugar del entrenamiento siempre antes que el plantel. Soria no va en el bus de los futbolistas, sino viaja con el grupo de avanzada que va al estadio o a la cancha en donde se va a realizar la sesión para prepararlo todo. Le gusta que todo esté listo para cuando los jugadores llegan, por eso él en persona se encarga de verificar que así sea.
El lunes se enojó un poco porque alguien dio la orden de que el equipo de avanzada saliera antes y lo dejó. Ni bien llegó al estadio, mientras los jugadores se cambiaban en los vestuarios y luego tres de ellos ofrecían la conferencia de prensa, él ya trabajaba preparando las cosas en la cancha.
Pone los conos, las banderillas, comprueba que los asistentes hayan medido exactamente las distancias. “Nos tiene sin tiempo, siempre hay algo que hacer con él”, dice Hugo Segales, uno de los asistentes de utilería. En el trabajo de campo es igual. Escucha las instrucciones que da el preparador físico y algún rato ejemplifica lo que considera necesario. Trota, participa, alienta. No deja que nadie desmaye. Su voz siempre se escucha por algún motivo.
Le gusta que antes de comenzar la práctica cuerpo técnico y jugadores formen un círculo y se abracen. Es una manera de mostrar la unidad del grupo. Se preocupa por todos. La noche del domingo, cuando la delegación llegó a Mendoza desde Bolivia supervisó que el equipaje completo fuera cargado sobre un vehículo, él mismo ayudó a transportar algunas bolsas, sus colaboradores también lo hicieron.
La actitud que muestra Soria es uno de los factores que hace que el grupo le dé un fuerte respaldo. No hay dudas acerca de su trabajo. Más de un jugador considera que es uno de los mejores entrenadores que le ha tocado. De hecho, Martin Smedberg Dalence, que llegó de Suecia, alabó a Soria en ese sentido.
Los datos
Diferente
Mauricio Soria hace lo que otros entrenadores solo encargan a sus colaboradores. Verifica que nada falle antes de comenzar su trabajo. Su estilo, además de llamar la atención, transmite una buena sensación hacia los futbolistas.
Labor
No es extraño ver a Soria ayudando a cargar bultos de utilería, por ejemplo en los aeropuertos, o llevando arcos de uno a otro lado en el terreno de juego. Está pendiente también de lo que hacen sus colaboradores. Smedberg dijo que es uno de sus mejores entrenadores.
Mil kilos de material, a cargo de la utilería
Mil kilos aproximadamente pesa la utilería de la selección nacional para el operativo Copa América. Enrique Sanjinés y Hugo Segales son los encargados de transportar a diario parte de ese material que utiliza la Verde en sus prácticas. El equipaje es desde conos hasta juegos de camisetas, además varios pares de botines. Uno de los futbolistas trajo a la concentración hasta cinco “chuteras”.
Son los asistentes de útiles los que conocen bien a los jugadores. “Con la mirada ya nos dicen qué quieren y nosotros les atendemos con gusto porque todos son iguales, nadie se cree más que otro, son unidos”, dice Sanjinés.
Si de detalles poco conocidos se trata se puede anotar que el atigrado Alejandro Chumacero tiene el pie más pequeño, pues calza 35, mientras que Martin Smedberg-Dalence y Ronald Eguino son los más “patones” (45). Además el sueco, como lo bautizaron en la Verde, utiliza la ropa más grande, igual que Hugo Suárez, Marcelo Martins y Ronald Eguino. Sanjinés destaca la sencillez de Sebastián Gamarra, el joven que llegó del Milan italiano. “Ese chico no se cree nada, ser de un club famoso no le hizo subir los humos, es uno más y muy educado”.
No se anima a decir si hay uno más exigente que el otro, pero a todos se los trata por igual. Los dos llevan años como empleados de planta de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), vieron pasar a varios profesionales y ahora les toca colaborar con Mauricio Soria, de quien dicen que es muy exigente, pero colaborador hasta en pequeños detalles.
El lunes, mientras Segales atendía los requerimientos en la cancha, Sanjinés estaba ordenando la ropa en vestuarios y supervisaba cómo se preparaba la piscina portátil para la sesión con hielo después del entrenamiento. “Más nos importa que haya un espacio seguro para la utilería en las concentraciones y una cama para dormir, el resto pasa”.
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