La victoria de Perú por la mínima diferencia ante Venezuela, además del goleador Claudio Pizarro, tuvo como protagonista al árbitro boliviano Raúl Orosco, que expulsó de forma directa al defensor de la Vinotinto Fernando Amorebita por un pizotón a Paolo Guerrero cuando transcurrían 30 minutos de juego.
Guerrero, que es uno de los delanteros sudamericanos más difíciles a la hora de marcar, complicó a la defensa venezolana y producto de ello sufrió varias faltas por parte de los jugadores llaneros. Justo cuando el cronometro marcaba la media hora del compromiso, el zaguero Amorebieta cometió un leve agarrón al atacante del Corinthians, que se dejó caer y Orosco 'compró' pero antes de caer al piso, el defensor de 31 años saltó y cayó sobre la pierna del peruano. Roja directa.
Después de ese momento, la historia del partido cambió a favor de los peruanos, que aprovecharon el hombre de más en cancha para salir airosos y conseguir sus primeros tres puntos en la Copa. Los medios de prensa venezolanos calificaron de pésima la actuación del boliviano. "No quiero hablar de los árbitros, pero merecemos el mismo respeto que los demás", manifestó Tomás Rincón, jugador de Venezuela.
Algunos periodistas calificaron de muy rigurosa la sanción del boliviano, aunque muchos admiten, que hubo contacto de Amorebieta sobre Guerrero. La polémica se encendió a lo largo de la noche.
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