Cuando los jugadores de River Plate salían con destino al campo de juego, , un individuo conocido como Adrián Napolitano, arrojó gas pimienta a los futbolistas del albirrojo. Tras casi dos horas, el partido tuvo que ser suspendido por el veedor de ese encuentro, Róger Bello en coordinación con el árbitro Darío Herrera. Bello contó que una vez que pasaron los días, se cuenta todo lo que sucedió como una anécdota más, pero lo que sucedió en el superclásico argentino, realmente fue tenso al principio y luego se fueron calmando las aguas. “El árbitro mostró bastante aplomo, no obstante no tenía mucha experiencia, supo sobrellevar, jugar con los tiempos, hasta que los policías nos garantizaban que todo el mundo pudo salir bien del estadio, que era lo que más preocupaba”, contó.
Recordó que la función de un delegado es velar por la seguridad de todos los jugadores y espectadores, “cosa que con el pasar del tiempo lo pudimos controlar y manejar hasta que se retiró todo el estadio, gracias a Dios sin ningún inconveniente ni muerte”.
Bello contó que se tardó un poco en tomar una determinación porque se jugó con los tiempos, “se espero que la gente se calme, para tratar de que los aficionados se retiren sin problemas; cuando el partido quedó suspendido, ya mucha gente se había retirado”. Para finalizar, dijo que se cumplió con el cometido y todo salió sin invonvenientes.
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