El Comité Ejecutivo de la Federación Boliviana de Fútbol atraviesa problemas económicos que le impiden hacer viable su trabajo y correr con el pago de los gastos administrativos y compromisos con la Selección Nacional, de acuerdo a lo que informó ayer el titular interino, Marco Ortega, quien acusó al expresidente, Carlos Chávez, de mover sus influencias desde la penitenciaria de Palmasola. Con el apoyo del Congreso Extraordinario de la Federación, Ortega y los demás miembros del Comité Ejecutivo esperaban recuperar la fluidez financiera y tener acceso al dinero para destinar los montos para la Selección Nacional. Hicieron los trámites para obtener los poderes, pero la banca ha ampliado los requisitos y ha sido difícil sacar el dinero. “Nos prestamos dinero para pagar las visas, los impuestos. El banco no nos aceptó y nos pidió presentar diferentes códigos y más papeles. La Federación no cuenta con recursos y el panorama se vuelve más complicado”, mencionó Ortega, quien se encuentra en la capital cruceña para encargarse de las gestiones antes del viaje de la delegación boliviana. Ortega acusó a Chávez de mover sus influencias desde Palmasola para colocar más obstáculos en el camino de la nueva dirigencia y reveló que por la irresponsabilidad del expresidente hay una demanda de la Federación Nigeriana de Fútbol contra Bolivia ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (Tas) por un millón de dólares por daños y perjuicios, al no disputarse el amistoso entre estos equipos hace meses atrás. “Eso ha sido activado desde Palmasola, estamos viendo la representación ante el Tas, lo mismo habríamos pagado si no vamos a Estados Unidos para jugar con Argentina. No sé cuáles son los intereses, eso sólo perjudica al fútbol nacional”, declaró el dirigente potosino.
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