Desde su fundación el trabajo de sus dirigentes a su turno fue ímprobo, tratando de llegar a los confines de nuestro territorio con el objetivo de que todos los departamentos del país tengan su Sindicato y de esa manera distribuir los ingresos provenientes de las cuotas mensuales de los jugadores y de algunas donaciones que llegan del exterior. Recordemos que las Personerías Jurídicas del “Sindicato de Futbolistas Profesionales de La Paz” que fue obtenida mediante Resolución Suprema No. 158146 de fecha 6 de diciembre de 1977, tramitada por Hugo Palenque, Adolfo Flores y Víctor Hugo Méndez y, la Asociación de Futbolistas Agremiados de Santa Cruz, obtenida mediante Resolución Suprema 202325 de 17 de junio de 1992, fueron la base jurídica para la tramitación de la Personería Jurídica de FABOL.
En la actualidad el Secretario Ejecutivo Milton Melgar y el Secretario General David Paniagua, son permanentemente criticados por su intolerancia con la Liga del Fútbol Boliviano, al suspender fechas del campeonato por el incumplimiento de pago de los salarios de los futbolistas de gestiones pasadas. Creo que existe suficiente razón para asumir esa actitud, ya que no se puede ingresar a un nuevo campeonato si a los afiliados a “FABOL” no se les ha cumplido con lo estipulado en su contrato de trabajo del pasado certamen. El aceptar seguir jugando sin recibir sus salarios devengados es ingresar al mismo círculo vicioso y este hecho los dirigentes lo ven como una aceptación de sus dependientes de olvidarse el pasado y borrón y cuenta nueva, como sucedió en muchísimos casos, con la advertencia de no otorgarles el pase federativo o sencillamente con recomendar su no contratación por otro club al calificarla como persona conflictiva, en caso de persistir en su cobro.
En las actuales circunstancias cuando el contrato de trabajo del futbolista es burlado permanentemente sin considerar que la práctica del fútbol profesional es una ‘profesión que invita a un espectáculo, luego de una ardua preparación y que genera recursos para el Club y el Estado por los impuestos y alquiler de los escenarios, los dirigentes tienen que darse cuenta que su dependiente tiene familia a quién sostener, igual que cualquier empleado, de ahí que la actitud de FABOL, pese a perjudicar a quiénes tienen cumplidas sus obligaciones contractuales, es respetable desde todo punto de vista, porque no se puede dejar sin ingresos a quién da su fuerza de trabajo en favor de un Club, que en este caso es su empleador.
En conclusión, el club al cumplir un contrato de trabajo, obtendrá los réditos que le otorgará su jugador con su entrega en cada partido.
Dr. Edgar Linares Mariscal, fundador y ex asesor legal de Fabol
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