Carlos Chávez renunciará a la presidencia de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en cuanto recupere su libertad y pueda defenderse en esa condición de las acusaciones que pesan en su contra.
Ese “mensaje” fue recibido hace días por algunos dirigentes. Unos asumen que, mediante sus intermediarios, Chávez está proponiendo que el fútbol retire cargos en su contra a cambio de apartarse definitivamente de la principal silla de la FBF.
Una fuente dijo que el dirigente ya no quiere seguir en la Federación; y lo que pretende es entregar el poder a un presidente elegido dentro del marco estatutario de la entidad.
Pero el asunto no depende exclusivamente del fútbol. La Fiscalía General del Estado abrió una investigación de oficio y sin que mediara denuncia alguna. En ese sentido, los fiscales están decididos a llevar el caso hasta juicio, en la medida que encuentren el respaldo para acusar a los dirigentes.
Con la detención de éstos, el Comité Ejecutivo de la FBF fue renovado. Lo integran Marco Ortega como presidente interino, Freddy Cortez como segundo vicepresidente, Wálter Zuleta como tesorero y Wálter Torrico como secretario general.
Sin embargo, la elección de tres de éstos está observada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que además desconoce los alcances de la resolución de un congreso extraordinario mediante el cual fue revocado el mandato de Chávez como presidente de la Federación.
La frase “no voy a renunciar” fue pronunciada más de una vez por Chávez. Hoy por hoy, para la Conmebol y por lo expuesto antes, él sigue siendo el máximo dirigente del fútbol boliviano. Además, es el tesorero de esa matriz del fútbol en el continente.
Desde hace unos tres meses, Chávez está detenido preventivamente en el penal de Palmasola de Santa Cruz acusado por supuestamente haber cometido varios delitos, según el Ministerio Público, que abrió una investigación en su contra y la de otros altos directivos del fútbol nacional.
En esa misma condición se encuentran Jorge Justiniano, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol (ANF); Pedro Zambrano, exsecretario general de la FBF, y Alberto Lozada, secretario ejecutivo de la Federación.
Ni Chávez ni Justiniano renunciaron, sino que sus mandatos fueron revocados, en el primero de los casos por ese congreso extraordinario y en el segundo, en un Consejo Superior de la ANF. Pero esa figura no está en el Estatuto y es una de las cosas que observa la Conmebol.
En el caso de Lozada, quien actuaba en condición de funcionario de la FBF, aún no está clara su situación, pues la dirigencia que está en actual ejercicio no comunicó si lo despidió o no.
El único que presentó su carta de renuncia es Zambrano, quien ante la Justicia se declaró culpable de algunos cargos con la idea de ir a un procedimiento abreviado, sin embargo, éste fue rechazado por el juez.
Poco después, el exdirigente envió una carta a la Conmebol negando que sea culpable de los cargos que pesan sobre él.
Debido a que está detenido no es posible contactar a Carlos Chávez. Ayer los celulares de su abogado estaban apagados. Un dirigente del Comité Ejecutivo dijo que efectivamente hubo un “contacto con uno de los abogados”, empero, se negó a dar más detalles y pidió que su nombre no sea publicado.
Liga y ANF analizan comenzar de nuevo
La Liga y la Asociación Nacional de Fútbol (ANF) han coincidido en convocar a reunión de Comité Ejecutivo para el viernes. Ese día ambas probablemente den pasos que cambien el panorama actual de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
En la dirigencia hay la tendencia de volver atrás y comenzar de nuevo. Existen voces que sugieren quitarles el respaldo al presidente interino de la FBF, Marco Ortega, y al tesorero, Wálter Zuleta —ambos ligueros—.
Esa fue una de las razones por las que el Comité Ejecutivo de la Liga, reunido el viernes en Santa Cruz, frenó la idea de elegir un presidente interino en vez de Ortega.
Si lo primero avanza, la FBF estaría sin conducción, abriendo la posibilidad a dar el siguiente paso: elegir a otros dirigentes en absoluto apego a lo que manda el Estatuto de la FBF, y conseguir el reconocimiento internacional.
Por el lado de las asociaciones, su comité revisará las designaciones que hizo de Freddy Cortez como presidente de la ANF y de Wálter Torrico como tesorero de la Federación, siendo posible que también los cambie.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) desconoce la elección de varios de ellos y los alcances de una resolución emitida por un congreso extraordinario de la FBF mediante la cual la Liga y la ANF revocaron el mandato de Carlos Chávez como presidente del fútbol boliviano.
Para la Conmebol, Ortega, Cortez y Torrico no fueron elegidos en el marco estatutario, por eso respaldan a Chávez.
Los dirigentes ligueros y también los de las asociaciones han empezado a entender que será difícil torcer el brazo de la Conmebol y ven que es un mal camino enfrentarse a ella.
En ese sentido, entre las razones que les están guiando a tomar el camino del cambio está la marcada molestia con los designados porque han roto el cordón umbilical que los unía a sus entidades base y además han tomado decisiones por su cuenta, una de ellas, pelearse con la Conmebol.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario