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lunes, 10 de agosto de 2015

Inseguridad aumenta en Cochabamba

Los Tiempos

A medida que pasaron los años, la inseguridad dentro y fuera del estadio Félix Capriles ha aumentado de forma alarmante. Las barras bravas, de los equipos tradicionales de Cochabamba, Aurora y Wilstermann, están en medio de una lucha incesante por demostrar quién es el más fuerte. Esta pugna los lleva a cometer actos vandálicos que se roban el protagonismo de las fiestas de fútbol, poniendo en riesgo la vida de personas que todavía asisten a los estadios en familia.

En la gestión 2014, ocurrieron dos hechos repudiables, que todavía están marcados en la retina de la opinión pública.

La primera, el robo de la plaqueta de Otoniel Novillo, en el camarín norte de Wilstermann, el 28 de enero.

Las cámaras de seguridad del Capriles lograron identificar a dos personas que ingresaron por la tribuna de preferencia y se dirigieron hasta el vestuario del Rojo, uno se quedó parado en la pista atlética y el segundo, se encargó de sacar el reconocimiento de ‘Otito’.

Lenin Gallardo, responsable de escenarios deportivos del Servicio Departamental de Deportes (Sedede), comentó que las cámaras de seguridad capturaron todo el hecho, sin embargo, fue difícil identificar a los autores, ya que estaban “con gorras”.

Asimismo, señaló que no se guardaron los videos porque no hubo una “orden fiscal que lo requiriera” para una investigación.

El #1 pudo confirmar con un dirigente de Wilstermann que no sentaron una demanda, por hurto, porque la plaqueta apareció al día siguiente, de forma anónima, acompañada de una nota, en la Sede del Club.

Posteriormente, el 9 de noviembre, durante en partido del Nacional B, entre Aurora y Unión Maestranza, se quemó la bandera gigante de Wilster.

En esta oportunidad, las cámaras del estadio también identificaron a los responsables, sin embargo las investigaciones se estancaron y nunca hubo resultados, pese a las declaraciones del ex director del Sedede, Ronald Calizaya, quien indicó, en ese tiempo, que se daría con los autores del hecho para que sean castigados.

Como no se puso freno, en su debido tiempo, a esas acciones reprochables. Este año, a cinco meses del finalizar la gestión 2015, ocurrieron otros dos actos vandálicos de mayor dimensión, que pusieron en peligro la vida de muchas personas, y empañaron actividades deportivas y extradeportivas importantes para ambos clubes.

El pasado 3 de junio, un individuo, hasta la fecha no identificada, lanzó un gas lacrimógeno, durante el partido amistoso internacional de Aurora y Quilmes, que afectó a todos los asistentes, hubieron personas desmayadas, niños y jugadores con afecciones en los ojos y adultos mayores sin poder respirar.

Los dirigentes del Celeste pusieron una demanda ante la Felcc, para encontrar al o los responsables, sin embargo, el proceso continúa en fiscalía de materia y podría dilatarse hasta tres años, según los procedimientos legales.

Si bien, las cámaras de estadio logran identificar al sujeto y la acción (al lanzar el gas desde el exterior de la curva norte), no se reconoce a la persona, por lo que la Fiscal de Materia, asignada a este caso, Elia Maldonado, continúa en busca de indicios.

El último hecho lamentable ocurrió el pasado 1 de agosto, cuando se empañó el ‘Día del Rojo’ en el canal ATB, con el lanzamiento de un gas lacrimógeno y posteriores destrozos en el hotel Cochabamba, de la Familia de Bernardo Pavisic, titular de Aurora.

Este acto ocasionó daños físicos a los asistentes al evento del conjunto Aviador, y económicos en los dueños del hotel, quienes mostraron imágenes de televisores y computadoras dañadas, vidrios rotos y demás.

Si bien, Freddy Fernández, director de la Felcc fue reacio y escueto al momento de brindar información, indicó que es “una denuncia de carácter privada a daños simples, no es delito de carácter público. No hemos hecho una acción, simplemente hemos verificado los daños producidos”.

Luego, mencionó que esa noche los efectivos se trasladaron hasta el lugar para “tomar muestras”, empero la prensa no puede tener más información, recalcó.

“Ellos (por los dueños del hotel) tiene que recurrir ante un juez cautelar y si él nos ordena, nosotros, todo lo que hemos observamos les informamos”, aseveró.

La opinión pública en general espera que al menos estos dos últimos actos vandálicos denunciados, puedan ser esclarecidos para castigar a los autores y así, sentar un precedente, para que ante cualquier nuevo intento, los malhechores puedan temer a las duras sanciones.

A los integrantes de estas bandas: entender que sus acciones no sólo afectan a su rival, sino a varias personas, que todavía gustan de pasar una jornada deportiva acompañada de la familia. No dejemos que las rivalidades conviertan a Cochabamba en una ciudad sinónimo de agresiones en los escenarios deportivos.

Los cochabambinos esperan que las autoridades y la policía puedan trabajar con mayor estrategia para brindar una mejor seguridad en los campos deportivos, donde se debe prever mayor resguardo policía.

Versiones del “Día del Rojo”

La versión más cercana a la verdad cuenta que el pasado sábado, en el Día del Rojo, la hinchada de Wilstermann estaba alentando a su equipo en la puerta del canal ATB, sobre la calle Pando, al promediar las 20.00, una motocicleta, presuntamente de aficionados de Aurora, lanzó un gas lacrimógeno hacia la barra Roja, quienes al parecer, en su desesperación y en represalia, ocasionaron destrozos en el hotel Cochabamba, pensando que los agresores estaban dentro el hotel Cochabamba.

Se espera que en las próximas semanas la Felcc pueda avanzar en el caso, para encontrar a los responsables. Pavisic, presidente de Aurora, señaló que buscarán la “celeridad del caso”.



Estadio cerrado

Lenin Gallardo, responsable de escenarios deportivos del Sedede, explicó que durante los partidos, en el estadio Félix Capriles, las puertas permanecen cerradas para evitar avalanchas, ya que ante la escasa presencia de efectivos policiales, el Sedede toma previsiones cerrando los accesos.

“Lo ideal sería tener las puertas abiertas ante cualquier situación de emergencia, pero no hay mucha seguridad”, dijo.

En preferencia y general habilitan tres puertas y en las curvas (norte y sud) dos, para el ingreso de los aficionados. Cada sector tiene un encargado con llave, para abrir y cerrar las puertas.

Además, el estadio Capriles cuenta con más de 30 cámaras de seguridad en todos los ingresos internos y externos.



Guerra

Fuentes cercanas a ambas barras (de Wilstermann y Aurora) comentaron que esta lucha es por demostrar quién es más fuerte. Anticipan que las represalias no cesarán, porque ante un atentado, la respuesta del rival es inmediata y con daños mayores, sin prever tragedias. “No importa quién haya empezado, la idea es demostrar quién manda”, dijo un integrante.

Por tanto, el Comando Policial Departamental debe hacer un control estricto en todos los acontecimientos deportivos, redoblando refuerzos, para que en la ciudad no se lamenten pérdidas humanas. Asimismo, debe haber un control más minucioso para que los hinchas no ingresen con armas o petardos al estadio.



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