Sus primeras palabras fueron un aliciente para todos los creyentes, demostrando una gran sensibilidad humana; a su paso, todos y quienes lo vieron de cerca hicieron caer lágrimas.
Al margen de todo lo que transmite, El Papa Francisco es una persona que destaca por su sencillez y espontaneidad.
Para nadie es un secreto, por ejemplo, el profundo amor que tiene por el fútbol, como se refleja en una nota que hizo de él el diario El Mundo. El periódico señala que como todo argentino que se precie de tal, posee una sensibilidad especial para el fútbol, ama ese deporte desde chico. En su momento, el cardenal jesuita Jorge Mario Barboglio, tuvo a su padre, un inmigrante italiano como quien le transmitió el amor al equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro; según se sabe, a los nueve años de edad vio en el viejo estadio del Ciclón, denominado el Gasometro, en la Avenida de La Plata de Buenos Aires, a los campeones de 1946 con su ídolo René Pontoni. Entre los recuerdos que atesoraba el cardenal en su casa porteña atesoraba un trozo del tablón del Gasometro, que tiene un valor enorme para la afición. El ex futbolista Alberto Acosta contó - según El Mundo- una anécdota que revela el entusiasmo del Papa por el fútbol: “Cuando me había retirado en 2004, estando en el Arzobispado me dijo que San Lorenzo no estaba jugando bien y me tomó a un lado y me manifestó: desde que te fuiste vos no la podemos meter y tienes que volver”.
Un niño le regaló casaca azulgrana
Ocurrió en Palacio de Gobierno, cuando visitó por algunos minutos al Presidente Evo Morales, quien presentó a todos sus ministros al Papa Francisco. Luego de saludar a los dignatarios de estado, se le acercó un niño que le regaló una casaca de San Lorenzo, el club de sus amores. El gesto del pequeño originó una sonrisa del padre, quien le dijo algo y acarició al pequeño, ante la risa de los presentes, entre ellos el presidente Evo Morales Ayma.
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