El asesor legal de Futbolistas Agremiados de Bolivia (FABOL), David Paniagua, indicó ayer que el inicio del torneo Clausura está en duda por las deudas económicas que arrastran 8 de los 12 clubes de la división profesional y lamentó el poco interés que muestran los dirigentes para resolver este tema cuando restan pocos días para el certamen.
¨Se repite la situación. Los clubes tienen conocimiento de la existencia de una norma, que establece que un torneo no puede empezar si hay deudas y lo haremos respetar, como lo estuvimos realizando en los últimos años. Los futbolistas respaldan esta decisión¨, declaró Paniagua.
Los planteles que están fuera de la lista de deudores son: Bolívar, The Strongest, Guabirá y Oriente Petrolero, el resto está con pendientes desde el primer semestre del año y los únicos que se acercaron fueron Real Potosí y San José; aunque solo mediante compromisos y nada en concreto.
¨Hemos hecho saber formalmente los reclamos de los futbolistas y no tuvimos ninguna respuesta oficial. Hasta ahora solo obtuvimos promesas (Real Potosí y San José) de solución, pero hasta la fecha de parte de los jugadores no tenemos la noticia de que ha cambiado el panorama¨, explicó el representante de la agremiación de futbolistas.
El total de la deuda de estos ocho clubes llega a los 800 mil dólares, con diferentes montos en cada elenco. Como ocurrió en los anteriores campeonatos, FABOL sugiere que los involucrados pignoren el dinero de la televisación; sin embargo, hay elencos en contra de ello porque no reciben los comprobantes de pago, por lo que creció la susceptibilidad.
¨Los clubes saben qué hacer, siempre están esperando hasta el último día para resolver estos problemas y provocan que FABOL quede como el malo de la película. Solo exigimos el cumplimiento de la norma¨, mencionó Paniagua.
Con la implementación de la licencia de clubes, a requerimiento de la Conmebol y la FIFA, la entidad cree que estos inconvenientes quedarán a un lado a partir de 2018, porque los equipos harán conocer su presupuesto y evitarán caer en deudas, transparentando el manejo de las instituciones.
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