Las oficinas de la Federación Boliviana de Fútbol en Cochabamba, en cumplimiento de un requerimiento fiscal, ha sido objeto de recojo información que tiene que ver con el manejo administrativo de la institución, gestión que estuvo encabezado por el fiscal Juan Pablo Mendieta.
La acción del ministerio público no dejó de provocar cierta sorpresa en los funcionarios que prestan servicios en la entidad matriz del fútbol nacional, por cuanto su actividad salió de los márgenes de la cotidianidad. Mendieta, que se mostró reservado ante el requerimiento periodístico, se limitó a señalar que solamente se cumplía con una orden fiscal.
El accionar de la comisión de fiscales, tiene que ver con los supuestos delitos de corrupción de algunos dirigentes del organismo rector. Se recabó información, siendo la cabeza más visible la del dirigente Wilge Lizarazu que se dio a cooperar con el requerimiento del fiscal. “No se trata de una intervención”, dijo la autoridad que encabezó el operativo que hizo registro de documentos y pruebas que se enmarcarán a la investigación.
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