“Queremos hacer justicia porque entendemos que el fútbol sudamericano fue la víctima mayor en este problema. En Conmebol lo más importante era el dinero, y el fútbol era un medio. El compromiso que asumimos nosotros era volver a enfocar a la Conmebol en el fútbol”, dijo ayer Domínguez en rueda de prensa. El directivo paraguayo fue elegido titular del organismo regional en enero pasado, tras un breve interinato del uruguayo Wilmar Valdez, luego de que el paraguayo Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol de 2014 a 2015, fuese detenido por su presunta participación en el pago de sobornos dentro de la FIFA.
“Al asumir nos dimos cuenta de que entrábamos a una estructura sin organización, a algo que identificaría como un feudo personal, hasta diría que era un negocio personal. Una estructura que se manejaba a voluntad discrecional de ciertas personas y que nunca rindió cuentas”, explicó.
El paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo, que presidieron la Conmebol entre 1986-2013 y 2013-2014, respectivamente, también son investigados por la Justicia estadounidense.
“En Conmebol encontramos una institución que tenía una inmunidad e impunidad diplomática. En el edificio de Conmebol no existen documentos anteriores al año 2013. No encontramos balances ni informes contables. Todas las cifras que encontrábamos eran cuestionables o incompletas”, detalló Domínguez.
El directivo explicó que “se están investigando más de 20.000 documentos”.
En la rueda de prensa, en la que Domínguez presentó el balance de sus primeros seis meses de gestión, estuvo presente Armando Pérez, presidente de la junta normalizadora creada por la Conmebol y la FIFA para regular la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que atraviesa una crisis institucional.
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